¿¡QUÉ ESPERAS PARA DROGARTE, PARA INCENDIAR TU ESCUELA!?
Llega una época en la vida en la que se cuestiona todo lo aprendido en la infancia. Las cosas no son blancas o negras y las propias experiencias en este perro mundo nos forman más que los consejos de nuestros padres. Priyesh Trivedi es un artista visual que nos comparte algunas de esas “enseñanzas” lúdicas en un formato parecido al de nuestras amadas monografías; sí, esas que comprabas en la papelería para hacer las tareas.
En 2014 una imagen de un niño fumando un porro, con el mensaje “T for Toke” (“T de toque”), se hizo viral. El afiche —muy al estilo de las ilustraciones de tinte moral de An Ideal Boy-Good Habits, una serie popular entre las décadas de los ochenta y noventa en India—, consiguió cientos de likes y shares. El impacto llevó al autor, Trivedi, a comenzar su tira cómica Adarsh Balak (Chico ideal en hindú), e inundar la red de buenos consejos.
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Los personajes —niños ideales— de Adarsh Balak no enseñan a “portarse bien” en términos convencionales, sino que hacen lo que Priyesh Trivedi considera correcto: LSD en su clase de química, bombas molotov, grafitis, vandalismo, u ofrecer porros a su papá para que se relaje.
Trivedi realiza sus ilustraciones en papel y las escanea cuando están listas. Normalmente, trata de publicar dos imágenes por mes: una con un tema “serio” y otra que simplemente sea graciosa. Algunas están hechas en formato de varias viñetas, pero también están las que publica en solitario, sin el formato clásico de monografía.
ME DA UNA ‘MEMEGRAFÍA’ DE LAS QUE RIFAN POR FAVOR
Priyesh Trivedi nació en 1991 en Bombay, India. Comenzó dibujando paisajes y animales desde pequeño. (Los pericos eran su afición.) Amante de las aves por sus coloridos plumajes y texturas, al dibujarlas aprendió sobre teoría del color y manejo de los pinceles. Para él, la mejor manera de aprender a pintar es empezar retratando a la naturaleza.
A los 17 empezó a clavarse con el surrealismo y la psicodelia. Desde entonces ha intentado varios estilos: realismo, arte abstracto e incluso incursionó en la escultura, pero aquello no era lo suyo y siguió clavado en la pintura y en la ilustración. Actualmente anda metido en el minimalismo.
Siendo adolecente le interesaban los ensayos y libros sobre lo esotérico en el arte y el consumo de estupefacientes en culturas antiguas; investigó botánica y se interesó por artistas como Alex Grey, Amanda Sage y William Blake, quienes incorporaban substancias psicoactivas a la creación artística. Las ilustraciones junkies de Trivedi son también una forma de expresión de su postura ante el consumo de drogas.
Livo Malo: un chamuco en la ilustración que detonó un reactor
Trivedi estudió animación en la Thakur-Toonskool Advanced Animation Academy. Trabajó durante un año en el estudio Mine Nine, en Bombay, y luego entró a Maya Digital Studios en Goregaon, también en Bombay. Ahí se dio cuenta de cómo funcionaba la industria de la animación en su país y se desilusionó tanto que decidió nunca más volver a trabajar en ello.
Luego laboró por seis meses haciendo videojuegos educativos en el estudio Walnut Labs, pero se cansó de eso y ahora trabaja como freelance. Entre Adarsh Balak, sus compromisos y su vida personal, no tiene para más y no quiere descuidar nada, por lo que, dice, se concentrará en su Chico ideal y en seguir siendo su propio jefe.