El fetichismo requiere culto y adoración, hacia objetos, figuras o imágenes. Representa la práctica de de comportamientos o acciones brindan atracción o excitación, sobre todo si de fetiches sexuales se trata. Se enaltecen ideas, acciones y conceptos. Se alimentan de la estimulación erótica para aumentar el placer sexual, y es en este punto donde se vuelve imprescindible el consentimiento y la aceptación de los involucrados. Este es nuestro top de los fetiches contemporáneos.
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Mecanofilia
Es uno de los fetiches contemporáneos más extraños. Consiste en la excitación a través del contacto visual o físico con máquinas de todo tipo: automóviles, motocicletas y gadgets.
Lo bizarro no es sólo el culto a la máquina, sino que esta participa en el acto sexual, de ahí proviene el placer de la mecanofilia. Probablemente asistimos a una época en la que la riqueza se traduce en la adquisición de cosas que producen placer por tenerlas, y claro, ocuparlas.
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Cleptolagnia
Este fetiche contemporáneo se plasma nítidamente en la serie de Netflix You. Representa la excitación mediante los recuerdos o sensaciones obtenidas en un encuentro sexual que deriva en el hurto de algún objeto de la propiedad de la persona en cuestión.
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Podofilia
Para nadie es un secreto que el negocio de la venta de fotografías de pies así como el «alquiler» de pies para besar y lamer sin que esto involucre una penetración u otro tipo de prácticas sexuales, son cada vez más rentables. Esto, a partir de que se le quitó el tabú al fetiche de observar, oler, acariciar, tocar o lamer pies de otras personas. El fetiche es tan variado que incluye desde miembros amputados a marcas de nacimiento, esto por ende, varía el precio de las fotografías en venta.
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Misofilia
Oler ropa interior sucia es un fetiche bastante viejo (se habla incluso de una tienda en Japón llamada «Burusera» donde puede comprar ropa interior con distintos días de uso). Se trata de un fetiche milenario que hoy en día es visto con menos estigmas y es tan cotidiano que hay personas que generan ingresos extras comerciando sus prendas usadas en internet mediante plataformas que cuidan la identidad y la seguridad financiera de los y las usuarias.
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Tricolfilia
El placer por el cabello va más allá de mantenerlo sano y brillante. Existen personas que compran cabello o fotografías de para satisfacer su fetiche también nombrado «síndrome de Rapunzel» en alusión al cuento de la princesa de larga cabellera. Si bien es más recurrente el cabello de la cabeza, también existen personas que encuentran el placer en los vellos axilares, genitales o faciales.
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Stephanye Reyes
Periodista en deformación. Humana por imposición, bruja por elección. Ojos defectuosos pero talentosos. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig:bruja_amapola
