Los resultados de un estudio publicado por científicos de la Universidad de la Sorbona y la de Harvard, mostraron que los cuadros de Monet son indicadores naturales de la evolución de la contaminación ambiental. Los trazos del pintor, libres y espontáneos demostraban el esfuerzo por pintar, adaptándose a los cambios provenientes con la Revolución Industrial.
Su estilo fue bautizado como realismo contaminado, a raíz de dicha investigación, en la que se evidencia claramente que lo borroso de los cuadros de Monet, no es quizá una característica planeada. Si no más bien la marca de la realidad a la que se sometió la sociedad, el arte, y por supuesto la pintura. Sus cuadros, su estilo, impresionismo o los efectos de la contaminación industrial, no serán vistos ya de la misma forma. Tampoco el mismo Claude Monet.
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La evolución de la impresión y la contaminación
Las pinturas de Monet dejan ver los cambios no sólo en su perspectiva, sino en la realidad adyacente. En sus primeros cuadros se distingue claramente el cielo del resto del paisaje. No obstante, a medida que pasan los años, los bordes naturales se difuminan cada vez más: La imagen se torna borrosa, los colores fríos y menos vibrantes.
Esto es algo que se percibe en la obra de Monet, pero también en la de Joseph Mallord William Turner. Pintor inglés del que se analizó su trabajo para destacar que no solo reflejó la contaminación ambiental, sino que mostró otros fenómenos de la época, como la erupción de un volcán. Todo esto constituye una nueva forma de ver al impresionismo, a Monet, y al recién bautizado como realismo contaminado.
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La neblina que se convirtió en niebla
Monet retrataba la neblina que conformaba el paisaje predilecto. Se quejaba de los días carentes de aquella capa fina de agua y viento. De 38 cuadros de Monet pintados entre 1864 y 1901, el análisis reveló que la Revolución Industrial (comprendida desde 1760 hasta 1840), ocasionó que la neblina se convirtiera en niebla. Con esto se redujo significativamente la visibilidad y el alcance. Más en los años posteriores a la finalización de el periodo de auge, cuando los efectos comenzaron a ser más intensos.
La Revolución Industrial tuvo un gran peso en la formación de niebla, sobre todo en Londres, aunque también provocó cambios radicales en el París de aquellos años. Como parte del estudio se buscaron registros meteorológicos de la época y cartas de Monet en las que su queja sobre la ausencia de días en los que la lluvia y el viento disipaban la contaminación era cada vez más frecuente. La niebla se formó con la mezcla de su tan añorada neblina, y las partículas de hollín provenientes de las fábricas de carbón.
EL DESLUMBRANTE IMPRESIONISMO Y SU IMPORTANCIA EN LA PINTURA
La contaminación transformó la vida y la pintura de Monet
Las partículas de hollín absorbían y dispersaban la luz del Sol. La contaminación ocasionó que el paisaje cambiara, y con él las pinturas de Monet. Los colores se volvieron más opacos. Los bordes y el trazo de los objetos se difuminan, como si se mirara a lo lejos.
Gracias al estudio sobre la obra de Monet se puede ver que en algunos de sus cuadros la vista promedio es muy corta. En 1903 retrató el puente de Charing Cross con una visión de alrededor de 1 kilómetro. De dicho estudio también se sabe que los registros de la época señalan que la perspectiva, y por ende la pintura, mostraban una visibilidad máxima de 2 kilómetros a la redonda.
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Sin duda los estragos de la contaminación son manchas irreversibles. No sólo en la pintura, sino en todos los ámbitos y aspectos de una sociedad que presume a la industria como un avance total. Si bien, gracias a otras disciplinas y artes se comprende mucho más a fondo el fenómeno de la contaminación, y sus represalias, es la pintura, más en específico la de Monet, un testigo fiel. Cuadros señalizadores de la evolución y el cambio.
Monet es ahora ícono del realismo contaminado. Su pintura es impresionismo, o bien, la impresión de alguien que vio de cerca los efectos de la contaminación industrial.