“Develar para mostrar aquello que está oculto. Y detonar: diálogo, pensamiento y reflexión”.
Así define el fotógrafo Gerardo Montiel Klint a Develar y Detonar Fotografía en México, ca. 2015 (Centro de la Imagen, Ediciones RM), libro fotográfico que organizó y curó junto a las también fotógrafas Ana Casas Broda y Gabriela González Reyes, con el fin de visibilizar y validar a una parte de la producción fotográfica del país, que no entra en los circuitos de exhibición.
Develar y Detonar… hace una revisión de la producción fotográfica reciente de México a partir de la trabajo de 53 autores; varias generaciones que trazan “un mapa complejo, contradictorio e inquietante”. De acuerdo con los autores, el libro buscan plantear preguntas y abrir la fotografía a la reflexión y al diálogo, para construir nociones que enriquezcan el medio.
La edición contiene textos de los tres organizadores, además del reconocido escritor y periodista Sergio González Rodríguez e Itala Schmelz, directora del Centro de la Imagen.
Charlamos con Gerardo y Ana sobre la génesis del proyecto, la selección y sobre el ser fotógrafo.
¿Cómo nace Develar y detonar…?
Gerardo: Develar y Detonar… comienza como un proyecto para hacer un libro en el que íbamos a encontrar diferentes nexos entre fotógrafos de todo país. En esos puntos de contacto vimos una apertura hacia la sexualidad, un paisaje psicológico, el mirar hacia sí mismo, y en general, un cambio en como se venía haciendo la fotografía, sobre todo en la voz de los jóvenes. Tras hacer la publicación nació la necesidad de darle continuidad con la exposición que está en el Cenart.
Vimos que hay un nicho importante en un momento histórico en el que México pasa por grandes transiciones económicas, políticas, sociales, antropológicas y de costumbres; y nos pareció oportuno para hacer la publicación. En total son 53 autores seleccionados en relación a los puntos de contacto. Y a la anomalía: lo que era peculiar, lo que tenía una voz de autor y aquellos a quienes veíamos que imponían una mirada: no cualquier foto o fotógrafo que tenga premios.
Ana: En los recientes años la fotografía ha cambiado. Esto se nota mucho a nivel internacional. Ha cambiado a partir de cómo se concibe, produce y circula la imagen. Y eso ha provocado una gran diferencia en la forma en la que los autores de México se apropian de la fotografía para hablar de temas que antes no se trataban.
Es muy significativo porque son fotógrafos para quienes la fotografía se ha vuelto un medio natural para hablar de los temas que les interesan: en vez de ser una reflexión hacia adentro del medio fotográfico, es una necesidad de tocar temas trascendentales para los mismos autores. Esto le está dando un renovado sentido a la importancia del arte como una forma del ser humano para incidir en su realidad y reflexionar sobre su identidad.
¿Cómo seleccionaron a los fotógrafos?
G: Son 53 fotógrafos, pero es importante destacar que, tanto en el libro como en la exposición, en ningún lado dice “la fotografía de México”, “los fotógrafos de México” o “los 53 fotógrafos contemporáneos”. No se trata de eso. Lo que queremos es mostrar un pequeño paréntesis de lo que está sucediendo en el país.
A: A algunos de los autores no los conocemos físicamente, a otros sí, en clases o por becas, pero de todos sentíamos que había algo significativo en su trabajo. Otra cosa importante era que fueran fotógrafos de todas partes de la república y no necesariamente con una formación fotográfica: hay gente que viene del mundo de la animación, del grabado, fotorreporteros; hay quienes han estudiado artes plásticas, arte conceptual… que utilizan el soporte fotográfico para su obra.
¿Algún autodidacta?
G: Sí, hay gente autodidacta. De ahí que para nosotros era importante desetiquetarlos, pues en el mundo de ahora las catalogaciones sirven para la academia y a todo lo demás lo constriñe. Hay gente a la que no sabíamos cómo clasificarlos. ¿Retratistas, paisajistas? Lo importante es que están teniendo una postura política, aunque no se vea, y que no es la fotografía que estás viendo todo los días en Instagram o en las demás redes sociales. Tienen una voz particular y a veces, por eso mismo, no entran en ciertos cánones. Están entendiendo a la fotografía desde otra posición.
¿Cómo ha sido la reacción del público?
A: Para muchos fotógrafos ésta es su primera publicación y su primera exposición; no había manera de apostar por un trabajo así, más que como nosotros lo logramos. Dentro del libro nos interesaba que hubiera una narración entre un autor y otro, por lo que a veces no se distingue qué fotógrafo es.
Es una jugada radical por un tipo de libro diferente. Por autores muy nuevos. Y no hay forma de apostar por cosas nuevas si uno no toma riesgos. Se ha generado una respuesta muy vital, aunque hacia adentro del medio se ha generado también mucho revuelo porque no estamos yéndonos a la segura, sino que estamos apostando por gente nueva.
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¿Cómo ha sido la reacción del público?
A: Para muchos fotógrafos ésta es su primera publicación y su primera exposición; no había manera de apostar por un trabajo así, más que como nosotros lo logramos. Dentro del libro nos interesaba que hubiera una narración entre un autor y otro, por lo que a veces no se distingue qué fotógrafo es.
Es una jugada radical por un tipo de libro diferente. Por autores muy nuevos. Y no hay forma de apostar por cosas nuevas si uno no toma riesgos. Se ha generado una respuesta muy vital, aunque hacia adentro del medio se ha generado también mucho revuelo porque no estamos yéndonos a la segura, sino que estamos apostando por gente nueva.
¿Cómo consideran que es la nueva apuesta fotográfica mexicana?
G: La fotografía en México ya no sucede en las grandes ciudades. Ya no hay este eje centralista, y quizá lo más interesante que se está produciendo es de los lugares donde hay menos posibilidades de formación, pues logran que lo local y regional sea universal.
Hay muchos fotógrafos que vienen de comunidades indígenas, como San Juan Chamula, en Chiapas. ¿Y qué pasaba con éstas en los setenta y los ochenta? Iba el fotógrafo de la ciudad, estaba unos cuantos días, hacía un ensayo, regresaba a la urbe y le hacían el libro y la expo. Pero por más que vayas y estudies el lugar, no va a ser lo mismo que lo hagas desde adentro.
A: El medio se está renovando, y más en los últimos años con las generaciones más jóvenes. Hay tal efervescencia que la gente se siente muy confortable al utilizar este medio sin el miedo de tener que seguir las reglas del juego ya marcadas; hay una nueva libertad y una democratización en los medios, que en vez de volverlo más vació lo está renovando y lo está llenando de contenido, no de fotos bonitas de Instagram.
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¿Cómo definirían al fotógrafo?
G: Esa una pregunta engañosa porque en realidad todos somos fotógrafos. Todos tenemos un dispositivo y hemos tomado una foto alguna vez. Lo que tanto a Ana como a mí nos interesa es la gente que con esta herramienta puede empezar a provocar o evocar algo, porque todos sabemos escribir pero no cualquiera hace una novela, y lo mismo pasa con la imagen. La fotografía es muy compleja porque cuánta gente hay produciendo imagen, pero cuanta realmente te produce algo.
¿Cómo generar públicos para la fotografía?
G: La fotografía es algo muy próximo. Y sí es importante que el público, sobre todo en México, esté consciente que hay una gran producción, y que es necesario conocer a nuestros fotógrafos así como lo hacemos con nuestros escritores y demás; hay que consumirla, y así te darás cuenta de muchas problemáticas y necesidades que están sucediendo en el país. Sobre todo de que los jóvenes están provocando un cambio. Y para poder hacerlo no se necesita ser un académico, ya que todos estamos en contacto con la fotografía desde el día que nacemos. Es más, todos llevamos una foto en nuestra cartera, la de identificación, siempre vas con una foto, toda tu vida.
A: Y eso mismo define que la fotografía es un medio que está ligado a nuestra identidad, a cómo te adueñas del presente, cómo catalogas tus recuerdos, etcétera; y ese tipo de vínculo tan potente con el ser humano, nos parece, es una parte fundamental del discurso de autor, lo cual es muy profundo y existencialmente importante. Es algo muy complejo que está muy arraigado en la identidad de una manera muy especial. Por ello la fotografía es un medio que va siempre más delante de las definiciones y que se va moviendo mucho más rápido que la teoría; es un medio que nos es cada vez más natural.
MANUEL ÁLVAREZ BRAVO: LA HUMANIDAD EN LA FOTOGRAFÍA Y EL CINE