El gran Marcel Duchamp, fue, es y será uno de los referentes dentro del mundo del arte. Ya que actualmente es considerado como el artista más influyente del siglo XX.
Duchamp se ganó a pulso este título y el sitio que sigue ocupando como artista, pues su obra y aportaciones influyeron fuertemente en la evolución de la corriente del dadaísmo; además de que hoy en día, sigue marcando tendencia en el arte contemporáneo. Sin olvidar que es uno de los principales valedores de la creación artística como resultado de un puro ejercicio de la voluntad, sin necesidad estricta de formación, preparación o talento.
Las obras de Duchamp
Marcel, experimentó varias facetas como artista, desde la pintura, la instalación, el performance, el arte-objeto, escultura, etc. Siendo La partida de ajedrez, uno de sus primeros cuadros antes de adentrarse y dejarse llevar por los movimientos como, el cubismo, el futurismo, el fauvismo, etc.
Tiempo después vemos florecer dentro del pintor su etapa inclinada al cubismo, donde figuran las obras de Sonata y Dulcinea. Cada obra de Duchamp siempre fue diferente la una de la otra, sobretodo cuando cambiaba de movimientos e influencias, era muy de golpe.
Tras el cubismo, despertó la curiosidad por el movimiento y más abstracción, es entonces cuando llega su etapa futurista, con un ejemplo como: Desnudo bajando una escalera (1912).
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Y es entonces, años después, de viajes, personajes y experiencias que marcaron al artista, lo que provoca que se ponga todavía más interesante su gran travesía, dentro de este curioso mundo creativo. Aparece, así la famosísima, Rueda de Bicicleta.
Rueda de Bicicleta
La Rueda de bicicleta es un objeto de arte encontrado, que consiste en una rueda de bicicleta en su horquilla sobre un taburete de madera. En 1913, en su estudio en París, él montó la rueda invertida verticalmente sobre un taburete alto de madera.
Botellero de Hierro
Fue elaborado por Duchamp en 1914. Se trata de un readymade “no interesante ni en la forma ni en nada, sino indiferente”. Eso sí, y como describió el propio autor, fue realizado “para criticar devastadoramente a las obras de arte, y tratar de fetiche a todo objeto artístico”.
La fuente
En 1917, la historia y la manera de ver al arte cambiaron para siempre. Es una pieza también de readymade, es decir, se refiere al arte realizado mediante el uso de objetos ya existentes que normalmente no se consideran artísticos.
Justamente con esta obra, como ya lo mencionaba, se inició una auténtica revolución en el mundo del arte, refiriéndonos exactamente al vanguardismo. Pues Duchamp demostró a diestra y siniestra que cualquier objeto puede considerarse una obra de arte, una vez el artista lo saca de su contexto original.
Por ejemplo, este urinario, titulado La Fuente, fue extraído de un baño para colocarlo en medio de una galería de arte para convertirse en eso, en «arte».
Finalmente el urinario original se perdió, pero gracias al registro fotográfico del galerista Alfred Stieglitz, se pudieron realizar réplicas por encargo de Duchamp en la década de 1960, de las cuales 15 están ahora en exhibición en una serie de diferentes museos alrededor del mundo.
L.H.O.O.Q.
El pintor realizó su propia versión de La Gioconda en 1918, pues mas bien pintó sobre esta obra maestra intocable un bigote, una barba pequeña y le modificó el nombre. Son siglas que traducidas del francés significa «Elle a chaud au cul» (Ella tiene el culo caliente).
Con varias versiones más de la obra, bajo el nombre de «L. H. O. O. Q. Afeitada.»
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El gran vidrio
También conocida como La novia desnudada por sus solteros, es una obra que Marcel Duchamp creó con gran cuidado entre 1915 y 1923. Fue elaborada en dos hojas de vidrio con materiales como papel aluminio, alambre fusible y polvo.
Entra en la categoría de las obras más complejas de la historia del arte; El Gran Vidrio se nos presenta como un gran enigma visual, en la que su significación queda abierta a la imaginación del propio espectador aun contando con un manual de instrucciones para observarla escrito por el propio autor.
Esta obra fue dada por terminada por el mismo Duchamp, cuando se destruyó accidentalmente durante un traslado.
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Autorretrato de Duchamp
El icónico Duchamp se representó a si mismo en un autorretrato; de una manera que raya en el minimalismo y abstracción, tenemos al artista de perfil con una simple silueta negra.
Fue precisamente un collage realizado con terciopelo, donde son reconocibles los rasgos tan familiares Marcel, acompañados de una breve frase: “marcel déchiravit”, que significa «Marcel arrancó esto de manera rápida”.
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Étant Donnés
Étant donnés (La cascada) es la última gran obra de arte de Duchamp, y una de las que más sorprendió al mundo del arte. Ya que tras un lapso en el retiro por casi 25 años que pasó disfrutando de su pasión por el ajedrez, el artista volvió a la mirada del público con este trabajo en 1966.
Se trata de una instalación, visible solo a través de un par de mirillas en una vieja puerta de madera.
