En 1933, cuando el Partido Nacional Socialista llegó al poder en Alemania, lo primero que hizo fue crear códigos de todo aquello a lo que los líderes consideraban bueno o apto para el pueblo alemán. Desde la vestimenta hasta el arte, todo estaba sujeto a cuestionamiento. Es así como nace la Entartete Musik, o «Música Degenerada». Todo esto como parte de su campaña contra lo que los nazis llamaban Entartete Kunst o «Arte Degenerado».
Compositores judíos
Como era de esperarse de los nazis, los primeros en entrar a la lista de la Entartete Musik, fueron los compositores judíos. Entre los autores y músicos que fueron vetados se encuentran Felix Mendelssohn, Arnold Schoenberg, Franz Schreker, Walter Braunfels, Gustav Mahler y Berthold Goldschmidt.
Temática judía
Otra muestra del antisemitismo se daba a la hora de implementar la ley en la Entartete Musik, se daba a la hora de analizar la obra misma. No necesitabas ser judío para ser prohibido. El simple hecho de hablar de temas judíos o de mencionar personajes de dicho origen era más que suficiente para que la censura tocara a tu puerta. Esto pasaba también con personajes o temáticas africanas. La música de Ernst Krenek es un claro ejemplo.
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Marxismo
Como bien se sabe, el enemigo natural del nazismo era el comunismo. Esto se empeoraba si pertenecías a la corriente marxista. Si tu música reflejaba esta ideología o se sospechaba de que comulgabas con las ideas de Marx de inmediato entrabas a la lista negra de la Entartete Musik. Un ejemplo claro fue Hanns Eisler.
Música «moderna»
Por otro lado, la música más vanguardista de la época era considerada como algo inferior y «degenerado». Por lo tanto era vista como una ofensa hacia la civilización nazi y su lealtad hacia determinados compositores alemanes clásicos. Schoenberg y Anton Webern fueron tan sólo dos de las víctimas de este absurdo criterio.
Jazz
Finalmente, la música de jazz fue también tachada de «degenerada» a causa de sus raíces y su profunda relación con la cultura afro-americana. Desde el ascenso al poder del Partido Nazi, estos compositores encontraron una creciente dificultad, incluso imposibilidad, de obtener encargos o de ver interpretadas sus obras.
Algunos emprendieron el camino del exilio, por ejemplo, Schoenberg, Weill, Hindemith o Goldschmidt. Viktor Ullmann y Erwin Schulhoff, incluso, terminaron sus vidas en los campos de concentración. A causa de la Entartete Musik.