La iluminación constituye la piedra angular de las estrategias de cultivo indoor. La instalación de sistemas de iluminación artificial se torna perentoria pero, además, debe llevarse a cabo dentro de un marco relativamente estandarizado en el que se tienen en cuenta las necesidades de la planta o los riesgos asociados a la exposición lumínica descontrolada.
A continuación compartimos contigo una pequeña guía en la que podrás obtener una referencia clara a las preguntas más comunes: ¿Qué y cuántos focos de iluminación Led para Marihuana se necesitan? ¿Cuántos watts de LED necesito para un indoor?
Cuantos watts de led necesito para un indoor
Para determinar cuáles son las necesidades de iluminación es importante tener en cuenta cuál es la extensión o superficie de cultivo. Existen tres alternativas básicas:
Lámparas de 100 W a 250 W
Para poder llevar a cabo una valoración precisa es necesario establecer una unidad de medida. De forma estandarizada, se parte del precepto de que por cada metro cuadrado deben instalarse, al menos, dos focos LED que proporcionen 200 W en su cómputo total.
En caso de que se esté buscando una fuente de alimentación adaptada a entornos con dimensiones inferiores al metro cuadrado, lo más recomendable es implementar lámparas LED de 120 W.
Por otro lado, también es importante valorar otros factores indirectos relacionados a la extensión de cultivo. A medida que el espacio sea más reducido, la temperatura y la humedad tienden a cargarse más, por lo que en estas circunstancias garantizar un ambiente ventilado se convierte en una prioridad.
Lámparas de 300 W
Aquellos lugares de cultivo que cuentan con una extensión de 1,2 x 1,2 x 2 metros, deben exponerse a fuentes de iluminación LED que, en conjunto, proporcionen 300 W.
Lámparas de 400w
Si hablamos de entornos que sobrepasan los 1,5 metros cuadrados, debe recurrirse a una distribución de lámparas que alcancen los 400 W. Por otra parte, debe tenerse en cuenta la optimización del espacio de acuerdo a la tipología de especies. Por ejemplo, no es aconsejable cultivar especies de plantas muy altas en interiores. De hacerlo, con toda probabilidad, el rendimiento decrecería, especialmente en las franjas inferiores de las plantas, donde no podrían acceder los suficientes lúmenes para propiciar o favorecer el proceso de floración.
Entonces, ¿Cuántos watts de led necesito para un indoor? Como puedes ver, la respuesta es variable en función de algunos condicionantes
Las luces LED en cada ciclo vital de las plantas
Para saber cuántos watts de led necesito para un indoor, también deben tenerse en cuenta los ciclos vitales de las plantas, pues condicionan las necesidades de iluminación y, por lo tanto, esto se traduce en ligeras modificaciones en el sistema de iluminación en función de cada fase.
Al inicio la intensidad de luz debe minimizarse debido a la vulnerabilidad que presentan en sus primeras fases de vida. En caso de que no fuese posible regularla, deben alejarse las fuentes de luz. Más tarde, a medida que las fases de crecimiento se van sucediendo, la intensidad de la luz de ir incrementándose manteniendo el fotoperiodo 18/6.
Con la irrupción de la fase generativa la potencia debe incrementarse sustancialmente. Para contribuir tanto como sea posible a la floración, puede ser interesante valorar el uso de diodos rojos. Aún así, dentro del mercado es posible identificar modelos de luminarias LED que integran un modo floración. En estos casos, debe ajustarse y mantener un fotoperiodo estricto de 12 horas de exposición lumínica seguidas de 12 horas de oscuridad.
Existen circunstancias en las que pueden darse excepciones y llevarse el ciclo lumínico hasta períodos de 18, e incluso 24 horas de exposición lumínica hasta el momento de cosecha. Normalmente esto suele ocurrir cuando se trabaja con variedades autoflorecientes.
Ventajas del cultivo interior con LED
Recurrir a instalaciones de iluminación con tecnología LED repercute positivamente en el cultivo a partir de una serie de beneficios. Algunos de ellos son:
Índices de producción más elevados
Las fuentes de luz con tecnología LED pueden llegar a proporcionar el doble de rendimiento frente a las soluciones tradicionales. Las cuotas de las luces de alta presión de sodio se sitúan en 1 gramo por W por cada metro cuadrado. En el caso de las luces LED se elevan hasta los 2 gramos por W por cada metro cuadrado.
Mayor vida útil
La durabilidad implícita en los sistemas LED es considerablemente más elevada. Mientras que las soluciones de sodio tienen una vida útil que oscila entre los 2 y 4 cultivos con tres meses de duración, las alternativas LED ofrecen cobertura en condiciones óptimas durante periodos de hasta once años ininterrumpidos.
No emiten calor
La temperatura es uno de los factores más importantes dentro de los procesos de cultivo. Optar por soluciones LED proporciona un mayor control sobre esta variable pues se trata de luces frías y, por lo tanto, generan menos calor que las fórmulas de sodio.
Bajo consumo
Es uno de los motivos principales de su popularización. Las luminarias LED generan un consumo un 70% inferior al que producen las luminarias HID. Esto no sólo repercute directamente en un ahorro económico en la factura de la luz, sino que también implica el acceso a un recurso sostenible y eficiente desde el punto de vista medioambiental.
Menor distancia
Al no incrementar la temperatura en exceso, las lámparas LED pueden situarse más próximas a la planta sin que existan riesgos potenciales de quemaduras. La distancia óptima durante la fase de crecimiento se ubica en los 30 y 40 centímetros. En la de floración puede ser más reducida aunque no es aconsejable que sea inferior a los 20 centímetros.
Menor necesidad de riego y fertilizante
El hecho de que no generen emisiones de calor también implica que el sustrato requiere de un tiempo superior para llegar a secarse. Como consecuencia, permanece húmedo durante períodos de tiempo más elevados y las necesidades de riego se reducen.
