El juego sigue siendo hasta hoy uno de los pasatiempos de los españoles. Apuestas deportivas, casinos en línea, máquinas tragaperras: son puntos de referencia para millones de usuarios. En los últimos años, el juego online sigue creciendo y multiplicándose, superando incluso a los canales de juego tradicionales, gracias a las tecnologías más avanzadas del sector.
El número de jugadores activos en España subió % los 1,37 millones de usuario el año pasado, según Epdata. Datos claros e incontrovertibles no sólo en España, sino en el mundo, donde el juego online se abre paso cada vez más y con una frecuencia cuanto menos clamorosa. No es casualidad que sea el juego online el que mejor ha absorbido los efectos del cierre y de Covid-19.
El número de clientes está creciendo, así como el importe gastado por los usuarios y el número de alternativas de juego. Pero, según los expertos, la accesibilidad desenfrenada a los juegos de azar puede suponer un riesgo para la salud. Más aún después de varios meses de encierro.
De ahí la necesidad de una normativa clara y estricta que proteja la salud psicofísica del consumidor, preservando sobre todo el verdadero objetivo del juego: la diversión del consumidor.
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Los primeros pasos que hay que dar en este contexto deben darse en el diseño de los juegos que ya están en fase de desarrollo. Los gráficos, los sonidos y los colores pueden inducir un estado de adicción en el consumidor.
Por estas razones, Inglaterra ha dado los primeros pasos para adoptar un paquete de medidas en el diseño y desarrollo de las máquinas tragaperras. Con parámetros claros: la velocidad del juego se ralentizará y las características controvertidas se bloquearán. En primer lugar, significa el fin del modo autoplay, que permite acelerar la velocidad de la tragamonedas, y del modo multi-slot, en los que un usuario puede hacer varias apuestas simultáneamente en varios juegos.
La velocidad mínima incluida en el nuevo código deberá ser mayor de 2,5 segundos. Pero la cosa no acaba ahí, ya que el sector del juego va a cambiar el etiquetado de los juegos, con el objetivo de que se entiendan mejor algunos términos clave que pueden resultar controvertidos.
Un código que sería una clara ventaja para los numerosos operadores de juegos. Y eso beneficiaría no sólo a las grandes marcas, sino también a los consumidores. Muchos de los operadores más importantes a nivel europeo, entre los que destaca el gigante sueco StarVegas Casino, están dispuestos a integrar estas medidas en sus plataformas, cambios que se ven facilitados por las colaboraciones con algunas de las mejores casas de software del mercado.
Estas medidas, junto con la aportación de los protocolos de Juego Responsable y la certificación eCogra, pretenden reforzar las medidas de protección del jugador e impulsar el juego en línea hacia una nueva era.