La representación de escenarios, situaciones o pasajes históricos puede realizarse de distintas formas: una fotografía, una escena de cine o bien, una pintura o dibujo que recree lo que la mente evoca cuando se piensa en algo en específico. Los dioramas son otra de las posibilidades de crear espacios a escala cuya realización va más allá de apegarse a la realidad.
Los dioramas son una representación tridimensional de una escena o situación, generalmente diseñada para ofrecer una perspectiva lo más realista o artística de un evento, lugar o una idea concisa. Su uso va desde la educación hasta el arte y el entretenimiento, pero su realización va más allá de un simple montaje o «maqueteo«.
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El nombre de dioramas proviene del griego «dia» (a través) y «orama» (vista). Originalmente se refería a un teatro popular del siglo XIX en el cual se exhibían escenas pintadas que variaban su aspecto de acuerdo a la iluminación. En la actualidad, su significado y uso han ido evolucionando conforme a la demanda e interés de sus creadores y apreciadores, pero conserva su esencia representativa.
Es importante destacar que los dioramas no son lo mismo que las maquetas. Aunque en la actualidad existen personas que los usan como sinónimos, hay una diferencia grande entre ambos. La maqueta es una representación a escala de un objeto o una estructura mayormente empleada en la planificación y el diseño de proyectos de diseño industrial, ingeniería y arquitectura. Se enfocan principalmente en la representación de detalles específicos y no siempre muestran una escena inmersiva.
Por otro lado, los dioramas son una representación tridimensional de una escena completa como un paisaje, una escena o un evento histórico. Su función principal es la creación de una experiencia profunda que permita al espectador vivir una sensación de realidad y profundidad de una situación en específico cuidando hasta el más mínimo detalle.
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¿Cómo realizar dioramas?
Elaborar un diorama se trata de una tarea completamente creativa y fascinante. Para iniciar su creación es importante elegir un tema sobre la escena que se quiere representar o que sea de interés propio. Posteriormente se deben reunir los materiales con base a la idea seleccionada; estos pueden ir desde el cartón, unicel, pinturas, plastilina y figuras en miniatura que ayuden a recrear el ambiente deseado.
Quizá el paso más laborioso sea el diseño y el montaje que se va realizando una vez que se han obtenido todos los materiales necesarios. Es importante determinar la ubicación de cada elemento, el papel que tendrán en la representación y la forma en cómo se relacionarán entre sí. Los juegos de luz y sombra ayudan a dar un toque más realista o artístico.
Por último, pero no menos importante, hay que añadir los detalles pequeños que ayuden a enriquecer la escena. Esto puede ir desde vegetación, objetos cotidianos, animales o cualquier otro elemento que le añada vida a la escena que se busca representar.
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Los dioramas pueden ser de distinta índole. Por ejemplo, existen los educativos, mismos que son comunes en escuelas y museos y se usan preferentemente para representar eventos históricos, escenas de la naturaleza o fenómenos científicos. Los artísticos son aquellos que buscan evocar emociones o transmitir algún mensaje en específico, mientras que los de entretenimiento se enfocan en el placer visual y recreativo mayormente empleados para representar escenas de películas, caricaturas o comics.
Los dioramas resultan piezas tan cautivadoras gracias a que su realismo nos sumerge en algo más que una representación estática. Se trata de historias congeladas en el tiempo creadas con el más fino detalle desde la posición de los elementos hasta el matiz y la luz de la pintura. Estas creaciones son capaces de provocar emociones y sentimientos en aquellos que los observan fascinados al apreciar no solo un panorama general, sino también cada elemento seleccionado que compone la escena.