Dice Martin Usborne que cuando era pequeño lo dejaron solo dentro del coche; tal vez en el estacionamiento del supermercado, por unos minutos. Entonces se preguntó sí volverían por él.
Y sintió un miedo intenso: “En la mente de un niño es posible ser abandonado para siempre”. Tiempo después, ya fotógrafo, Martín buscó el reflejo de aquel sentimiento en los perros.
Usborne nació en 1973, en Londres, donde actualmente vive y trabaja. Sus fotografías, dice, tienen como interés la relación hombre-animal. Esa empatía inició tiempo después del incidente del coche, cuando veía un documental en la televisión y se horrorizó por lo que se mostraba en pantalla: un cachorro dentro de una bolsa de plástico era golpeado por algunos hombres.
En su serie El silencio de los perros en los coches, publicada en 2012 en forma de libro, y exhibida al año siguiente en Londres, Usborne llevó esos dos episodios a la metáfora de la imagen: experimento catártico en el que buscó capturar la inquietud, tristeza y enojo al que se enfrentan los perros mientras esperan a sus dueños, “resguardados” en la parte trasera de los autos.
Cuando comencé sabía las fotos serían oscuras. En cierto sentido trataba de volver dentro de mi coche para experimentar lo que no pude soportar. Lo que no esperaba era ver tantas reacciones sutiles de los perros: algunos tristes, algunos expectantes, algunos enojados, algunos abatidos. Era como si al abrir una caja de lápices grises te sorprendiera ver tantos matices dentro.
La serie de Martin se compone de 41 fotografías. El trabajo no fue espontaneo, él planeó las locaciones, los autos y los perros.
El resultado transmite un halo de melancolía y nos conecta con el amor por nuestros canes: una relación que en la historia nos ha dado historias entrañables y a veces frívolas: desde una Kim Kardashian perruna, hasta un gran filósofo aficionado a su can.
FRANCISCO JARRIN: DETRÁS DE LA FOTOGRAFÍA CONTEMPORÁNEA
