Mark Zuckerberg provocó revuelo en redes sociales debido a la majestuosa estatua que le regaló de cumpleaños a su esposa, Priscilla Chan. El magnate de la tecnología decidió rendirle homenaje a su alma gemela y al mismo tiempo expresarle su admiración.
Se trata de una enorme escultura inspirado en una peculiar tradición. Fue a través de su cuenta de Instagram que Zuckerberg reveló el presente con una fotografía. «Trayendo de vuelta la tradición romana de hacer esculturas de tu esposa», escribió como pie de la imagen.
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En la fotografía aparece Chan, luciendo una túnica rosa junto a la enorme estatua de turquesa, que porta una prenda de plata soplada por el viento. El fundador de Facebook dio a conocer que la obra se la encargó a Daniel Arsham, un famoso escultor y artista. Reconocido principalmente por su trabajo con marcas como Tiffany & Co. y Pokémon.
Zuckerberg comentó en alguna ocasión que ya desde hace un tiempo quería realizar la estatua. Y fue hasta que surgió la oportunidad de trabajar con Arsham, que finalmente se decidió.
La obra de Daniel Arsham fue creada especialmente para la esposa del CEO de Meta, Mark Zuckerberg y podría estar hecha de cristal y ceniza volcánica. Ya que el artista suele trabajar con estos materiales, además de que es un estilo similar a una escultura que el escultor hizo para una exposición en la iglesia de Venecia Chiesa di Santa Caterina.
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La tradición de las esculturas romanas
Las esculturas de la Antigua Roma son muy famosas en el arte antiguo por diversas razones. Tenían como fin representar lo que ellos consideraban como su ideal de la belleza con algo de realismo. Acerca de la tradición de esculpir a las mujeres, especialmente esposas, se basó en el ideal romano de «pietas», que enfatizaba el deber, la lealtad y la devoción a la familia, los dioses y el estado.
De acuerdo al medio Roman Empire Times, la escultura a semejanza de una esposa representaba la encarnación de ciertas virtudes. Tales como su «integridad moral, fertilidad y lealtad a su esposo y su familia». Era entonces que solamente las familias más ricas de Roma podían permitirse el lujo de encargar estas estatuas, haciendo hincapié en las cualidades valiosas de la sociedad romana, como la virtud, la modestia y la belleza física.