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LOS RAPEROS SON LOS NUEVOS ROCK STARS

Raperos rockstars

Friedrich Nietzsche afirmó que Dios está muerto. Los Beatles que ellos eran más grandes que Jesús. Y Kanye West… que es más grande que todos.

Por Jimena Gómez Alarcón / @jimena_blue

Al declarar la muerte de Dios, Nietzsche —por supuesto— no se refería a una muerte literal, sino a que la función de éste ya no podía ser ejecutada. Los valores universales cristianos ya no eran ni tan universales ni cristianos, y el universo ya no se regiría por un solo yugo. La muerte de Dios es entonces como la de Biggie o Tupac; mueren conceptos y el mundo que los acompañó se ve forzado a destruirse con ellos. Si bien Nietzsche cambió el juego al matar a Dios, el que verdaderamente dropeó el micrófono fue Umberto Eco: “Si Dios existiera, sería una biblioteca”. ¡PUM! El orden del mundo es una recopilación de sí mismo.

Del mismo modo, el orden de la música es documentación y renovación. De cada tanto en tanto sus dioses también deben morir. Dios entonces se convierte en una silla vacía y lo único que se necesita para ser la nueva deidad es tener los huevos de ir y sentarse.

“We culture. Rap is the new rock ‘n roll. We the rock stars. It’s been like that for a minute…”. Kanye West, hablando con Zane Lowe de BBC One en 2013. La frase que infartó a Dave Grohl y a todos los fans de Pink Floyd que aún no deciden cortarse la coleta. E hizo bien.

Kanye West

WE CULTURE

El hip hop es sin duda el orden universal de nuestra época: suena en cada país, influye en todas las artes de consumo popular y —lo más importante— en nuestra forma de ver el mundo. De acuerdo con datos compilados y publicados por Spotify (julio, 2015), el rap es el género musical más escuchado en el planeta. Ya no se trata de la expresión social de un sector ignorado por la sociedad estadounidense. No. Desde de los márgenes de un mundo que se negaba a ver la cultura negra, ésta ha logrado apoderarse y regirlo todo. Lo cual no es necesariamente malo o bueno, sino inevitable y hasta cierto punto, muy merecido.

Lo anterior no significa por sí mismo que el rap sea el nuevo rock. Para afirmar tal cosa hace falta una parte fundamental de la ecuación: alguien debe morir.

Kendrick Lamar

RAP IS THE NEW ROCK N’ ROLL

Comencemos por lo obvio: un género musical nunca muere del todo; se transforma, debilita o fortalece; se acerca y aleja de las masas y nunca tiene un lugar seguro en la cima de la industria; es un pasajero más en aquello que llamamos cultura. Entonces, el rock no está muerto, pero sí está pasando por un muy mal momento; su esencia se desvanece y cada vez es más difícil identificar qué hace que algo sea rock; las guitarras van y vienen, las estructuras no obedecen a nada y lo que es rock para uno, para muchos otros será pop, folk, lo-fi o uno de los cientos de subgéneros que hemos creado en una inútil (y contraproducente) intención de claridad.

El hip hop no puede ser el nuevo rock porque el género sigue construyéndose y reinventándose. Incluso a expensas de sí mismo. Aquí Kanye está equivocado.

Young Thug

WE THE ROCKSTARS

Se dice que el punk no es un género musical, sino una actitud. La misma lógica debería aplicarse al término rock star, el cual es descrito por el diccionario de Oxford como “Una persona tratada como celebridad, especialmente por inspirar admiración excesiva”, y por Urban Dictionary como “Una persona que puede parrandear toda la noche y aún así levantarse en la mañana a ‘ocuparse de sus negocios’”.

Guiándonos por cualquiera de estas definiciones resulta imposible negar que los raperos son unos rock stars; pero bajo esa misma lógica, Kim Kardashian sería la más grande rock star del planeta (y no su esposo), por lo que resulta indispensable matizar esta información: un rock star es un superhéroe; algo más grande que la vida misma y una figura que el resto de los mortales sólo podemos admirar a la distancia. Es también un rebelde; alguien que rompe paradigmas y crea nuevos. Todo sin esforzarse demasiado. Es un genio y un sex symbol. La regla que mide todo. Finalmente, alguien que puede cambiar al mundo.

Entendamos que “Rock” y “rock star” no son sinónimos: el rock está vivo, son los rock stars los que han muerto. Veamos pues los candidatos que ahora, en pleno 2015, pueden representar todo lo antes mencionado: ¿Dave Grohl? Nah. ¿Jack White? Mewh ¿Thom Yorke? No creo que esté interesado. ¿Mac DeMarco? Ninguno evoca lo de Jagger, Morrison, Cobain o Mercury. Esto sin mencionar que el único que sigue vivo de esta lista ahora pasa su tiempo acompañando a Taylor Swift en el escenario, acto que hace un par de años hubiera infartado a todo auto proclamado rockero.

Ahora volteemos al reino del rap. ¿Quién entre sus filas nos habla de innovación? ¿Quién le está pintando el dedo al sistema mientras se apodera de la industria?. Drake, Fetty Wap, Tyler, The Creator, Chance The Rapper, etcétera. ¿Quién tiene una vida que el grueso de la población sólo puede imaginar?: Digamos, Jay Z, 2 Chainz, Lil’ Wayne, A$AP Rocky. ¿Quién está creando música verdaderamente fresca y emocionante? Kanye, Young Thug, Migos, Earl Sweatshirt, Travi$ Scott y claro, Kendrick Lamar.

Digámoslo de la forma más simple:  Kanye está cambiando al mundo, Dave Grohl no.

The Creator

IT’S BEEN LIKE THAT FOR A MINUTE

De todas las deudas culturales que tenemos con la comunidad afroamericana, la musical está arriba en la lista. El rock, por decir algo, le debe mucho más de lo que está dispuesto a reconocer. Nada se crea de la nada, incluso las revoluciones más radicales tienen antecedentes y cuando hablamos de música, suelen encontrarse en las trincheras de la comunidad afroamericana estadunidense.

La historia moderna de la música no se podría contar sin el jazz o el blues. Es por esto que el ascenso de la cultura negra en el país más poderoso del mundo no es para nada sorprendente. Si acaso ha tomado mucho más tiempo del debido.

Basta decir que la comunidad negra no tomó su lugar en la cima de la cultura orgánicamente, es decir, obedeciendo los ciclos usuales, sino a través de un verdadero golpe de estado cultural; es por esto que al evolucionar tomó formas más violentas: del suave Motown que los niños blancos podían bailar en sus proms, hasta los caóticos sampleos del Yeezus, aquellos que destrozan la melodía, el ritmo y al mismo tiempo recuerdan a la cultura que los engendró. Esa misma violencia es la que le permitió al género acomodarse y tomar la silla que ya venía reclamando desde los tiempos de 2Pac, Biggie, RZA, Guru y Rakim. El género lleva tiempo sentado. Ahora sólo está estirando las piernas.

Migos

Del impreso número 16

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