«EL RETRATO SE HACE DE FORMA COMPARTIDA»
Rubén Márquez es un fotógrafo, cineasta, productor y director que cada día está sumando más adeptos a su espectacular trabajo, el cual consiste en trazar con luz la trayectoria de algunos de los rostros más famosos del Cine Mexicano o congelar el ceño desfachatado de las más importantes estrellas de rock del Jet Set más privilegiado del Olimpo.
El realizador mexicano inaugurará una muestra fotográfica con los rostros más controvertidos de la música, semblantes como los de: Blondie, Pearl Jam, Gran Sur, Zoé, Shirley Manson, Café Tacvba, Hello Seahorse entre otros.
La exposición llevará por nombre Sonoro y está conformada por veinticinco portentosos retratos. Se presentará el viernes 25 de Octubre a las 18:00 hrs. en la Galería Espirituosa de la CDMX.
A continuación una entrevista con este prodigioso realizador:
“Antes no se publicaba una fotografía mala y hoy en día sí, ha bajado mucho la calidad. Técnicamente han mejorado porque las cámaras digitales te enfocan solas”, dijo algún día el fotoperiodista Gervasio Sánchez (Córdova, 1959), ¿eres de los que se molestan porque existen fotógrafos de Instagram?
No, para nada, creo que cada generación tiene sus medios, sus maneras de producir y la tecnología que usa para expresarse. No puedes cambiarlo ni detenerlo y lo peor que puedes hacer es enojarte. Hay muchos fotógrafos de ‘Instagram’ que sigo y que admiro mucho. Para el caso los pintores se enojaban cuando surgió la fotografía, entonces, creo que lo que hay que hacer es adaptarse y trabajar.
¿Fotografiar es apropiarse de lo fotografiado?
De alguna forma sí porque estas capturando una interpretación tuya de una persona, evento o paisaje. Fotografiar es un acto personal, intimo y que se hace a partir de tus ideales, creencias, referencias y ambiciones estéticas, nunca es un evento aislado e imparcial. Siempre hay algo que decides tomar, como cuando haces encuadres en cine. Godard decía que cada elección de encuadre es un debate filosófico y creo que todo acto de documentación tiene que ver con quien eres como artista y como persona.
¿Cuál es el secreto detrás de un buen retrato?
La luz; creo que la luz es la que dicta la razón por la que un retrato puede ser inolvidable. La cámara y técnica en mi caso trabajan para la luz y el tipo de luz que quiero usar. Eso hablando de la parte técnica, si hablamos del personaje, creo que tiene mucho que ver con momentos, espacios donde puedas capturar lo que el personaje te quiera dar es algo que creas junto con el retratado o retratada.
Una vez retraté al bajista de una banda que se llama The Black Lips y en plena sesión tomó un gran trago de una cerveza y la escupió al aire. La foto quedó increíble y me dijo: Great, we made this together! Y nunca olvidé esa lección, el retrato se hace de forma compartida.
¿Cada cuándo dispara la cámara Rubén Márquez?
Cada que puedo y que logramos tener sesiones que me motiven, pero en tiempo real, son normalmente de tres a cuatro sesiones al mes.
Las cámaras son máquinas que cifran fantasías y crean adicción. ¿Cuál ha sido tu favorita?
Mi adicción favorita con las cámaras es definitivamente buscar las imágenes que previamente imaginé, aluciné o soñé. No siempre lo logro, pero cuando sucede, es una adrenalina que no se puede definir y pues te vuelves adicto a seguir buscando y experimentando.
¿Algo feo o grotesco puede ser conmovedor porque la atención del fotógrafo lo ha dignificado?
No creo, supongo que tiene que ver más con saber reconocer la belleza y estar abierto a ella. Tener paciencia y saber ir por ella cuando la ves. Ya ves que Dostoievsky escribió:
“La belleza no sólo es aterradora, sino misteriosa. Dios y El Diablo luchan en ella, y su campo de batalla es el corazón del hombre. Pero el corazón del hombre sólo de su dolor quiere hablar”.
¿Qué te llevó a viajar al lado de Rodrigo y Gabriela para ‘For those about to rock’ (2014) la historia de dos jóvenes mexicanos, que decidieron Hacer lo que más amaban y contra todo pronóstico, pudieron hacer realidad sus sueños más salvajes.
Pues todo fue culpa de Alejandro (Franco) que me invitó a ese enorme proyecto. Las ganas de contar una historia y las ganas de hacer una película por fin. Fue una experiencia única y que espero poder repetir pronto.
¿Cómo es Alejandro Franco como director?
Como todos los directores es exigente, insistente, terco y necio, pero son características que necesitas para sacar un proyecto adelante. Como siempre hay cosas buenas y malas en los proyectos pero aprendí tanto que sólo me quedo con los buenos recuerdos; le tengo un cariño y agradecimiento muy especial a Alejandro en mi vida.
¿Cuál es la experiencia de retratar a Roberto Sosa para tu exposición titulada ‘Rostros del Cine Mexicano Contemporáneo’?
Fue una experiencia maravillosa, es un gran actor pero antes que nada, un tipazo y un profesional. Un deleite haber tenido esa oportunidad.
¿Cómo es la sensación de estar en el Mainstream de todo lo estético?
No sé si estoy en el Mainstream de lo estético, no lo creo, al contrario, si bien los personajes que he retratado son Mainstream mis retratos causan mucha controversia por mi estilo de luz y retoque. Son rostros duros, de alto contraste, múltiples o dobles exposiciones y eso los hace extremos en muchas ocasiones.
Busco el error y el azar en mis retoques y cuando veo que el personaje lo amerita, lo trato de atascar de elementos que quiero experimentar pero muchas veces me rechazan por ese estilo. A veces buscan solo verse bien, sin riesgos y entonces es difícil a veces que me dejen hacer lo que quiera.
¿Qué ves en tus fotografías?
Muchas cosas, depende el personaje, la locación, la luz o la técnica que quiero usar. Definitivamente veo cosas de mí en esos retratos y también veo aspectos muy reales de cada personaje. Es todo un evento emocional para mí tomar un retrato.
¿Cómo ha cambiado tu mirada desde que tomaste por primera vez una cámara fotográfica, hasta ahora?
Muchísimo, la vida te moldea como artista y como persona. Las cosas que ves y como las ves cambian, pero se debe mantener la curiosidad, la ambición y el deseo que tienes desde joven.
¿Qué es lo más difícil de retratar a músicos?
Sus agendas, sus horarios, no puedes disponer de los músicos como podrías disponer de una modelo. Son personas con agendas apretadísimas y que en ocasiones no te dan ni cinco minutos. Cuando retraté a Slash, su Manager me dijo tienes cinco, y pensé que decía cinco minutos y no, eran cinco clicks. Entonces, es complicado, por eso tienes que estar listo en todos los sentidos, mucho tiempo antes de la foto, porque a veces no te dan tiempo ni de respirar.
Quizás el lema de tu trabajo decaiga en las palabras de Stanley Kubrick: “Por muy vasta que sea la oscuridad, debemos suministrar nuestra propia luz”.
Totalmente.
Tus retratos de José José son los que tienen más carácter, ¿qué sentiste este 28 de septiembre?
Tristeza, tristeza que se fue una de las voces más hermosas que ha tenido la música mexicana, pero creo que José José vivió la vida como quiso y pidió en sus canciones, que no sintiéramos lastima ni compasión por el. Él vivió como quiso y hay que recordarlo en sus canciones. Él mismo cantó: Seré, quien todo lo dio por triunfar dejando su vida al pasar, hecha pedazos.
¿Qué artista en verdad te ha asustado mucho?
Asustarme lo que se dice asustarme nadie, nervioso solamente Jack White. Cuando tuve frente a mí a un músico que admiro tanto, mi mano no paraba de temblar. Es la única vez que me ha sucedido, pero solo pude pensar en calmarme y tomar los retratos. Él es una persona muy tranquila y calurosa. Me saludó y agradeció mucho las fotos.
Háblame de ‘Sonoro’, la exposición musical a inaugurarse este 25 de octubre en la Ciudad de México.
Son veinticinco piezas que comprenden diecisiete años de mi carrera en la industria musical mexicana. Son retratos y algunas piezas de actos en vivo como LCD Soundsystem, Rosalía, Pearl Jam y Gustavo Cerati, pero el grueso de la exposición son retratos. Estará un mes y medio en la galería Casa Espirituosa y todas las ganancias de las ventas de las impresiones las donaré a una ONG que trabaja con niños que han sufrido abusos y maltratos.
Me gustaría contribuir a que el público que consume arte y música vea las impresiones finas de mi trabajo y de colegas míos como piezas únicas con valor artístico y no las traten como pósters que compras por 100 pesos afuera de un show. Son piezas que cada fotógrafo crea y que lleva mucho tiempo, vida y esfuerzo para llevar al papel.
¿Cómo fue el contacto con toda esta pléyade de músicos?
Mi carrera empezó en la música como muchos fotógrafos empiezan, en los conciertos y de ahí trabajé en varias publicaciones como Sonika, Warp, 192, Revista Vicio y pues en estos diecisiete años estas en contacto, en distintos contextos, con estos talentos.
Algunos se convierten en buenos amigos, otros sólo agradeces que te reconozcan y te saluden en la calle, otros simplemente te dieron esos cinco minutos de su vida y jamás vuelves a verlos. Hay de todo y pasa de todo, lo importante es que lo viví y lo vivo intensamente.
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