¿Sabías que La Casa Denegrida era un sitio de meditación para Moctezuma? Así es, el emperador podía desplazarse a través de un conjunto llamado: las Casas Nuevas de Moctezuma.
Las cuales se encuentran actualmente bajo el Museo Nacional de las Culturas. Entre estos restos se encuentra justamente La Casa Denegrida, un lugar sagrado para Moctezuma, pues él solía retirase completamente solo para meditar y poder tomar decisiones.
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El hallazgo de La Casa Denegrida
Fue en 2008 cuando la Casa fue encontrada, un equipo de arqueólogos mexicanos descubrieron primero unas estructuras de las Casas Nuevas de Moctezuma y tras una serie de investigaciones se dio con el uso que tenía esa edificación. Su composición constaba de 5 palacios, donde estaba la oficina del tlatoani, las habitaciones de sus concubinas y hasta un zoológico.
La descripción exacta de la Casa Denegrida, se ha dado como: lúgubre ya que estaba pintado de negro. Y tiene sentido, pues para meditar es necesario silencio, y cero distracciones, en este caso la escasez de luz ayudaba bastante a entrar en un estado mental elevado.
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Los españoles fueron quienes llamaron este edifico como tal (la Casa Denegrida). Pues la falta también de ventanales la hacia ver aún más os cura. Una teoría dice que fue específicamente aquí donde el tlatoani tuvo un presagio; conocido como «la leyenda de los 8 augurios». Los cuales eran acerca del fin del mundo azteca.
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La leyenda de los ocho augurios en la Casa Denegrida
En este aposento sin ventanas, de paredes negras y piso de basalto oscuro, se encerraba Moctezuma. Donde se le reveló aquella visión con las cosas más maravillosas y espantosas que sucederían en su mundo.
«Una noche de revelaciones, cuenta la leyenda, Moctezuma vio por primera vez una llamarada de fuego. Era el año 1509 y aún faltaba una década para la aparición de los foráneos en tierras indias, sin embargo, fue una visión que se repitió durante varias noches ante los ojos del huey tlatoani. Incluso los demás aztecas vivieron aquella época con enfática extrañeza, pues ocurrían desastres y accidentes como si estos anunciase la llegada de la muerte.»
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Fue aquí que también escuchó el famoso grito de “La Llorona” que decía: ¡Oh hijos míos, ya nos perdimos!, ¡Oh hijos míos a dónde los llevaré!”.
Cinthia Flores
Fotógrafa y reportera.
