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El baile de los 41 maricones: Un relato de Carlos Monsiváis

El baile de los 41 maricones fue el escándalo más recordado en la historia del México mocho y católico del siglo XX. En 1901, en la Ciudad de México, la policía hizo una redada en una fiesta privada de ­jóvenes pertenecientes a las familias porfirianas más notables­. Algo así como el círculo rosa del porfiriato. Los detenidos fueron encarcelados, humillados y desterrados a Yucatán. En un ensayo, Carlos Monsiváis (1928-2010) afirma que, de acuerdo con un rumor popular «nunca desmentido», entre los festejantes se encontraba Ignacio de la Torre y Mier, el yerno de Porfirio Díaz, quien, junto con otros detenidos con influencias políticas, escapó.

El alboroto se originó en una época en la que se vivía un machismo reforzado por los prejuicios y una doble moral. El erotismo y la sexualidad eran reprimidos por el alegato religioso que condenaba la lujuria, a los homosexuales y el sexo antes del matrimonio. Intelectuales, artistas y escritores fueron contra este escollo social. ¡Que se abra esa puerta! Sexualidad, sensualidad y erotismo presenta una crónica visual que aborda periodos que van de la época colonial hasta los movimientos feministas de años recientes y las luchas por la diversidad sexual.

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Imágenes: Museo del Estanquillo. Tres mujeres vestidas como hombres.

La primera oleada de liberación sexual, dice El Fisgón, curador de la exposición y caricaturista, coincidió con el auge de las teorías freudianas y la posrevolución mexicana. Sin embargo, se dio en sectores reducidos de la intelectualidad y cambió, en los sesenta del siglo XX, con el movimiento de amor y paz, mientras florecía el femenino y el de liberación gay.

¡Que se abra esa puerta! expone las actitudes que para nosotros han sido moralmente derrotadas por esa resistencia de la población a someter su vida sexual a dictados que están basados en dogmas y doctrinas religiosas. “En contraste, reivindican este goce del cuerpo, este ejercicio de la sexualidad como propio de la vida privada, como un derecho”, dice Alejandro Brito, curador de arte.

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Imágenes: Museo del Estanquillo. Escena de homosexual detenido.

El baile de los 41 maricones, el desnudo de la poeta y pintora Nahui Ollin en la lente de Antonio Garduño, imágenes de redadas a homosexuales en la capital, la juerga de la Venus de Nacho López, frondosas prostitutas y distintos estereotipos de la mujer (la soldadera, la noviecita santa, la madre abnegada, la esposa ideal, la matriarca, la matrona, la solterona, la hembra deseada, la mujer fatal).

La obra se divide en tres partes: “No es por vicio ni por fornicio”, “Variedades del México freudiano” y “Del encierro de Sor Juana al movimiento feminista”. También hay publicaciones feministas de los setenta como La Revuelta y Fem, y documentos de la lucha por la despenalización del aborto y campañas por el uso del condón.

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Imágenes: Museo del Estanquillo. Vanitas.

Este trabajo es una reflexión sobre el origen y perpetuación de tres conceptos en México: sexualidad, sensualidad y erotismo. Cómo se formaron convenciones alrededor de estos desde el siglo XVI, y cómo algunos se mantienen vigentes en las creencias de la sociedad.

Las imágenes provienen de la colección privada de Monsiváis, quien además escribió sobre estos temas en libros como Que se abra esa puerta: crónicas y ensayos sobre la diversidad sexual, Escenas de pudor y liviandad y Misógino feminista.

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Imágenes: Museo del Estanquillo. Travestis detenidos.
Imágenes: Museo del Estanquillo. Apolo Urbano.
Imágenes: Museo del Estanquillo. Nahui Ollin.
Imágenes: Museo del Estanquillo. Nahui Ollin.
Imágenes: Museo del Estanquillo. Muxe.
Imágenes: Museo del Estanquillo. Marcha gay.
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