Es sabido que el tratamiento contra el cáncer a base de quimioterapias, ya sea de forma oral o intravenosa, resulta uno de los más comunes métodos para atacar células cancerígenas. En el afán de evitar la alopecia producida por los medicamentos, los cascos fríos representan una alternativa para evitar la pérdida de cabello.
La cabellera es uno de los órganos visiblemente afectados por las secuelas de las quimios. Éstas combaten células del cuerpo de crecimiento rápido, incluidas las del cuero cabelludo. De ahí que la búsqueda de opciones para contrarrestar el efecto de pérdida de cabello, haya motivado a miles de personas a recurrir a los cascos fríos para mitigar la alopecia.
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¿Qué son los cascos fríos?
Se trata de gorros hipotérmicos que enfrían el cuero cabelludo. Son utilizados para prevenir y tratar la caída de cabello de pacientes de quimioterapias. También se les conoce como cascos de enfriamiento, y gorros enfriadores o refrigerantes.
Los cascos fríos enfrían la raíz del cabello. La cabeza enfriada con compresas de hielo o geles congelados, antes, durante y después de la quimio, estrecha los vasos sanguíneos, mantiene el cuero cabelludo frío y previene daños en los folículos pilosos.
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¿Dónde se consiguen y cómo se usan?
Los cascos fríos se consiguen en tiendas de internet de productos variados, como Amazon y Mercado Libre, sitios en los que están a la venta como gorros de hielo para quimioterápicos, de diferentes modelos, colores y materiales.
Sin embargo, también existe la posibilidad económica y casera. «Quimio con pelo» es una organización que enseña a través de su página y en videos, cómo hacer cascos fríos caseros. Fundado por la argentina Paula Estrada, el proyecto busca difundir conocimiento, explicar y enseñar alternativas para elaborar con lo más elemental, gorros hipotérmicos para reducir la caída de cabello.
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¿Existen contraindicaciones?
Los efectos más comunes del uso de cascos fríos, como dispositivos para prevenir la alopecia derivada de las quimios, son dolores de cabeza de moderados a intensos, incomodidad en cuello y hombros, escalofríos, e irritación del cuero cabelludo.
Los cascos fríos están contraindicados en pacientes pediátricos, con particulares tipos de cáncer, o quimioterapias muy específicas.
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Cómo usar los cascos fríos
Se recomienda el enfriamiento del cuero cabelludo mediante los gorros de gel refrigerante, una hora antes de la sesión de quimioterapia, durante el tratamiento, y una hora después.
Es recomendable también cambiar el gorro por uno nuevo cada media hora. Los cascos deben ser de materiales totalmente nuevos de preferencia. Se contempla a manera de ejemplo, tomar en cuenta una quimio de dos horas. Se utiliza un casco media hora previa, cuatro durante la sesión, y dos la hora posterior. Un total de cuatro cascos fríos.
Sin lugar a dudas se trata de una alternativa que está ganando adeptos, credibilidad y popularidad en todo el mundo.