Poemas inspirados en la Revolución Mexicana, un hecho histórico que influyó en todo tipo de expresiones artísticas. Te compartimos una breve pero muy nutrida selección de poemas escritos por autores de gran valor para la literatura hispanoamericana. Por ejemplo títulos de Pablo Neruda, Ramón López Velarde, entre otros.
Como bien recordaremos todo comenzó como un conflicto armado que se da en 1910, como consecuencia del descontento popular hacia la dictadura de Porfirio Díaz. Esto inevitablemente derivó en una guerra civil que transformó radicalmente las estructuras políticas y sociales de México. Es entonces que Madero lanza, el 5 de octubre de 1910, el Plan de San Luis; el cual rechazó la reelección y convocó a derrocar al dictador que permanecía en la silla presidencial. El pueblo mexicano abrió los ojos y se armó de valor para demostrarle fidelidad y apoyo al llamado de Madero, lanzándose a la lucha armada el 20 de noviembre de 1910. Una fecha sumamente importante para la historia mexicana.
LA HISTORIA DE COMO MÉXICO CONSIGUIÓ EL VOTO FEMENINO
«Suave Patria» de Ramón López Velarde
Yo que sólo canté de la exquisita
partitura del íntimo decoro,
alzo hoy la voz a la mitad del foro
a la manera del tenor que imita
la gutural modulación del bajo,
para cortar a la epopeya un gajo.
Navegaré por las olas civiles
con remos que no pesan, porque van
como los brazos del correo chuán que
remaba la Mancha con fusiles.
Diré con una épica sordina:
la patria es impecable y diamantina.
Suave Patria: permite que te envuelva en
la más honda música de selva con que
me modelaste todo entero al golpe
cadencioso de las hachas y pájaros de
oficio carpintero.
Patria: tu superficie es el maíz,
tus minas el palacio del Rey de Oros, y tu
cielo, las garzas en desliz
y el relámpago verde de los loros.
El Niño Dios te escrituró un establo
y los veneros del petróleo el diablo.
Sobre tu Capital, cada hora vuela
ojerosa y pintada, en carretela;
y en tu provincia, del reloj en vela
que rondan los palomos colipavos,
las campanadas caen como centavos.
Patria: un mutilado territorio
se viste de percal y de abalorio
Suave Patria: tu casa todavía
es tan grande, que el tren va por la vía
como aguinaldo de juguetería.
Y en el barullo de las estaciones,
con tu mirada de mestiza, pones
la inmensidad sobre los corazones.
¿Quién, en la noche que asusta a la rana
no miró, antes de saber del vicio,
del brazo de su novia, la galana
pólvora de los juegos de artificio?
Suave Patria: en tu tórrido festín
luces policromías de delfín,
y con tu pelo rubio se desposa
el alma, equilibrista chuparrosa,
y a tus dos trenzas de tabaco,
sabe ofrendar aguamiel toda mi briosa
raza de bailadores de jarabe.
Tu barro suena a plata, y en tu puño
su sonora miseria es alcancía;
y por las madrugadas del terruño,
en calles como espejos, se veía
el santo olor de la panadería.
Cuando nacemos, nos regalas notas,
después, un paraíso de compotas,
y luego te regalas toda entera
suave Patria, alacena y pajarera.
Al triste y feliz dices que sí,
que en tu lengua de amor prueben de ti
la picadura del ajonjolí.
¡Y tu cielo nupcial, que cuando truena
de deleites frenéticos nos llena!
Trueno de nuestras nubes, que nos baña
de locura, enloquece a la montaña,
requiebra a la mujer, sana al lunático
incorpora a los muertos, pide el Viático,
y al fin derrumba las madererías
de Dios, sobre las tierras labrantías.
Trueno del temporal: oigo en tus quejas
crujir los esqueletos en parejas;
oigo lo que se fue, lo que aún no toco,
y la hora actual con su vientre de coco.
Y oigo en el brinco de tu ida y venida
oh trueno, la ruleta de mi vida.
ELLAS FUERON LAS MUJERES QUE PARTICIPARON EN LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO
«Quinto tirón de orejas al señor de las buenas intenciones: Porfirio Díaz» de Irineo Paz
Nunca me acaba de coger de nuevo,
que siendo tan bueno y compasivo,
al subir al poder ejecutivo
en ti mismo encontraras el relevo.
Hoy al mirar tus gracias me conmuevo,
te has vuelto engañador superlativo,
voluntarioso, indómito, nocivo
y otras mil cosas que decir no debo.
Con el pueblo infeliz haces adobo,
a la nación la tratas como nabo,
ya no vale la ley un gordolobo.
Todo contigo sufre menoscabo,
y como ya te tienen hecho el bobo,
seguro nos desuellas hasta el rabo.
«El Treinta Treinta» de Carlos Gutiérrez Cruz
Qué pobres estamos todos,
sin un pan para comer;
porque nuestro pan lo gasta
el patrón en su placer.
Mientras él tiene vestidos
y palacios y dinero,
nosotros vamos desnudos
y vivimos en chiquero;
nosotros sufrimos todo,
la explotación y la guerra
y hasta nos llaman ladrones
cuando pedimos la tierra;
y luego los padrecitos
nos echan excomuniones,
¿a poco piensan que Cristo
era como los patrones?
Compañeros del arado
y de toda la herramienta,
nomás nos queda un camino,
agarrar el treinta treinta.
LEYENDAS DE MÉXICO PARA CELEBRAR SU CULTURA
«Del Pasado Remoto» de Salvador Novo
Del pasado remoto
sobre las grandes pirámides de Teotihuacán,
sobre los teocalis y los volcanes,
sobre los huesos y las cruces de los conquistadores áureos
crece el tiempo en silencio.
Hojas de hierba
en el polvo, en las tumbas frías;
Whitman amaba su perfume inocente y salvaje.
Nuestros héroes
han sido vestidos como marionetas
y machacados en las hojas de los libros
para veneración y recuerdo de la niñez estudiosa,
y el Padre Hidalgo,
Morelos y la Corregidora de Querétaro.
Revolución, Revolución
siguen los héroes vestidos de marionetas,
vestidos con palabras signaléticas.
La literatura de la revolución,
la poesía revolucionaria
alrededor de tres o cuatro anécdotas de Villa
y el florecimiento de los maussers,
las rúbricas del lazo, la soldadera,
las cartucheras y las mazorcas,
la hoz y el Sol, hermano pintor proletario,
los corridos y las canciones del campesino
y el overol azul del cielo,
la sirena estrangulada de la fábrica
y el ritmo nuevo de los martillos
de los hermanos obreros
y los parches verdes de los ejidos
de que los hermanos campesinos
han echado al espantapájaros del cura.
Los folletos de propaganda revolucionaria,
el Gobierno al servicio del proletariado,
los intelectuales proletarios al servicio del Gobierno
los radios al servicio de los intelectuales proletarios
al servicio del Gobierno de la Revolución
para repetir incesantemente sus postulados
hasta que se graben en las mentes de los proletarios
-de los proletarios que tengan radio y los escuchen.
Crece el tiempo en silencio,
hojas de hierba, polvo de las tumbas
que agita apenas la palabra.
«Revolución» de Miguel D. Martínez Rendón
Canto el canto que irisó la montaña,
el caserío, el verde valle y la llanura huraña,
que vistió los maizales de banderas,
e hizo brotar dentro las sementeras
desoladas y solas
mil sombreros de palma
con un florecimiento de corolas;
la feérica explosión que dio una estrella
para cada angustia, y la ametralladora
que subrayó la noche iluminada
con taconear de bailadora;
la alegría de la diana
que abrió su prisma de cristal
como un quiquiriquí de la mañana;
los brazos taumaturgos,
pararrayos de todos los dolores
que hicieron estallar a las granadas
en vivos rehiletes de colores.
Caravana heteroclítica
que condecoró a la república
con pistola y canana,
y paseó a su tierra en sus vaivenes,
durmiendo a sus cachorros intocados
entre las chumaceras de los trenes.
Tú reintegraste la familia
y, en tu peregrinar febricitante,
amarraste el saludo clamoroso
al mástil del silbato equidistante.
Ahora ya cultivas tus tejidos,
y en tanto el pan en el maíz revienta
guardas tu posición definitiva
en el cañón del “30-30”;
bañas a tus muchachos en el río
lejos de la parroquia bautismal,
conduces a tus hijos a la escuela
y sabes el sentido perfecto
de esta palabra: dignidad.
Revolución: bajo los claros signos
de tus banderas que la Historia nombra,
marcha tu pueblo con la frente erguida:
¡ellas le abren camino y le dan sombra!
FOTÓGRAFOS MEXICANOS QUE CAMBIARON EL RUMBO DEL FOTOPERIODISMO
«A Zapata» de Pablo Neruda
Cuando arreciaron los dolores
en la tierra, y los espinares desolados
fueron la herencia de los campesinos
y como antaño, las rapaces
barbas ceremoniales, y los látigos,
entonces, flor y fuego galopado…
Borrachita me voy hacia la capital
Se encabritó en el alba transitoria
la tierra sacudida de cuchillos,
el peón de sus amargas madrigueras
cayó como un elote desgranado sobre
la soledad vertiginosa,
a pedirle al patrón
que me mandó llamar
Zapata entonces fue tierra y aurora.
En todo el horizonte aparecía
La multitud de su semilla armada.
En un ataque de aguas y fronteras
el férreo manantial de Coahuila,
las estelares piedras de Sonora;
todo vino a su paso adelantando,
a su agraria tormenta de herraduras.
Que si se va del rancho
muy pronto volverá
Reparte el pan, la tierra;
Te acompaño.
Yo renuncio a mis párpados celestes,
Yo, Zapata, me voy con el rocío
de las caballerías matutinas,
en un disparo desde los nopales
hasta las casas de pared rosada.
cintitas pa? tu pelo no llores por tu Pancho …
La luna duerme sobre las monturas,
La muerte amontonada y repartida
yace con los soldados de Zapata.
El sueño esconde bajo los baluartes
de la pesada noche su destino,
su incubadora sábana sombría.
La hoguera agrupa el aire desvelado;
grasa, sudor y pólvora nocturna.
… Borrachita me voy para olvidar…
Pedimos patria para el humillado.
Tu cuchillo divide el patrimonio
y los tiros y corceles amedrentan
los castigos, la barba del verdugo.
La tierra se reparte con un rifle.
No esperes, campesino polvoriento,
después de tu sudor la luz completa
y el cielo parcelado en tus rodillas.
Levántate y galopa con Zapata.
Yo la quise traer dijo que no…
México, huraña agricultura, amada
tierra entre los oscuros repartida;
de las espaldas del maíz salieron
al sol tus centuriones sudorosos.
De la nieve del Sur vengo a cantarte.
Déjame galopar en tu destino
y llenarme de pólvora y arados.
… Que si habrá de llorar
pa? qué volver.
LAS PINTURAS MÁS FAMOSAS DEL ARTE MEXICANO
«Despierten ya mexicanos» de Ignacio López Tarso
Despierten ya Mexicanos
Los qué no han podido ver
Que andan derramando sangre
Por subir al Otro al Poder
¡Pobre Nación Mexicana!
Que mala ha sido tu Suerte;
Tus hijos todavía quienen
Mas en la Desgracia verte.
Mira a mi Patria Querida,
Nomas como va Quedando;
Que a sus hombres mas Valientes,
Todos los van Traicionando.
¿Donde esta el Jefe Zapata?
¿Que su Espada ya no Brilla?
¿Donde esta el Braco del Norte
Que era don Francisco Villa?
Estaban las 3 pelonas Sentadas en la Ventana
La Cuca, la Petra, la loca de Soledad
Y luego llego un Soldado queriendose las llevar
Una decía qué si
La otra decía qué no
Una decia que si
Y al Tine se las Llevo
Fueron lideres primero
Que empuñaron el Acero;
Hasta subir al poder
A Don Francisco I. Madero
Pero que iluso Madero
Pues cuando subió al Poder;
A Pancho Villa y Zapata
Los Quiso desconocer.
Yo no eh visto Candidato
Que no sea Conveneciero;
Cuando suben al Poder
No conocen compañero.
Zapata le dijo a Villa
-Ya perdimos el Albur;
Tu Atacaras por el Norte,
Y yo Atacare por el Sur.
Ya con esta me despido
Por que nosotros nos Vamos;
Aquí termina el Corrido:
Despierten ya Mexicanos.