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EL ASNO Y EL LOBO

Estaba un asno pastando tranquilamente en el campo cuando escuchó acercarse al lobo. 

– ‘Viene el lobo’- pensó- ‘rápido, tengo que pensar en cómo escapar de esta…’.

Y entonces se le ocurrió algo: de pronto hizo como si se hubiera clavado una espina en una de sus patas traseras, y comenzó a cojear. Cuando el lobo llegó hasta donde él estaba dijo:

– Ay, lobo, espera, mira lo que me ha pasado… Me clavé una espina entre las zarzas. Antes de comerme, deberías ayudarme a sacar la espina, porque si no, se te quedará atravesada en la garganta y morirás ahogado.

– Vaya, pues tienes razón, asno. Gracias por advertirme… Miraré bien tu pata, a ver su puedo sacar la espina…

Entonces, el lobo se aproximó mucho a la pata del asno. Y el asno le dijo:

– Un poco más cerca o no la verás bien.

El lobo obedeció y se acercó más a la pata del asno. Entonces, sin pensárselo más, el asno le propició una tremenda coz. Tan grande, que los colmillos del lobo saltaron por los aires. El animal, totalmente escarmentado, salió huyendo de allí mientras aullaba de dolor.

-Ayyy- gritaba el lobo- esto me pasa por meterme a cirujano, cuando yo soy carnicero…

MORALEJA: SI QUIERES LLEGAR A LA META, NO PIERDAS LA CONCENTRACIÓN EN TU OBJETIVO.

EL RATÓN DE CAMPO Y EL RATÓN DE CIUDAD
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