Saṃsāra es una palabra sánscrita/palí que significa «mundo». También es el concepto de renacimiento y «ciclicidad de toda la vida, la materia, la existencia», una creencia fundamental de la mayoría de las religiones indias. En resumen, se trata del el ciclo de la muerte y el renacimiento. La doctrina del Saṃsāra está ligada a la teoría del karma del hinduismo; y la liberación del Saṃsāra ha estado en el centro de la búsqueda espiritual de las tradiciones indias, así como de sus desacuerdos internos. La liberación del Saṃsāra se llama Moksha, Nirvana, Mukti o Kaivalya.
Aunque el Saṃsāra suele describirse como el renacimiento y la reencarnación de los seres vivos; el desarrollo cronológico de la idea a lo largo de su historia comenzó con las preguntas sobre cuál era la verdadera naturaleza de la existencia humana y si las personas morían una sola vez.
El renacimiento como ser humano, afirma el profesor en estudios religiosos, John Bowker; se presentaba entonces como una «rara oportunidad para romper la secuencia del renacimiento, alcanzando así Moksha, la liberación». Así pues, cada tradición espiritual india desarrolló sus propios supuestos y caminos para esta liberación espiritual.
En el hinduismo, el Saṃsāra es un viaje del alma. El cuerpo muere, afirman las tradiciones hindúes; pero no el alma que se asume como la realidad eterna, indestructible y dichosa.
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Como parte de la exposición Living with gods: people, places and worlds beyond, que se alojó el Museo Británico en 2017; se realizó una hermosa animación de uno de los mandalas más conocidos, llamado «rueda de la vida» o «bhavacakra«; una imagen didáctica que es utilizada por el budismo tibetano. El Bhavacakra o Rueda del devenir/Rueda de la vida, es representada pictóricamente en la tradición budista tibetana como una rueda dividida en seis secciones; que representan la naturaleza de la vida en cada uno de los seis reinos de renacimiento (gati).
Los seis tipos de existencia (seres infernales, fantasmas hambrientos, animales, hombres, dioses celosos (asuras) y dioses); están dispuestos alrededor de un eje central en torno al cual se persiguen un gallo (deseo), un cerdo (ignorancia) y una serpiente (odio).
Alrededor de la circunferencia hay una llanta dividida en doce secciones que representan en forma simbólica los doce eslabones del Origen Dependiente. Detrás de la rueda y asiéndola firmemente (simbolizando así que todo el Saṃsāra está en su poder) se encuentra Yama, el dios de la muerte. Según algunos relatos, la rueda representa un espejo que Yama sostiene ante la persona en el momento de la muerte. El espejo refleja los posibles reinos de renacimiento; y el alma moribunda será atraída a uno de ellos de acuerdo con su karma.