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¿QUÉ ES NOIR? ¿QUÉ ES POLICÍACO?

Literatura noir

EL CUERPO DEL DELITO

¿Qué es noir? ¿Qué es policíaco? Son preguntas que se hacen todavía en nuestro país porque la literatura de género negro apenas comienza a permear entre escritores y público. Dicen que uno sabe diferenciar pornografía y erotismo apenas uno los vea.

Y creo que para saber diferenciar entre noir y policiaco inglés, novela enigma y simple retrato sociológico es necesario leer, cuando menos, a unos cuantos maestros.

La oportunidad viene con un par de antologías que desde hace unos meses han aparecido en las mesas de novedades de las librerías. La primera es compilada por el sibarita, cineasta, multilingüe y atrevido J. A. Molina Foix: El cuerpo del delito, editada hermosamente por Siruela.

Foix nos brinda un hermoso y profuso prólogo. En éste nos habla sobre el relato policiaco inglés clásico. Es decir: los padres de la novela criminal. Los nombres que aparecen son de conocidos escritores.

Desde el prolífico Charles Dickens, el siempre irónico Mark Twain, Wilkie Collins, Jack London y Oscar Wilde. Pero también algunos menos afamados: la baronesa Orzcy y Richard Austin Freeman, quienes, en su tiempo, según reporta Foix, eran muy conocidos y apreciados por sus lectores.

Una recopilación de este tipo no podía completarse sin incluir a los clásicos del género: Chesterton, Edgar Allan Poe, Maurice Leblanc y Arthur Conan Doyle.

A partir de que la policía se institucionalizó en Londres —1829—, cuando Sir Robert Peel lo hizo oficial, creando así a la primera fuerza policial organizada del mundo, la gente común comenzó a tener más y más curiosidad por la criminalidad y quiénes la combatían.

No es de extrañar que el relato policial clásico, ese donde un sabiondo y bastante ocioso detective improvisado ayuda a resolver un caso criminal, se creara en Inglaterra. Como bien prueba el relato de Hawthorne incluido en la antología, que se adelanta un tiempo a Los crímenes de la calle Morgue, de Poe.

Lo interesante de El cuerpo del delito, además de brindarnos historias interesantes y perfectamente escritas (y traducidas por Foix), es que nos sitúa en un panorama fiel: aquellos relatos no envejecen; lo que nos podría parecer nuevo es, en realidad, algo ya utilizado. Desde la aportación de Dickens, quien, obsesionado con el trabajo policial narra el día a día de un agente, hasta la burla hacía el género, como lo hace muy bien Twain.

AMERICAN NOIR

En su colección negra, Navona publica en español una de las mejores antologías de relato negro estadunidense: American noir. Y no podía ser de otra manera cuando dos pesos pesados del noir gringo se unen para hacerlo.

Por un lado James Ellroy, de todos conocidos por su cuarteto de Los Ángeles (La Dalia Negra, El gran desierto, Los Ángeles Confidencial y Jazz blanco) y por sus incendiarias entrevistas; y, por el otro, el poco conocido para el lector en español, Otto Penzler, quizá el máximo experto del policiaco norteamericano.

Editor y dueño de una librería especializada en Nueva York, la The Mysterious Bookshop, Penzler es autor de cuando menos tres antología brutales y básicas del noir gringo: The Black Lizard Big Book of Pulps, The Black Lizard Big Book of Black Mask Stories y The Lineup: The World’s Greatest Crime Writers Tell the Inside Story of Their Greatest Detectives.

American noir es un literalmente un madrazo. Al tener una larga tradición, los estadunidenses gozan la dicha de escoger entre varios maestros, por lo que toda antología siempre será incompleta; pero no sobra ninguno.

Lo mismo está James M. Cain, el propio Ellroy, que el violento y reaccionario Michael Spillane, el injustamente poco conocido David Goodis, el conspicuo y enfermizo John Thompson, la maestra Patricia Highsmith, el fino Dennis Lehane y narradoras prolíficas y de alto calibre como Joyce Carol Oates.

Cierran el volumen sendos cuentos de dos maestros: Lawrence Block y Elmore Leonard, cada uno afilando sus cuchillos y sacando los mejores cortes, como sólo se puede esperar de ellos. Block es tal vez uno de los mejores narradores vivos de la actualidad. Lo mismo puede hacer novelas sórdidas que tramas cómicas o eróticas.

Después de devorar estos volúmenes uno ya puede responder la pregunta, ¿Qué es negro y qué policiaco? La respuesta: todo es criminal.

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