Últimamente los llamados “celulares tontos”, toman cada vez más fuerza, ya que existen muchas personas que buscan alejarse de las redes sociales utilizando este tipo de teléfonos. Es una tendencia en la que el consumidor opta por comprar modelos viejos de dispositivos móviles para evitar aplicaciones innecesarias que conllevan a una “adicción”.
Este público en realidad busca mantenerse conectado pero sin depender de las apps, de las redes sociales y de las pantallas. Por tal motivo es que los “celulares tontos” son perfectos, aquellos “ladrillos” que causaron furor durante los 90 y los 2000 regresaron.
Existe un porcentaje de la generación Z que comienzan a ser conscientes del grave problema que conlleva la dependencia al celular. Incluso saben que su comportamiento es influenciado a tal punto que señalan a las redes sociales como puntos que pueden desencadenar depresión y la ansiedad.
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¿Qué son los “celulares tontos”?
Los “celulares tontos” o dumbphones no cuentan con aplicaciones como Messenger, WhatsApp, Google Maps, no tienen redes sociales y tampoco la opción de un navegador web. Es por eso es que los usuarios argumentan que han logrado una desintoxicación digital en su totalidad, solo se mantienen en contacto para “cosas necesarias”.
Sin embargo, es un arma de doble filo pues se pierden de ciertos servicios, tales como taxis o bancos por aplicación ya que dependen de los teléfonos inteligentes. Cambiar a un “celular tonto” realmente requiere encontrar otras formas de acceder a estas opciones y hacer cambios significativos en el estilo de vida.
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La clave de los dumbphones es que comunicarse y socializar se vuelve más complicado de lo que serían con un teléfono inteligente. Esto puede parecer un grave inconveniente, pero es precisamente eso lo que buscan algunos usuarios que tienen la necesidad de “desconectarse”. Ya que resulta en el manejo de relaciones más saludables y un tiempo más significativo en la vida real que en el espacio digital.
Es en este caso que entra en minimalismo digital, el cual exhorta a reconsiderar la manera de interactuar con la tecnología para crear un equilibrio más saludable entre el mundo real y el de los smartphones.
Más allá de los teléfonos móviles con temática de los años 90, el movimiento de los “celulares tontos” es parte de una creciente conciencia de la gran cantidad de tiempo que la tecnología consume nuestra vida diaria. Al controlar nuestro tiempo en la pantalla, podemos experimentar una mayor apreciación de lo que todos los dispositivos de nuestras vidas tienen para ofrecer. Esto sin sacrificar las relaciones significativas con las personas a nuestro alrededor.