En la historia existen historias sobre obras embrujadas. Ya que desde tiempos inmemoriales, el arte ha sido un reflejo de la condición humana, un vehículo para expresar emociones, ideas y, en ocasiones, los rincones más oscuros de la psique. Sin embargo, algunas obras trascienden la mera representación estética, convirtiéndose en objetos de leyenda, envueltos en un aura de misterio.
¿Qué hay detrás de estas narraciones? ¿Son meras invenciones, fruto de la sugestión y el miedo, o realmente existen fuerzas inexplicables que se manifiestan a través del arte? Algunos expertos sugieren que la carga emocional del artista, plasmada en la obra, podría generar una especie de «impronta» energética, capaz de influir en el entorno. Otros apuntan a la posibilidad de que ciertos pigmentos o materiales utilizados en las pinturas supuestamente contienen sustancias con propiedades desconocidas.
Más allá de las explicaciones racionales, el fenómeno de las pinturas embrujadas nos invita a reflexionar sobre la naturaleza del arte y su capacidad para evocar emociones profundas.
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Pinturas misteriosas y perturbadoras
A continuación te compartimos cinco pinturas que supuestamente cuentan con una carga de misterio. Ninguna ha sido constatada de manera oficial, sin embargo ciertas obras suponen un momento perturbador para quien la observa. O en ocasiones, se les han atribuido desastres que suceden en su entorno.
Zdzisław Beksiński
El retrato de María Lopukhina, pintado por Vladimir Borovikovsky y exhibido en la Galería Estatal Tretiakov es una de las pinturas que presuntamente están embrujadas. Se dice que el espíritu de Lopukhina, quien murió joven de tuberculosis, habita en la pintura. Según la leyenda, su padre habría atrapado su alma en el lienzo.
También conocida como la «Mona Lisa rusa» por su sonrisa, se rumorea que las jóvenes que la contemplan durante demasiado tiempo están condenadas a matrimonios infelices y muertes prematuras. Incluso algunos empleados de la galería afirman que la expresión de la pintura cambia frecuentemente.

Edvard Munch
De acuerdo a una leyenda urbana, una copia de 1899 del cuadro del pintor noruego, Edvard Munch, La Muerte y el Niño (o La Madre Muerta). está maldita. Los espectadores han descrito como la niña, los seguía con la mirada mientras se movían, además de que llegaron a escuchar el crujido (generalmente atribuido a las sábanas de la madre) al acercarse al cuadro. Se dice que los antiguos propietarios del cuadro describieron cómo la niña desapareció por completo del lienzo.
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Juan Luna
La pintura de Juan Luna, conocido como «Retrato de una dama», ha estado envuelto en misterio durante años. La creencia popular sostiene que la mujer representada en el cuadro es Paz Pardo de Tavera, la esposa de Luna, a quien supuestamente asesinó. Por lo que supuestamente lleva desgracias a quienes lo poseen. Se han reportado incidentes como accidentes automovilísticos, bancarrotas y abortos espontáneos, atribuidos a la influencia del cuadro. Incluso durante una exposición en el Museo Metropolitano de Manila en 1987, una bombilla que iluminaba el cuadro explotó, lo que se interpretó como una señal de la maldición.

Arshile Gorky
Las pinturas del artista Arshile Gorky, creadas entre 1904 y 1938, están rodeadas de rumores de maldición. Se dice que han experimentado fenómenos extraños como caerse de las paredes, incendiarse y ser visitadas por un presunto fantasma. Un trágico incidente que intensificó esta creencia fue el accidente del vuelo 1 de American Airlines en 1962, donde 15 de sus pinturas se destruyeron junto con la vida de todos a bordo.
Más allá de la leyenda, la obra de Gorky tiene un significado profundo para los sobrevivientes del genocidio armenio. Según la investigadora Anthonie Holslag, sus pinturas simbolizan «todo lo que perdimos» y proporcionan identidad y fortaleza a esta comunidad.

Bill Stoneham
«The Hands Resist Him», de Bill Stoneham, es quizá el ejemplo más icónico. Esta pintura, que muestra a un niño y una muñeca frente a una puerta de cristal, ha sido objeto de innumerables relatos de fenómenos extraños. Quienes la han poseído aseguran haber presenciado movimientos en la obra, cambios en las expresiones de los personajes e incluso sensaciones de malestar y pánico.
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Giovanni Bragolin
Otro caso que eriza la piel es el de «El niño llorón», una serie de pinturas producidas en masa a mediados del siglo XX. Se dice que estas obras están malditas, ya que se les atribuye incendios domésticos en la década de 1980. Ante los cuales sobrevivieron intactas, mientras que el resto de los objetos a su alrededor se consumieron por las llamas.
No obstante, según investigaciones del Building Research Establishment concluyeron que las impresiones habían sido tratadas con un barniz que contenía retardante de fuego.
Retrato de Bernardo Gálvez
El cuadro del general español Bernardo de Gálvez actualmente colocado en el Hotel Gálvez de Galveston, Texas, tiene también su leyenda. Se dice que al tomarle fotos con flash, aparece una calavera en la imagen. El folclore local sugiere que para evitar que la foto se arruine, los visitantes deben pedir permiso al fantasma del general antes de fotografiar el retrato.


Vic Vertigo
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