«Gabo» es símbolo de la escritura dotada de color. Su gran don de contar invita a la lectura inmersiva. Sus letras, tanto literarias como periodísticas, provocan reacciones. Por una parte su literatura dota de magia a la realidad; por otra, su periodismo narra, con un toque mágico, lo real. En cuanto a poesía se refiere, su pluma se desliza descriptiva. Provista de un sabor agridulce, semi amargo. El verso de una mirada que transcribe sensaciones. Estos son 6 poemas de Gabriel García Márquez que debes conocer.
Son ejemplos claros de cómo las letras también sienten. Son vida y esencia, perspectiva rítmicamente plasmada. La mano de Gabo deambuló entre lo real y lo ficticio por tanto tiempo que, probablemente, llegó a un punto en que ya no distinguía del todo qué es qué. La enfermedad de la poesía le llegó hasta el hueso. La radiografía de su obra poética nos muestra estas grandes creaciones.
Al leer se conocen, o reconocen las emociones. Con cada leída se percibe más la esencia, esa que al escritor le gustaba manosear, moldear y posteriormente exhibir. Poesía lírica de una mente narradora. Ya sea en forma de verso libre o a manera de soneto, los poemas de Gabriel García Márquez están impregnados de colorido, de aroma, de vida.
DISFRUTA 5 CUENTOS CORTOS DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Viajar es
Viajar es marcharse de casa, es dejar los amigos
es intentar volar
volar conociendo otras ramas
recorriendo caminos
es intentar cambiar.
Viajar es vestirse de loco
es decir “no me importa”
es querer regresar.
Regresar valorando lo poco
saboreando una copa,
es desear empezar.
Viajar es sentirse poeta,
es escribir una carta,
es querer abrazar.
Abrazar al llegar a una puerta
añorando la calma
es dejarse besar.
Viajar es volverse mundano
es conocer otra gente
es volver a empezar.
Empezar extendiendo la mano,
aprendiendo del fuerte,
es sentir soledad.
Viajar es marcharse de casa,
es vestirse de loco
diciendo todo y nada con una postal,
Es dormir en otra cama,
sentir que el tiempo es corto,
viajar es regresar.
Una hermosa referencia que la vida es viaje, uno de los poemas de Gabriel García Márquez que debes conocer.
EL AHOGADO MÁS HERMOSO DEL MUNDO, UN CUENTO DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Si alguien llama a tu puerta
Si alguien llama a tu puerta, amiga mía,
y algo en tu sangre late y no reposa
y en tu tallo de agua, temblorosa,
la fuente es una líquida de armonía.
Si alguien llama a tu puerta y todavía
te sobra tiempo para ser hermosa
y cabe todo abril en una rosa
y por la rosa desangra el día
Si alguien llama a tu puerta una mañana
sonora de palomas y campanas
y aún crees en el dolor y en la poesía.
Si aún la vida es verdad y el verso existe.
Si alguien llama a tu puerta y estás triste,
abre, que es el amor, amiga mía.
El amor como una manifestación de vida se lee con fuerza en este, uno de los poemas de Gabriel García Márquez que retoma el sentimiento como un móvil inherente del ser humano.
LA HISTORIA SE REPITE, DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Geografía Celeste
No ha muerto.
Ha iniciado un viaje atardecido.
De azul en azul claro
—de cielo en cielo— ha ido
por la senda del sueño
con su arcángel de lino.
A las tres de la tarde
hallará a San Isidro
con sus dos bueyes mansos
arando el cielo límpido
para sembrar luceros
y estrellas en racimos.
—Señor, cuál es la senda para ir al Paraíso?
—Sube por la Vía Láctea,
ruta de leche y lirio,
la menor de las Osas
te enseñará el camino.
Cuando sean las cuatro
la Virgen con el Niño
saldrán a ver los astros
que en su infancia de siglos
juegan la Rueda rueda
en un bosque de trinos.
Y a la seis de la tarde
El ángel de servicio
saldrá a colgar la luna
de un clavo vespertino.
Será tarde. Si acaso
no te han guardado sitio,
dile a Gabriel Arcángel
que te preste su nido
que estás en el más frondoso
árbol del paraíso.
Murió la Marisela,
pero aún queda un lino.
Es uno de los poemas de Gabriel García Márquez que no debe pasar desapercibido. Hace alusión a la idea de que todos somos polvo de estrellas, seres cósmicos, parte insignificante y necesaria de la Geografía Universal.
EL RASTRO DE TU SANGRE EN LA NIEVE, DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Soneto matinal a una colegiala ingrávida
Al pasar me saluda y tras el viento
que da al aliento de su voz temprana
en la cuadrada luz de una ventana
se empaña, no el cristal, sino el aliento.
Es tempranera como una campana.
Cabe en lo inverosímil, como un cuento
y cuando corta el hilo del momento
vierte su sangre blanca la mañana.
Si se viste de azul y va a la escuela,
no se distingue si camina o vuela
porque es como la brisa, tan liviana
que en la mañana azul no se precisa
cuál de las tres que pasan es la brisa,
cuál es la niña y cuál es la mañana.
Sugiere y devela. Es este un gran ejemplo de los poemas de Gabriel García Márquez que ofrece una postal escrita.
SOLO VINE A HABLAR POR TELÉFONO, DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
La muerte de la rosa
Murió de mal aroma.
Rosa idéntica, exacta.
Subsistió a su belleza,
Sucumbió a su fragancia.
No tuvo nombre: acaso
la llamarían Rosaura,
O Rosa-fina, o Rosa
del amor, o Rosalba;
o simplemente Rosa,
como la nombra el agua.
Más le hubiera valido
ser siempreviva, Dalia,
pensamiento con luna
como un ramo de acacia.
Pero ella será eterna:
fue rosa; y eso basta;
Dios la guarde en su reino
a la diestra del alba.”
Sencillo pero no por ello menos elaborado. Demuestra que es uno de los poemas de Gabriel García Márquez que tienes que leer.
LA CASA DE GABRIEL GARCÍA MARQUEZ SERÁ UN CENTRO CULTURAL DE LITERATURA
Soneto casi insistente en una noche de serenatas
Quisiera una mujer de sangre y plata.
Cualquier mujer. Una mujer cualquiera,
cuando en las noches de la primavera
se oye a lo lejos una serenata.
Esa música es alma. Y aunque no fuera
verdad tanta mentira sería grato
el saber que su voz siempre retrata
el corazón de una mujer cualquiera.
Quiero querer con música. Y quiero
que me quieran con tono verdadero
Casi en azul y casi eternamente.
Será porque ese ritmo me arrebata,
o tal vez porque oyendo serenatas
me duele el Corazón musicalmente.
Uno de los poemas de Gabriel García Márquez favoritos y más representativos de su peculiar estilo de contar, con letras escritas, cómo el amor, vertido sobre alguien o algo, agita, pero también debilita.