Desde el 10 de agosto del presente año se inauguró la muestra «Tembló acá un delirio«. Una exposición montada en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) curada por Alfredo Aracil y Violeta Janeiro en colaboración con Alejandra Labastida. Bajo el propósito de mostrar posibilidades y una bitácora de los rodeos de la artista argentina, Ana Gallardo por el sur global y sus geografías de violencia necropolítica y extractivista. Sin embargo, el fin de semana, una pieza en particular, levantó la polémica.
Se trata de la obra «Extracto para un fracasado proyecto, 2011-2024”. Un texto tallado en un muro donde la artista relató su experiencia dentro de «Casa Xochiquetzal«. Un albergue ubicado en el Centro de la ciudad, que recibe a mujeres de la tercera edad que ejercieron el trabajo sexual y con los años, se vieron en situación de calle. En las letras vertidas por Ana Gallardo, se puede leer la furia y crudeza con que se expresa de su paso por el albergue, motivo por el cual, se le criticó reciamente y desencadenó una protesta a las afueras del recinto que exhibe su obra. Además de un video de una de las residentes del albergue, que aseguran, se grabó sin permiso.
Usuarios de redes sociales, activistas defensores de los derechos de las trabajadoras sexuales y grupos de la disidencia sexual consideraron la obra como una difamación al albergue. Además de acusar a Ana Gallardo de usar lenguaje misógino, insensible y revictimizante para contar su «mala experiencia» desde la mentira y falsedad. Por lo tanto, se hizo un llamado digital a la visibilización del mensaje erróneo sobre la casa que la obra estaba difundiendo.
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La Casa Xochiquetzal se pronunció en contra de la pieza y desmintió lo relatado en ella. En una carta enviada al MUAC, la casa informó que el texto está lleno de mentiras que afectan la casa. Aseguran que si su trabajo ya se ve afectado por la indiferencia de gente, de las instituciones y por el estigma que viven las mujeres que han tenido esa forma de sobrevivir, lo relatado en la obra, solo coloca a la casa en una posición de vulnerabilidad. Además de recalcar que el uso de la palabra «puta» como un insulto en el texto de Ana Gallardo, es en sí mismo un insulto misógino que al ser dirigido a la Casa y a la entonces directora, se vuelve más grave.
Frente a la tensa situación, el MUAC emitió un comunicado donde dice respetar el derecho a la libertad de expresión y pensamiento. Reiteró su postura frente a la búsqueda de un encuentro que les permita hacer un llamado respetuoso al diálogo para intercambiar ideas y posturas. Aunado al refrendo del rol del museo sobre albergar la libertad artística y suscitar una discusión en un marco de respeto. La obra de Ana Gallardo y lo que los activistas calificaron como «tibieza de comunicado» desencadenaron una protesta a las afueras del museo.
Activistas y trabajadoras sexuales se congregaron el domingo 13 de octubre frente al museo para expresar su rechazo a la pieza de Ana Gallardo. Durante la protesta, las manifestantes gritaron consignas como «respeto total al trabajo sexual» y quemaron pancartas oficiales con el nombre de la artista argentina. Una activista relató que la resistencia diaria sin apoyo de la sociedad civil se vuelve más difícil ante la realización de proyectos que sólo buscan el beneficio personal de los artistas.
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Las manifestantes que pedían el cierre de la obra de Ana Gallardo, exigieron la reparación del daño con aportaciones a la casa para mejorar sus condiciones. Frente al revuelo que levantó la exposición y la protesta a sus afueras, el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) informó que cerró temporalmente el acceso a la pieza Extracto para un fracasado proyecto, 2011-2024 de la artista argentina, Ana Gallardo.
Mediante un comunicado del museo, aseguró que las autoridades correspondientes universitarias llevarán a cabo un exhaustivo proceso de revisión. Esto al considerar necesario analizar las diferencias y críticas que la obra ha suscitado. El comunicado indicó que el día domingo se celebró una reunión con integrantes de la Casa Xochiquetzal para escuchar sus demandas y preocupaciones. Mediante la misiva, el museo reiteró su compromiso por garantizar la libertad de expresión a todas las personas.