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JAN SAUDEK, LA BELLEZA DEL CUERPO EN COLORES

Jan Saudek es uno de los fotógrafos más destacados e influyentes en todas las etapas de la fotografía, un artista sensible que transmite a través de su lente la belleza del cuerpo humano y desdibuja las fronteras entre la realidad y la ficción además de reivindicar todo tipo de formas y figuras humanas.

El contexto de Saudek lo marcaría para toda la vida, característica que se vería reflejada en su obra. Nacido en Praga, antes Checoslovaquia en 1935, hijo de judíos, él y su familia fueron perseguidos por el régimen Nazi. Jan y su mellizo Karel fueron prisioneros del campo de concentración Theresiendstadt, del que milagrosamente lograron escapar.

En 1950, a los 15 años, Saudek tiene su primer contacto con la fotografía cuando le regalan una Kodak Baby Brownie, con la que retrataba a sus familiares y amigos solamente “apretando el botón y haciendo la foto”, como él mismo lo ha declarado.

Posteriormente ingresó a estudiar en la Escuela de Fotografía Industrial de Praga, en donde comienza a realizar fotos y colorearlas después, este experimento se lo enseñaría a su madre y ella a su vez al médico de la familia; recibe comentarios negativos acerca de su retrato entre los que figuran que el estilo está pasado de moda, lo que desanima a Jan por un tiempo. 

Después retomaría el oficio de la fotografía motivado por dos acontecimientos, por un lado cuando en 1959 su entonces esposa le regala una cámara más profesional, una Flexaret 6×6, la otra circunstancia fue cuando cayó en sus manos un catálogo de la exposición The family of mande Edward Steichen, el cual le abrió el panorama de las posibilidades que experimentar a través de este  arte.

Saudek ha declarado que su deseo es “capturar todas las cosas que conozco y amo, pero sobre todo me gustaría dejar una huella del tiempo que he vivido”.

Expone por primera vez en solitario en la Universidad Bloomington en Indiana.

En la década de los 70 convirtió el sótano de su casa en su propia centro de creación artística, en el cual dio rienda suelta a su imaginación y a sus impulsos creativos, además de ocultarlo a los ojos del régimen comunista, que no veía con buenos ojos su trabajo.

Saudek es conocido por la técnica que maneja, colorea las fotografías en blanco y negro, dándoles un toque de fantasía, desdibujando los límites entre fotografía y pintura.

En la década de los 80 el trabajo del artista traspasó las fronteras de su país y fue reconocido internacionalmente, en esta época publicó su primer libro de fotografías y posteriormente el gobierno checo lo reconocería como artista al permitirle afiliarse a la Fundación de Artistas Visuales Checoslovacos.

Al hablar de este artista, las palabras escapan, el fotógrafo siempre se ha interesado por el cuerpo humano, siendo sobre todo el femenino el que más destaca en sus composiciones. Saudek no solo utiliza figuras consideradas “bellas” o esbeltas, ese es un símbolo fundamental en su trabajo, pues a través de las posiciones y de sus técnicas convierte lo que sea que este frente a su lente en algo sublime.

Con Saudek uno aprende a admirar toda la belleza que se encuentra en nuestro entorno, incluso en las cosas más grotescas o que escapan de los cánones de belleza establecidos, todo es parte de la vida; las reglas de lo bello muchas veces ignoran ciertas figuras o ciertos entornos.

El erotismo que maneja Saudek nos muestra que esta característica puede hallarse en cualquier espacio, persona y circunstancia del mundo.

Su obra también habla del amor, de la muerte, del deseo, la inocencia, la alegría, la angustia, la soledad, la tragedia, lo grotesco, la vida misma, nos invita a observar y entender sin prejuicios.  

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