El movimiento en las imágenes era la forma en la que Francesca Woodman representaba los fragmentos de historia que para ella, era la fotografía. Los barridos o el congelado se convirtieron en las herramientas técnicas para darle esa sensación viva de circulación a la fotografía fija. Woodman fue una artista joven que murió joven a causa de una depresión que la llevó al colapso y por tanto, la orilló al suicidio.
Francesca Woodman nació en Denver Colorado, en una familia donde el arte y la creatividad llegaron a ella y a su hermano en manos de sus padres. George Woodman y Bety Woddman, fomentaron el gusto por la fotografía en su hija a manera de profesión. Su infancia se desarrolló entre Estados Unidos y la campiña toscana en Italia. Este lugar era permanentemente frecuentado por artistas y personas de la aristocracia.
Grete Stern: fotógrafa y artista plástica innovadora
El arte absorbió a Francesca a través de la pintura en un inicio. Pero, a los 13 años, su padre le regaló una cámara Yashica réflex con la que fue forjando su propio estilo que la caracterizó: formato cuadrado, blanco y negro y una iluminación priorizada. Contrario a lo que enuncian muchos otros artistas, para Woodman, el arte no era un estilo de vida, sino una manera de pensar.
Inge Morath: la primera fotógrafa de la agencia Magnum
WOODMAN, EL APELLIDO SINÓNIMO DE ARTE
Francesca Woodman recibió clases de fotografía cuando los años sesenta daban sus últimas patadas. Esto le permitió relacionarse con artistas jóvenes como ella y que se encontraban íntimamente con la publicación Criss-Cross Art Communication. Aunque de niña presentó cierta inclinación hacia la literatura, en específico a la de la época victoriana, no se vió reflejado en creaciones literarias propias. El simbolismo exquisito dentro de sus fotografías de todo aquello que leyó cuando era niña fue rotundamente notorio.
Sus padres y personas que la conocieron, la describen como una mujer gustosa de la vestimenta extravagante con ropa que no pertenecía a su época. El estilo propio de la artista se reflejaba totalmente en sus fotografías rompiendo incluso, con la idea de la sobriedad y recato que se le exige a las mujeres.
Transformando su cuarto en un estudio, Francesca Woodman empezó a trabajar en sus autorretratos. Imágenes sublimes que combinaban toques surrealistas, futuristas e incluso, psicológicos corrieron en los ojos de la fotógrafa.
ILSE BING, LA FOTÓGRAFA QUE SE CONVIRTIÓ EN «LA REINA DE LA LEICA»
Catalogada como una mujer sumamente talentosa, la fotógrafa Woodman permitió una nueva forma de mirar a las mujeres en el autorretrato. Desde lo onírico de un cuerpo femenino en una fotografía hasta lo potente de una pose o algún objeto ubicado específicamente para plasmar el sentir de la autora.
Sin embargo, ser una mujer con capacidad amplia de expresión artística no la eximió de padecer severos problemas emocionales. La fotógrafa vivía periodos prolongados de depresión que continuamente se reflejaba en su obra. Se cree que las adecuaciones del arquitectura derruida en sus autorretratos, hablaba mucho de cómo concebía su existencia.
La tristeza como inspiración en la vida de Francesca Woodman
No es un secreto que la tristeza, la melancolía e incluso el odio han sido catalizadores en la vida de muchos artistas para generar su obra. Francesca Woodman es una de ellas y su suicidio al saltar en 1981 del loft del edificio Lower East Side de Manhattan, Nueva York, la llevó a la historia con homenajes póstumos debido a la exposición de sus obras por parte de sus padres.
CORINNE DAY, LA FOTÓGRAFA QUE REVOLUCIONÓ LA MODA DE LOS 90
La melancolía y el desazón de un mundo que no comprendía del todo a la fotógrafa ni ella al mundo compaginaron para que Francesca dedicara su corta existencia a representar la intensidad de sus emociones junto con la belleza del presente y lo tangible.
Sus padres, optaron por realizar un documental para mostrar el rostro guardado tras los autorretratos con excelsa composición. Una pieza donde pudieron mostrar la vida artística de la familia y momentos claves en la vida de Francesca. Sus exposiciones póstumas se agregan a una lista de trabajo que inició con la publicación de su único libro (formato en que gustaba ver sus fotografías) titulado: «Algunas geometrías interiores desordenadas».
Mira el documental de Francesca Woddman aquí.
MARTHA COOPER: LA FOTÓGRAFA DEL GRAFFITI EN NUEVA YORK
Stephanye Reyes
Periodista en deformación. Humana por imposición, bruja por elección. Ojos defectuosos pero talentosos. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig:bruja_amapola