Los peligros de la inteligencia artificial son cada vez más anunciados a modo de advertencia. Las charlas sobre los riesgos que conlleva el crecimiento desmedido y poco controlado de esta tecnología, que aparentaba ser en exceso futurista pero que es ya una realidad latente, son más frecuentes. El tema es parte de la agenda social, ya sea con la seriedad que el asunto merece, o con un dejo bromista que no minimiza lo preocupante.
Algunos de los expertos de la informática y los sistemas computacionales se han atrevido a hablar sobre los peligros de la inteligencia artificial. Han expuesto públicamente la angustia que existe sobre el poco conocimiento que hay alrededor de la regulación para evitar una catástrofe. Una que desafíe incluso las leyes de Isaac Asimov.
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Es seguro que queda mucho camino por recorrer respecto a la innovación y conocimiento de las herramientas tecnológicas, pero no por ello se deben pasar por alto las advertencias. Fue mediante un documento publicado en la página de internet del Centro para la Seguridad de la IA, que los máximos responsables de empresas como OpenAI y Google Deepmind manifestaron su interés por mitigar el riesgo de extinción, a la par de catástrofes como una pandemia o una guerra nuclear.
Al hablar sobre los peligros de la inteligencia artificial, Sam Altman, director ejecutivo de OpenIA, organización que creó ChagGPT; y Demis Hassabis, director ejecutivo de Google Deepmind, advirtieron sobre la posibilidad de que la IA propicie y acerque la extinción de muchas formas de vida en el planeta, entre ellas la humana.
Líderes en el campo del desarrollo de la nueva tecnología, entre ellos Darío Amodei de Anthropic, y el doctor Geoffrey Hinton, advirtieron sobre los peligros de la inteligencia artificial al conformar y ser un sistema súper inteligente. Incluso algunos otros, como el jefe y dueño de Tesla, Elon Musk, firmaron la carta en la que se instaba a detener el desarrollo de planes ejecutados mediante IA. Ya no a largo plazo, sino posibilidades próximas de desarrollo y generación de tecnología que podrían significar peligros de la inteligencia artificial.
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Una de los puntos tratados a manera de incógnita fue el percatarse sobre lo correcto o incorrecto de desarrollar mentes no humanas, que con el paso casi natural del tiempo, generarían reemplazos, y traerán consigo el que mucho de lo conocido, tanto informático como humano se acerque riesgosamente a tornarse obsoleto.
Se ha planteado la opción de crear un organismo social, público y político que funga como un ente informativo y regulador para frenar así los peligros de la inteligencia artificial. El debate permanece abierto. Se habla de límites, de alcances, de una debida reglamentación. Se argumentan resultados benéficos para ámbitos como el económico y el social.
Los peligros de la inteligencia artificial son más reales que nunca. Los logros serán éxito en tanto se avance de una manera segura. Tanto para las máquinas y sus sistemas, como para las personas detrás de los esfuerzos y resultados que en aras de mostrarse siempre como logros, dejan de lado la importancia de analizar la huella humana. El paso tecnológico de la humanidad por la vida.