El arte producido por los dibujantes de mangas, mejor conocido como mangakas, se encuentra en una situación un tanto alarmante. En tiempos modernos donde la tecnología pareciera poder reemplazar cualquier labor y la explotación laboral es una constante, el problema se agrava. Así es como la industria del manga, una de las piedras angulares de la cultura popular japonesa, enfrenta una encrucijada.
La mangaka japonesa Mayu Shinjo, publicó un artículo donde nombra lo que ella considera «el mayor problema de la industria del manga en Japón». Dentro de su publicación, Shinjo exhorta a poner atención sobre la creciente explotación de los mangakas y los bajos porcentajes de regalías. Esto, motivada por el suicidio de Ashihara Hinako, en enero de este año. Su muerte se vincula con el nulo reconocimiento como creadora original en la adaptación live-action de su obra Sexy Tanaka-san.
Escribí esto hace un tiempo, pero no pude publicarlo… Trata sobre lo que considero el mayor problema de la industria del manga. Creo que necesitamos crear conciencia sobre la situación actual y provocar cambios a nivel individual… Con lo que ha sucedido recientemente, me he cansado del sistema inmutable impuesto por las grandes corporaciones. Por favor, lean esto. La era de la explotación de los artistas de manga por parte de las editoriales ha comenzado
Mayu Shinjo
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Condiciones laborales injustas para los mangakas
Cabe destacar que Mayu, es una artista destacada en el estilo shojo/erótico del manga. Su trabajo como mangaka la ha mantenido activa desde 1994 y cuyos trabajos eran para Shogakukan, una de las editoriales más importantes de Japón. Pero, años más tarde, abandonó la compañía e inició un camino laboral como freelance debido a las condiciones de explotación laboral. Desde su perspectiva, en su publicación detalla la realidad a la que se enfrentan los dibujantes por los malos tratos empresariales.
La denuncia de Shinjo es un llamado para proteger los derechos de los creadores y asegurarles un futuro más justo a todos los mangakas. En su denuncia pública, ella destaca principalmente las regalías y el mal pago de ellas. Según su información, el manga impreso les ha aportado a los artistas un estándar del 10% a lo largo de los años. La justificación del bajo sueldo recae en la necesidad de pagar editores, tipógrafos, imprentas, mediadores de ventas, minoristas y empresas de gestión de almacenes.
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Shinjo destacó que aún con la reducción de procesos actuales, las regalías para los mangakas permanecen en el 15% y raramente en el 20%. Mediante sus experiencia personales, Mayu reflejó la actitud de las editoriales hacia los mangakas y su trabajo. Tras abandonar Shogakukan y negarse a ceder los derechos de sus obras, intentó negociar directamente con su distribuidor de e-books para publicar su obra. Al buscar que esta fuera publicada bajo un mejor costo, la editorial amenazó al distribuidor y lo presionó para no aceptar el trato.
Shinjo menciona que aunque hay más mangakas alzando la voz por las bajas tasas que reciben, la editoriales no abren el diálogo. Además de que es común que los artista alquilan estudios y contraten personal de su propio bolsillo, reduciendo aún más sus ingresos.
Shinjo concluye su artículo invitando a los mangakas a que cuestionen a las editoriales sobre las regalías. Invita a pedir desgloses de los porcentajes y una buena negociación para que las editoriales cubran los costos de los asistentes. Pide a los creadores que ayuden a proteger la profesión de mangaka y no permitan que se les explote.