Tallas grandes, pelos, bubis planas, sonrisas de Mona Lisa y estrías son el sello humorístico de la ilustradora Cécile Dormeau. Para esta artista la belleza del cuerpo femenino radica en la diversidad y naturalidad; por eso dibuja mujeres que se saben bellas aunque no parezcan modelos de Playboy.
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Cécile Dormeau nació en Francia y después de graduarse como diseñadora gráfica del Ecole Supérieure Estienne des Arts et des Industries Graphiques, en Paris, cambió el vino por la cerveza y se mudó a Alemania. Trabajó en las agencias Verlag GUDBERG GmbH & Co KG, Scrollan y ahora es directora de arte junior en Ogilvy One.
Su placer culposo, como buena francesa, es el queso y sus anteojos de pasta negra, pluma y papel son lo único que necesita para sacar carcajadas y lograr que las mujeres se burlen del tedio de la “feminidad” cotidiana. Adiós a los rastrillos, las dietas y, por qué no, que las bubis y traseros se vuelvan mecanismos de defensa contra los nefastos tentones del transporte público. Con sus atrevidas ilustraciones se ha encargado de crearse un nombre en redes sociales y su estilo ha caracterizado su manera de dibujar.
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Sus ilustraciones están al alcance en su Tumblr e Instagram. Cécile le puso así por su amor a los peces globo, animales a los que describen tiernos a pesar de su “fealdad”. Sus trazos son simples, líneas y curvas al estilo paint en azules, rosas y amarillos chillones. Es claro que Cécile Dormeau le pinta dedo a los estereotipos sociales con tiernas sonrisas y más de uno le aman por eso.
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Texto por María Ruiz / @Maria_Efemere
