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5 REFLEXIONES PARA TU VIDA: HARUKI MURAKAMI

La vida “moderna” se caracteriza por un alto exceso de información y gozamos de menos tiempo de reflexión. Ponerle pausa a nuestras vidas, respirar y evaluar nuestras acciones, es una práctica cada vez menos común. Y al mismo tiempo, nuestras condiciones arrojan la necesidad de realizar un espacio para recapitular nuestra vida. Haruki Murakami nos comparte una serie de reflexiones que esperamos te sirvan en la vida.

No es de extrañarse que la sabiduría de la vida que proviene de oriente se ha retomado por otras culturas. Probablemente tiene que ver con que su fuente es el origen del ser humano, más que de un territorio. 

Por ello decidimos compartirte un autor japonés contemporáneo, Haruki Murakami. Que en sus letras, nos ha dejado reflexiones que podemos asumir en nuestras formas del hacer. 

“Todos vivimos en una especie de jaula. Puede ser de oro y hermosa, pero es la jaula que supone ser solo uno mismo”

La idea que oscila en sus libros sobre la soledad, es bastante interesante. Al contrario de la soledad como algo a lo que debemos temer o huir. El habla de la soledad en sus personajes como un proceso necesario para continuar. Esta es la primera reflexión.

La soledad como vía al autoconocimiento 

LIBROS QUE FUERON PROHIBIDOS EN ALGUNA ÉPOCA

En algunas novelas de Haruki Murakami, el protagonista emprende un viaje en solitario para escapar de la confusión vital. Por ejemplo, el caso del joven fugitivo de Kafka en la orilla, eso le permitirá acceder a aspectos desconocidos de sí mismo. El autoconocimiento hará que logremos tomar mejores decisiones sobre la vida que de verdad queremos vivir aunque no podamos predecir el futuro. De ahí que la segunda reflexión sea:

El mundo es imprevisible

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No es que no sepamos que es absurdo tratar de controlar la vida, porque aunque sepamos que no es posible, pretendemos que todo nos salga acorde a lo planeado o anhelado. Como en la novela: La muerte del comendador. Un pintor de vida acomodada recibe la noticia de que su mujer quiere separarse porque ha tenido un sueño que la empuja a tomar esa decisión y no está dispuesta a contarle que de qué va su sueño. 

Lo importante es saber que estos pensamientos nos causan angustia porque se presentan como posibles amenazas, eso puede ser un gran calmante para la mente.

No busques un sentido

Esta tercera reflexión puede parecer literal, pero más bien se basa en los argumentos de Murakami, se desarrollan en un mundo de caos y aleatoriedad. Justo como el nuestro, sufrir es parte de la vida y no necesariamente debe haber culpables, ni siquiera nosotros mismos. Eso nos aligera la carga de nuestros hombros. En las novelas del autor japonés, muchas veces sentiremos que nuestra vida es un sueño donde las cosas suceden sin razón aparente. Ante eso, la búsqueda de sentido la podemos encontrar y perder, una y otra vez en distintos momentos de nuestra existenciaPor lo que el caos es imprescindible. Ahí a cuarta reflexión.

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El caos es necesario para continuar

Pensamos en el caos como algo negativo y catastrófico, pero es más bien como un reacomodo de la existencia. Es la sacudida que nos catapulta a otra manera de vivir para continuar en un otro nivel. Tal vez el llamado “arte de vivir pueda ser un perspectiva que apoye esto. Vivir el “aquí y ahora” solo es posible si aceptamos que todos estamos capacitados para resolver problemas, como hacen los personajes de Murakami.

El orgullo y el miedo nos quitan lo mejor de la vida

Esta última reflexión es necesaria para el aprendizaje y la manera en cómo nos relacionamos con los demás. En su ensayo De qué hablo cuando hablo de escribir, Murakami menciona una anécdota de 1922, donde al parecer, James Joyce y Marcel Proust coincidieron en un mismo restaurante de París, donde cenaron en mesas cercanas.

Los comensales que los reconocieron estaban emocionados, esperando que aquellos gigantes de la literatura empezarán a debatir. Pero nada sucedió. En palabras del japonés:

“La velada tocó a su fin sin que ninguno de los dos se dignase dirigir la palabra al otro. Imagino que fue el orgullo lo que frustró una simple charla, y eso es algo muy frecuente”.

Quizá si viéramos a todas las personas como maestras y maestros especializados en algo, y pensar que en ese momento nos mostrarán algo increíble, lograremos recibir el saber del otro como un aprendizaje que nos hará realmente grandes.


FUENTE: EL PAÍS


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