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La Emperatriz: La estrecha relación entre un cuadro de Manet y la serie de Netflix

El éxito de «La Emperatriz» fue inminente desde su estreno en 2022. Su debut a través de la plataforma de streaming ha capturado la atención global con un mezcla perfecta entre el romance, la intriga y el drama histórico. La trama explora la vida de la princesa bávara que más tarde se convirtió en emperatriz de Austria con todo y lo que ello implicaba frente a la corte de los Habsburgo en el siglo XIX.

El desarrollo de la trama de «La Emperatriz» es tan exquisito y detallado que los personajes cobran claridad desde el inicio. El éxito de la serie ha logrado que más personas se interesen en la historia de Sisi, pero también en quienes la rodearon. De tal modo, que es imposible desconocer su estrecha relación con México gracias a un individuo en particular: Maximiliano de Habsburgo.

Y es que la historia de este personaje sobresale previo a la serie de «La Emperatriz«. El emperador de México cuya monarquía fue forzada para luego ser abandonado a su suerte. El recuento de su paso por México no debe perderse del meollo en el que él y su esposa Carlota llegaron al país. En medio de una brutal invasión francesa y que su desarrollo imperial en México se dio en paralelo con la democracia del presidente constitucional Benito Juárez.

«La ejecución del Emperador Maximiliano» es el cuadro que guarda relación con la serie «La Emperatriz«. Se trata de una serie de pinturas que el pintor francés Édouard Manet elaboró entre 1867 y 1869 que muestran el fusilamiento del monarca. Respecto al tema, Manet elaboró tres pinturas de gran formato, un pequeño boceto al óleo y una litografía. Las obras se reunieron en 1992 con el propósito de exhibirla en Londres y Mannheim. Posterior a ello en 2006 se llevo a cabo la exhibición «Manet and the Execution of Maximilian» presentada por el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

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Como dato curioso, aunque la obra se terminó en 1869, la fecha de la firma que aparece en la esquina inferior izquierda reproduce el año en que fue ejecutado Maximiliano. La pieza permaneció guardada en el estudio de Manet, por lo que al paso del tiempo, algunas partes del lienzo fueron dañadas. Tras la muerte del pintor, las secciones maltratadas se cortaron y destruyeron por sus herederos. Los fragmentos supervivientes fueron vendidos como pinturas individuales.

Después de la muerte del pintor, las secciones maltratadas fueron cortadas y destruidas por sus herederos. Los fragmentos que quedaron se pusieron a la venta como pinturas individuales. En la década de 1890, el artista Edgar Degas se dedicó a buscarlos para integrar la obra original. Otras versiones inconclusas están también en las colecciones del Museum of Fine Arts de Boston y el Ny Carslberg Glyptotek en Copenhague. Ejemplares de las litografías están resguardadas por el Metropolitan Museum of Art en Nueva York y el Clark Art Institute en Williamstown, Massachusetts.

Otro apunte importante de la pintura ligada a la serie «La Emperatriz» es que el historiador británico, Edward Shawcross en su libro biográfico, «El último emperador de México» sostiene que el cuadro de Manet tiene errores. Según su investigación, Maximiliano no estaba en el centro sino a la derecha desde el punto de vista del pelotón de ejecución, y no llevaba sombrero, aunque afirma que la impresión de serenidad que arroja es acertada.

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