Estás parado en una esquina solitaria. Entre tus labios descansa la boquilla de una pipa. El humo denso se cuela entre las comisuras y escapa. Te estás fumando un gallo y estás alerta. A lo lejos ves un destello de luces rojas y azules. Bajas el toque y piensas que ya valió. El Dr. Pánico se te trepó. La única que te puede salvar es Marihuanella.
Marihuanella es una tira cómica que se publica bimestralmente en la revista Cáñamo. El personaje principal es Ananda Pacheco, una mujer morena de cabello negro, piernas fornidas y pechos voluptuosos. Su identidad secreta es Marihuanella, la heroína que ayuda a toda la banda grifa a librarse de la policía y los malos viajes.
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El hombre detrás de Marihuanella es el señor Berumen. Un artista del cómic que de niño prefería dibujar morras y monstruos en la escuela, que poner atención a sus maestros. Berumen tiene el cabello dorado, largo hasta los hombros con los costados a rapa; los ojos del color de una OG Kush fina. Parece un joven menonita hasta que lo escuchas hablar. Nació en la Ciudad de México en 1989, fuma desde los 17 y junto a Marihuanella ayuda a la banda a tener un buen viaje.
¿Quién es el señor Berumen?
Soy Pablo Berumen y tengo 28 años. Hago comics desde hace tiempo, me gusta mucho el cómic psicodélico y el independiente.
¿Cómo que empezaste a dibujar?
Desde chavito me gustaba dibujar y en las clases, en lugar de poner atención, me la pasaba dibujando monstruos y chavas, lo clásico.
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¿Recuerdas algún dibujo en especial?
Me acuerdo que con unos tíos una vez hicimos la copia de un cuadro de Diego Rivera y estuvo bien divertido porque yo nunca había trabajado con colores, fue un viaje.
¿Cómo aprendiste a dibujar?
He tomado algunos cursos, pero siempre me salgo. Soy re malo para la escuela. Mi aprendizaje fue autodidacta, aunque es chida la escuela.
Cuéntame sobre Marihuanella.
Cuando vi que salió Cáñamo, dije: “Estaría bien chido un cómic sobre la mota” y los busqué. Yo tenía uno que se llamaba «La Psilucibiniña», lo vieron y les latió, pero me dijeron que me hiciera algo un poco menos hardcore. Inventé el personaje de Ananda Pacheco, su identidad secreta es Marihuanella. Es una comedia de superhéroes clásica, pero mezclado con la onda de la marihuana, como que te agarren en la calle y todas esas cosas que le pasan a los pachecos.
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¿De que tratan las historias de Marihuanella?
Hay de todo. Unas que a mí me han pasado y otras que me cuenta la banda. Por ejemplo, en el episodio del Dr. Pánico fue algo que me pasó: estaba fumando mota entre dos jardineras cerca de mi casa, pasó una patrulla y me entró el pánico, ya sabes, pero ni siquiera me voltearon a ver.
¿Quiénes son los enemigos de Marihuanella?
Tiene varios. Está El Comandante: un puerco rosa que está dentro del gobierno y va tras ella por ser ilegal. Luego tiene a sus enemigos que son más de la pacheca: El Dr. Pánico y La Pálida. Y también del espacio, porque ella viene de Cogollotrón. En la nueva serie lucha contra Urania, las bestias de la contaminación y el Farmakratón.
¿El personaje de Farmakratón tiene que ver con la industria de los fármacos?
Sí, tiene que ver con ese terror. No sé a la demás gente, pero a mí me da miedo no saber lo que te están vendiendo en la medicina, o lo que estás consumiendo en la comida. Como nos están intentando destruir y controlar de cierto modo, a través de esto. Se me hace algo muy tétrico el negocio millonario de las medicinas.
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En tu historieta hay temas como el del abuso de poder, ¿qué otros tópicos abordas?
Trato de que sea educativo pero a la vez divertido. Hay historias sobre los policías que siempre te quieren torcer, o de cuando te da la pálida, o cuando tu jefa te cacha fumando un toque, cosas que nos pasan a los pachecos. Pienso que algunos grifos nos hemos hecho medio irresponsables [risas]. Es importante ser mejores. Por eso, al final de la historia pongo algunos consejos, como la cantidad de mota que puedes portar, artículos constitucionales que te respaldan y aprender a respetar a quienes no fuman.
¿Qué piensas sobre la marihuana?
Es una planta. Es algo que sale de la tierra y es completamente natural. No es buena ni es mala, depende del uso de cada quien. Puede llegar a ser negativa definitivamente, también está onda de los pachecos de decir que la mota es inocua que no pasa nada es un mito, también tiene su lado oscuro. Para mí es la mejor droga. Mejor que el alcohol y el cigarro, no te mata, no te da cruda. Puedes hacer tus actividades normales. Es también una gran herramienta de creatividad e inspiración. Me encanta.
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¿A qué edad empezaste a fumar?
A los 17, ya sabes, con los cuates. Primero se las pedía según para dibujar, pero ya que llegaba a mis manos la mota me ponía fumar y nunca dibujaba [risas].
¿Crees que eres como dices, un pacheco responsable?
Todavía no, como me gustaría. Tendría que fumar menos [risas], porque luego me la paso pachequee y pachequee.
¿Qué opinas sobre la ilegalidad de la mota?
Es un negocio para mucha gente, como los políticos y narcos. Lo padre de la marihuana y por lo que ha sido ilegal es porque no puedes patentarla. La gente la puede sembrar y la puede tener en su casa y no puede llegar ninguna farmacéutica y decir no puedes usarla porque es nuestro producto. La marihuana es libre.
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¿Qué música escuchas?
Me late el metal, el rap y el reggae.
¿Y tu prosa?
Me gusta Norman Mailer, Horacio Quiroga, Roald Dahl, Irving Wallace, Thomas Pynchon.
¿Te gusta la poesía?
Sí claro. El poeta Julián Herbert se me hace jefe.
¿Qué es lo que más desprecias?
El abuso de poder ilimitado.
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¿Cuál es el rasgo principal de tu carácter?
Soy muy necio.
¿Tienes algún miedo?
Qué me persigan [risas].
¿Algún plan para el 4:20?
Unos porritos y un rol.
Miguel J. Crespo
Estudiante de periodismo en la Carlos Septién García. Mi pasión es caminar sin dirección alguna. Se me facilita perderme por lugares que ya conozco. Hago fotografía porque creo que la literatura es su fiel compañera. Me deleita la poesía de Novalis y la prosa de Fernando Benítez. Pambolero de barrio. Siempre he creído que no estoy viviendo, porque la vida es efímera.