Marc Chagall, fue un pintor ruso y francés, reconocido por haber sido uno de los padres del modernismo; especialmente vagando entre el cubismo y el surrealismo. El artista no se cerró únicamente a la pintura, sino que fue más allá, llevando sus habilidades en diversas disciplinas como: la cerámica, el vitral, el grabado y la ilustración. Chagall se inició en el arte desde que tenía la edad de 19 años, trasladándose y moviéndose en las capitales más importantes del arte en aquella época. París, Berlín y San Petersburgo.
Más tarde se encontró atrapado entre la Primera y Segunda Guerra Mundial, la cual provocó su huida a Estados Unidos en el año de 1941. Pues era de origen judío y los nazis comenzaron a perseguirlo, también al ser acusado de crear un tipo de arte un tanto «degenerado» a los ojos de los alemanes.
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Tiempos mejores
El pintor se instaló en Estados Unidos, precisamente en Nueva York, y fue allí donde alcanzó la máxima fama con su pintura. Marc tenía un estilo muy peculiar, sus ambientes son mágicos y llenos de misterios. Algunos de sus trabajos más importantes son La aldea y yo (1911), El violinista verde (1923-1924), El cumpleaños (1915), Soledad (1933). Otras de sus obras fueron plasmadas en importantes piezas arquitectónicas alrededor del mundo como: la Ópera de París, en la Plaza del Primer Banco Nacional en el centro de Chicago, en la Metropolitan Opera House de Nueva York, en la catedral de Reims (Francia), en la catedral de Fraumünster en Zúrich (Suiza) y en la iglesia de San Esteban en Maguncia (Alemania).
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Legado e influencias del arte de Chagall
Principalmente Marc Chagall se inspiró en las costumbres de la vida en Bielorrusia e interpretó infinidad de temas bíblicos en sus obras, una clara alusión a su herencia judía. Así mismo la obra en general de Chagall está conectada con diferentes corrientes del arte moderno. Se le dio un sitio en la mayoría de las vanguardias parisinas que precedieron la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, su obra nunca profundizó en dichos movimientos, sino que únicamente se mantuvo en los límites. Entre los que destacan: el cubismo y el fovismo.
Un elemento muy característico de sus pinturas es que gustaba de realizarse autorretratos, o ponerse como protagonista, al igual que a su esposa. Obras a decir verdad, muy optimistas, llenas de vida y felicidad por el uso de colores brillantes y con altos contrastes. felicidad y el optimismo a aquellos que las observan mediante intensos y vívidos colores. Y una de sus más fuertes pasiones por representar en sus piezas fue el amor, los recuerdos, las tradiciones rusa, judías y los acontecimientos históricos más fuertes que le tocaron vivir.
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«Para los cubistas, una pintura era una superficie cubierta con formas en un cierto orden. Para mí una pintura es una superficie cubierta con representaciones de cosas, donde la lógica y la ilustración no tienen importancia»
Marc Chagall
Un verdadero genio, a quien se le ha llegado a considerar inclasificable. Y en las últimas décadas su gran legado continúa vigente. Pues incluso dentro del cine, el director de cine Hayao Miyazaki, lo ha tomado como referencia. En su película Majo no Takkyūbin, Miyazaki realiza una escena evocando claramente a la obra de Marc Chagall.
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Cinthia Flores
Fotógrafa y reportera.
