Graciela Iturbide es una de las fotógrafas mexicanas más importantes y reconocidas a nivel internacional. La artista ha logrado capturar a través de su lente los paisajes y raíces de un México especial, único y mágico.
Iturbide cuenta con una extensa trayectoria y su obra continúa destacando en México y Latinoamérica. A lo largo de más de cinco décadas ha conformado un vasto acervo de imágenes icónicas para el arte mexicano. Una de las características que distinguen a su obra es la impresión análoga en blanco y negro, uno de los proceso más increíbles en el área de la foto.
Entre sus fotografías más representativas se encuentra Nuestra Señora de las Iguanas (Juchitán,1979), Mujer Ángel (Sonora, 1979), El señor de los pájaros (1984), Magnolia (1986), Ojos para volar (1991), la serie Juchitán de las mujeres (1979-1989) y Autorretrato con pescados (1996).
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Acerca de Graciela Iturbide, la fotógrafa es originaria de la Ciudad de México su obra además de ser sumamente valiosa por su profundo respeto y sensibilidad hacia las culturas indígenas del país. Retrata de una manera magistral los símbolos de la muerte, la vida y la naturaleza. Iturbide dedicó gran parte de su carrera a retratar a diversas comunidades indígenas como los seri, los zapotecas y los mixtecos.
Por otro lado, sus retratos son conocidos por la profundidad y autenticidad con la que están impregnados. Sus imágenes están llenas de simbolismo y elementos visuales que invitan a una interpretación más profunda. De esta manera, la naturaleza, los animales y los objetos cotidianos en sus fotos adquieren un significado especial para la narrativa de su obra.
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El estilo de fotografía en la que podría clasificarse su trabajo va desde la documentación personal y la plasticidad de las formas. Graciela siempre contó con un ojo para la fotografía, no obstante su formación académica se dio en el Centro de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM. Donde conoció a quien sería su mentor: Manuel Álvarez Bravo. Iturbide fue su alumna y asistente por lo que la influencia de Bravo se nota en su estilo y en su enfoque humanista.
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“Angelitos” por Graciela Iturbide
Entre las primeras obras de Graciela Iturbide destaca ‘Angelitos’, en la cual involucra angelitos, infantes o niños jóvenes que han muerto, y su entierro. La artista se obsesionó con la muerte por lo que estas fotografías involucran cementerios o familias yendo a un panteón. De acuerdo al crítico Oscar C. Nates señala que la muerte en las fotografías de Iturbide no es tétrica, sino poética.