Ignacio Bernal, un importante antropólogo, investigador, doctor en arqueología y académico. García Pimentel, como también se apellidaba fue director del INAH y una de las mentes más sorprendentes de la intelectualidad mexicana en el siglo XX. El antropólogo nació en París el 13 de febrero de 1910 y murió en la ciudad de México el 24 de enero de 1992.
Sus estudios los realizó en la UNAM con una maestría en antropología y un doctorado en arqueología; así mismo recibió una maestría en artes en la Universidad de Cambridge, Inglaterra. Durante su carrera y trabajo se convirtió en discípulo y colaborador de Alfonso Caso, arqueólogo mexicano que hizo importantes contribuciones al conocimiento de las culturas mesoamericanas precolombinas.
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Aportaciones claves para la cultura mexicana
Sus primeras investigaciones las realizó en la zona arqueológica de Monte Albán y continuó en Coixtlahuaca y Tamazulapan. El método que utilizó para desarrollar dichos proyectos e investigaciones fue uno combinado. Es decir, se valió de la etnohistoria y arqueología para realizar sus trabajos, los cuales se centraron en el estudio del desarrollo de las culturas zapoteca y mixteca, desde los períodos tempranos hasta el posclásico.
Con el tiempo el antropólogo siguió un camino con el que aportó en gran medida a la historia de México con sus descubrimientos. Bernal identificó más de 200 yacimientos arqueológicos en el Valle de Oaxaca, y dirigió las excavaciones de Yagul y Dainzú. Pero no solo se centró en ese territorio, pues en la década de 1960, fue el director del proyecto de excavación y restauración de la zona arqueológica de Teotihuacán.
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“Haciendo mancuerna con el doctor Caso, pudieron colocar a la investigación arqueológica de Oaxaca en el mapa de México. Además de ubicar a Oaxaca en el conjunto de grandes civilizaciones, también lograron bordar muy fino, haciendo la diferenciación entre las culturas oaxaqueñas. Una de sus grandes aportaciones fue no sólo hablar de los zapotecos del Valle de Oaxaca, sino también establecer los vínculos y la identificación cabal de lo que fue la cultura mixteca.”
Arqueóloga Nelly Robles García
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Entre sus obras literarias y aportaciones bibliográficas destacan: La cerámica de Monte Albán IIIA (1949), Introducción a la arqueología (1952), Tenochtitlán en una isla (1959), Cien obras maestras del Museo Nacional de Antropología (1969) e Historia de la arqueología en México (1979), El mundo Olmeca (1968), Bernal, Historia de la arqueología en México (1979), por mencionar solo algunas.
Además fue galardonado en diversas ocasiones, como el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1969, recibió la Orden Real de Victoria de Gran Bretaña en 1975, así como otros reconocimientos y honores internacionales.