Hubo un tiempo cuando las deidades femeninas predominaron en las culturas. Sí: cuando Dios se trataba de una mujer. Y es que la historia y las pruebas de esculturas, tallas y pinturas no nos dejarán mentir.
El motivo, es que todas las plegarias, ofrendas y sacrificios eran en honor a la deidad que era capaz de dar vida. Y las únicas capaces de engendrar una nueva vida son las mujeres. Por lo que principalmente se le daba un enfoque a las deidades: desde la fertilidad de la tierra a fecundidad femenina. Pues esto siempre fue una misma cosa para las sociedades primitivas; además de ser la respuesta a las preguntas existenciales sobre el misterio de la creación.
“Las culturas más antiguas de la humanidad llegaron a la conclusión de que la vida surgía, se perdía y volvía a aparecer en un ciclo incesante. (…) En el marco de este pensamiento animista, concluyeron que la naturaleza en su conjunto era una mujer/madre generadora de vida y crearon la gran metáfora que ha marcado el pensamiento del ser humano hasta nuestros días. Hoy en día está plenamente documentado que esta metáfora de natura/mujer es patente en todo el arte neolítico a través de miles y miles de imágenes”.
Josu Naberan, “La vuelta de Sugaar”.
La Venus de Willendorf
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Pachamama
En varias culturas de los Andes, la Pachamama, o Madre Tierra, es una deidad venerada por ser generadora de la vida, símbolo de fecundidad por su capacidad para producir, bendecir y engendrar plantas, animales, alimentos y otros medios de subsistencia del ser humano.
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Ixchel
Los estudios señalan que podrían ser modelos de belleza paleolítica, mientras que los investigadores aseguran que eran divinidades que representaban la fecundidad y la Madre Tierra. La Venus de Willenforf es una de las Venus prehistóricas reconocida como modelo de la belleza paleolítica del período Aurignaciense.
Ixchel, una diosa maya, fue venerada como la diosa de la Luna por su carácter. Representó la fertilidad estrechamente ligada con la tierra, ya que son los ciclos de la luna los que rigen los tiempos de siembra y cosecha. También se le asocia con la lluvia y con el dios Chaac.
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Coatlicue
La palabra Coatlicue significa “la de la falda de serpientes”. En la mitología azteca, es la diosa de la fertilidad, patrona de la vida y de la muerte, guía del renacimiento, la madre de Huitzilopochtli. También recibió los nombres de Tonatzin, “nuestra madre venerada” y Teteoinan, “madre de los dioses”.
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La Diosa Isthar
Ištar o Ishtar era la diosa babilónica del amor y la belleza, de la vida, de la fertilidad. Se asociaba principalmente con la sexualidad: su culto implicaba la prostitución sagrada; la ciudad sagrada Uruk se llamaba la «ciudad de las cortesanas sagradas», y ella misma fue la «cortesana de los dioses».
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Tlazoltéotl
Es una deidad huasteca, que en la mitología mexica es la diosa más relacionada con la sexualidad y con los estados de la Luna. En los códices se la representaba en la postura azteca habitual para dar a luz o a veces defecando debido a que los pecados de lujuria se simbolizaban con excrementos.
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Isis
Representa la madre, la reina y la diosa de todos los dioses. Isis es el nombre griego para la diosa egipcia Ast, trono en español, y es representada como una mujer con un trono en su cabeza. Isis aparece mencionada por primera vez en escritos que datan de 2.300 a. de C.