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Quiénes son los personajes que Diego Rivera inmortalizó en sus pinturas

Diego Rivera carne humana

Tal vez te has preguntado, ¿Quiénes son los personajes que Diego Rivera inmortalizó en sus pinturas? Diego Rivera, uno de los máximos exponentes del muralismo mexicano plasmó en sus obras a grandes personajes y personalidades. Desde actrices hasta reyes, políticos y personajes del folclor mexicano que hoy permanecen vivos en sus pinturas.

El artista mexicano realizaba las piezas que él deseaba pero también fue reconocido por las comisiones que influyentes le encargaban. Entre las cuales destacan retratos de importantes mujeres de la época como Dolores Olmedo, Silvia Pinal, María Félix y Frida Kahlo.

La polémica de María Félix, “La Doña”

El retrato que Diego Rivera pintó de María Félix en 1949 es una de las obras más emblemáticas y controvertidas del arte mexicano. Esta pieza, que retrata a la icónica actriz causó revuelo en su época debido a la representación semidesnuda de María Félix, algo poco común en la pintura mexicana de la época. La actriz, aunque aceptó posar para Rivera, no quedó del todo satisfecha con el resultado final.

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“Yo quería que me pintara de Tehuana, pero dijo que era muy vulgar, no quiso, entonces me pintó como él quería”, reveló en una entrevista. A María no le gustó que le pusiera encajes pues dejaba ver su pecho, así que los cubrió con pintura blanca y lo expuso poco tiempo en su sala. Tiempo después Rivera se lo pidió para una exposición pero la actriz se negó y pasaron un año sin hablarse.

Dolores Olmedo, una de las musas de Diego Rivera

La primera vez que Dolores Olmedo posó para Diego Rivera, ella era apenas una adolescente. Acompañando a su madre a visitar un mural que Rivera estaba pintando en el edificio de la Secretaría de Educación Pública, el artista quedó cautivado por su belleza. Por lo que le pidió permiso a su madre para retratarla. Desde ese momento surgió una amistad muy fuerte entre ambos y la coleccionista de arte apareció en varias pinturas.

Tras la muerte de Rivera, Dolores Olmedo se convirtió en la protectora de su legado artístico. Gracias a ella hoy en día todavía se conserva una de las colecciones más importantes de arte mexicano en el mundo, albergada en los museos Anahuacalli, Frida Kahlo y el Dolores Olmedo.

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La admiración a Silvia Pinal

Fue en el año 1957 cuando el famoso muralista pintó un retrato de la actriz Silvia Pinal. Esta colaboración sucedió porque el arquitecto Meni Rosen. Quien le construyó su mansión en la zona de Jardines del Pedregal, a mitad del proyecto, le sugirió que no le vendría mal un retrato de Rivera en su casa.

Inmediatamente la actriz acudió al taller del esposo de Frida Kahlo y le propuso hacer el retrato, a lo que él aceptó encantado. En un inicio, Rivera le recomendó que el retrato fuera al desnudo, pero la actriz no aceptó esta condición y le comentó que prefería modelar de otra forma, pues el cuadro sería exhibido en la sala de su casa y lo verían sus visitas. En el retrato de cuerpo completo, Silvia luce un elegante vestido negro sin mangas.

Personajes que Rivera plasmó en “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”

Esta es quizás una de las obras más emblemáticas del muralismo mexicano. Fue pintada por Rivera en 1947 y representa un paseo imaginario por la icónica Alameda Central de la Ciudad de México. Lo fascinante de esta obra es el impactante primer plano donde se mezclan personajes de diferentes épocas de la historia mexicana.

El mural fue encargado por el arquitecto Carlos Obregón Santacilia para el comedor principal del Hotel del Prado. Por lo que Diego Rivera aprovechó esta oportunidad para crear una obra que fuera un verdadero homenaje a su país. En esta obra, Rivera plasmó a diversas personalidades de distintas épocas de México.

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En la conquista y la época colonial aparece: Hernán Cortés, Fray Juan de Zumarraga, Sor Juana Inés de la Cruz y Luis de Velasco II. Para la Independencia; se observa a Antonio López de Santa Anna entregando las llaves de los territorios al general norteamericano Winfield Scott; la Reforma y el Segundo Imperio, con las figuras de Benito Juárez, Ignacio Ramírez, el Nigromante, Ignacio Manuel Altamirano, Maximiliano y Carlota de Habsburgo.

La sección central muestra a Manuel Gutiérrez Nájera saludando con su sombrero a José Martí, importantes escritores. Junto a ellos, se encuentran Lucecita Díaz y Carmen Romero Rubio, hija y esposa de Porfirio Díaz. Entre estos personajes aparece Diego Rivera a la edad de 9 años y detrás de él, Frida Kahlo, quien en un gesto maternal abraza al artista. La Calavera Catrina da la mano a Diego niño y el brazo a José Guadalupe Posada, creador de la popular calavera. En la tercera sección, Rivera ilustró los movimientos campesinos y figuran los retratos de Lupe Marín, Ruth y Lupe Rivera, hijas del artista y Rosa Rolanda, pintora y coreógrafa. Y al final, el pintor se vuelve a autorretratar como un niño comiendo una torta.

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