El arquitecto Antoni Gaudí, además de dedicarse a los edificios, también generó obra mobiliaria y en ocasiones hasta diseño de interiores. En cuanto a la arquitectura recordemos que sus increíbles creaciones como: la Casa Batlló, la Casa Milà–La Pedrera y la Sagrada Familia, entre otras. En esa época la realización de mobiliario por arquitectos era algo muy común entre finales del siglo XIX y XX.
Precisamente Gaudí, no encontraba muebles adaptados a su nueva propuesta de arquitectura, por lo que terminó sumergiéndose también en dicha disciplina y fue así como realizó él mismo sus muebles. Aquí es donde entra uno de los principios que seguía fielmente el catalán, para Gaudí y para otros arquitectos Nouveau, entendieron la arquitectura como un todo. Es decir, se trataba de incluir tanto elementos exteriores como interiores.
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Estilo y aplicación en muebles
Al plasmar su arte en edificios o en muebles como este es el caso, Gaudí demostró tener cierto estilo; el cual fue evolucionando con el paso del tiempo. En sus primeras piezas domina una influencia del eclecticismo y del estilo neogótico como referencia estructural y formal. Como muestra, el mobiliario de la Capilla-Panteón de Sobrellano, Comillas (1878-1881), es un claro ejemplo de lo mencionado.
Más tarde proyecta una transición en su obra, que se destaca en los siguientes muebles que diseña. Los asientos del Palacio Güell o las butacas tapizadas del piso principal de la Casa Calvet representan la fastuosidad de los dueños. La chaise-longe (1889) del Palacio Güell, de madera, hierro y terciopelo dorado, muestra también una gran riqueza de detalles. Se inspiró sobre todo, en los modelos del Segundo Imperio Francés. La línea curva del mueble obliga a apoyarse cómodamente en el brazo y en el confortable respaldo.
CASA BATLLÓ: LA OBRA MAESTRA DEL ARQUITECTO MODERNISTA GAUDÍ
Antoni Gaudí nunca dejó de crecer como artista, así mismo, sus muebles evolucionaron notoriamente a su ritmo. El mueble gaudiniano alcanza su clímax con el mobiliario del despacho y almacén de la Casa Calvet y las butacas y sillas de la Casa Batlló. Evidentemente Gaudí fue descartando poco a poco las ornamentaciones superfluas para subrayar la forma y desnudez de los materiales.
Por otro lado, el artista se metió de lleno a estudiar la anatomía, pues el cuerpo humano lo fascinó hasta el punto de conseguir que el mobiliario se adaptara a las formas del organismo de las personas y así asegurar la comodidad. Porque seamos sinceros, vemos por encima las sillas que diseñó y creeríamos que no son nada cómodas. Pero no equivocamos, porque el arquitecto tenía todo fríamente calculado.
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Cada uno de los muebles creados por Gaudí, es una verdadera pieza de arte, además de que tienen su propia personalidad. Como es posible apreciar, el inmobiliario es delicado y estéticamente encaja perfecto con respecto a la habitación y el espacio para la cual fue diseñado.
Otro ejemplo de esta majestuosidad es la Casa-Museo Gaudí del Park Güell de Barcelona, donde puede encontrarse una colección de muebles originales, de incalculable valor. Es tal la pasión por aquellas piezas que incluso se realizaron réplicas idénticas de las piezas conservadas en el Museo.
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Entre las piezas más importantes y representativas del estilo Gaudí son: su propio pupitre de arquitecto realizado en 1878, el Banco Calvet Flores, la Silla Casa Calvet Flores, el Espejo Calvet, el Sillón Casa Calvet, el Taburete Rinconero Calvet, las Sillas del Comedor de la Casa Batlló, el Banco Casa Batlló de dos plazas y el Banco Iglesia Colonia Güell.