La historia de la comunidad LGBTTIQA+ ha ido destapando poco a poco elementos antiguamente silenciados por una sociedad llena de tabúes y contradicciones. El voguing es una expresión artística mayormente afroamericana y latina de la comunidad arcoíris que se desarrolló y popularizó principalmente los clubes nocturnos. La imitación de las poses y movimientos de pasarela va más allá de un acto teatral y dancístico.
Aunque no existen testimonios escritos que garanticen la fidelidad de la fecha, todo mundo le ha atribuido los años ochentas como sus años de nacimiento. Los salones de baile de Nueva York recibían a las competiciones drag de la ciudad que evolucionaban de concursos de estereotipada belleza femenina a batallas de voguing. Un baile que imita el andar sobre la pasarela al mismo tiempo que se desarrollan movimientos fluidos, estéticos y dramáticos con brazos y manos.
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La mayoría de los concursantes eran personas trans, gay y queer disputando un trofeo para coronar a su «casa» en diferentes categorías que se iban premiando conforme al desempeño de les participantes. El voguing nació también como una burla al canon de belleza blanco y hegemónico y al mismo tiempo, la glorificación de la belleza, la feminidad, la sexualidad y la clase que atravesaban sus realidades corporales y sociales.
El nombre se acuñó al ser una representación de las pasarelas y las sesiones fotográficas de la popular revista Vogue. Movimientos inspirados en las poses que se combinaban con estética y particularidades egipcias así como caídas teatrales con potencia para evidenciar la inconformidad y la denuncia a través de algo tan poderoso como lo es la danza y el baile.
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Madonna como icono pop del voguing
Aunque el voguing nació como un símbolo de resistencia, Madonna presenció en un club nocturno una batalla de baile donde quedó encantada con los movimientos de los que ya había escuchado hablar. Su gusto por el estilo de baile fue tal, que contrató al bailarín dominicano José Gutiérrez, perteneciente a la casa «Xtravaganza» para que montará la coreografía de su próximo video titulado «Vogue«.
El videoclip se convirtió en un símbolo indiscutible del voguing y le permitió a este estilo de baile una proyección mundial completamente inesperada. El trabajo de José fue requerido también para la gira «Blond Ambition» creando coreografías que se encargaron de mostrarle al mundo lo que anteriormente sólo se conocía bajo la protección de la noche y los lugares de baile.
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Voguing en el cine
Un ejemplo del voguing y su historia, fue llevado a la pantalla grande a través de la cinta documental «Paris Is Burning» de 1990 donde se buscó retratar la realidad de la forma más fiel posible. Contó con entrevistas a grandes figuras del drag como Willi Ninja, Pepper LaBeija y Dorian Corey y mostró un poco del mundo del baile y la protesta que se fue convirtiendo en una forma de arte reconocida e influyente en la cultura pop y en la comunidad de baile.
La comunidad LGBTTIQA+, especialmente los queers y personas transgéneros afro latinas y negras, encontraron en el voguing un rasgo de identidad mediante el baile, desarrollando un espacio seguro metafórico donde la creatividad y el poder corporal les brindaban herramientas para luchas contra la discriminación y los estigmas desde el goce y la diversión.
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El voguing es un baile altamente competitivo, con categorías y estilos específicos. Se pueden distinguir diferentes tipos, como el «Old Way» que se enfoca en las poses y movimientos más estáticos, el «New Way» con movimientos más fluidos y acrobáticos, y el «Vogue Femme» que destaca la feminidad y gracia en el baile.
Artistas como FKA Twigs, Rihanna, Ariana Grande y Beyoncé, han incorporado el voguing a sus coreografías en presentaciones en vivo o a través de sus videos musicales como en su momento lo hizo Madonna. Aunque el impacto de la canción y el video de «Vogue«, la difusión en la cultura de masas y su popularidad mundial ha generado un debate acerca de la apropiación del movimiento, el baile no ha fracasado en mantener sus distintivos lenguajes y códigos propios.