Sant Jordi es una de las festividades más esperadas en España. Detrás de aquel día de celebración se esconde la leyenda de Sant Jordi, que es muy común en otros países de Europa, como Inglaterra, Grecia y Portugal. Enfocándonos en la Ciudad Condal, sus calles como las Ramblas, Paseo de Gracia y Rambla Cataluña se llenan de gente y de puestos de venta rosas y libros.
A la gente le encanta salir a las calles a disfrutar de la especial atmósfera, así mismo en varios puntos de la ciudad se montan exposiciones, Jornadas de Puertas Abiertas de edificios emblemáticos, “castells” (torres humanas) o incluso actividades culturales como concursos de fotografía, lecturas o conciertos.
En Cataluña también destacan las celebraciones de la población de Montblanc. Incluso se llevan a cabo actos, representaciones teatrales y musicales que reviven la leyenda.
CASA BATLLÓ: LA OBRA MAESTRA DEL ARQUITECTO MODERNISTA GAUDÍ
La Casa Batlló es un dragón
¿Por qué una de las obras más icónicas de Gaudí es referente en esta celebración? Pues la leyenda del dragón está representada en la arquitectura de la Casa Batlló. Es posible ver detalles y decoraciones muy obvias en la fachada y en dos espacios de su interior. En la azotea, el lomo del dragón se evoca con las tejas cerámicas en forma de escamas y es atravesado por la espada de Sant Jordi. Esto lo resolvió el arquitecto con la cruz de cuatro brazos en la cúpula.
Mobiliario diseñado por el arquitecto Antoni Gaudí
La leyenda del dragón
Cuenta la leyenda, que la villa de Montblanc estaba siendo aterrorizada por un gran Dragón.
La bestia se había instalado a las afueras del pueblo, infectando el aire y el agua con su aliento apestoso y mataba al ganado. Cada vez se acercaba más y más al centro de la villa por lo que los pobladores decidieron alimentarlo con ovejas para que los dejara en paz. Sin embargo, se les acabaron y siguieron con los bueyes, luego con los caballos, hasta que finalmente tuvieron que sacrificar a los propios habitantes.
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Para seleccionarlos se elegía un nombre al azar en una urna, un día salió la princesa que se llamaba Cleodolinda. Cuenta la leyenda que el Rey lloró y suplicó a sus súbditos por la vida de su hija, pero que de nada le sirvió, ya que el azar había pasado la cuenta. Fue entonces que al entregarse como sacrificio al dragón apareció un noble caballero. Sant Jordi salvó a la princesa matando al dragón de cuya sangre brotó un rosal.
Es por eso que algunos la consideran el San Valentín catalán, porque se dice que Sant Jordi es, por excelencia, el patrón de los enamorados en Cataluña.
Desde entonces la fiesta de Sant Jordi se celebra en todo el país el 23 de abril, día en el que murió el caballero Jordi. El santo, que estaba bajo las órdenes del emperador Diocleciano, se negó a seguir la orden de perseguir a los cristianos, por lo que finalmente fue martirizado y decapitado.
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Los libros y las rosas
Algo que es muy significativo y marca un simbolismo muy grande en la festividad, son los regalos. Pues se acostumbra a que los hombres regalen una rosa a las mujeres y éstas, un libro a ellos. Además de que el 23 de abril es el Día Mundial del libro promovido por la UNESCO en 1995. Es por ello que en este día, además del intercambio de rosas, regalar libros es la forma de conmemorar una de las tradiciones más arraigadas dentro de la cultura catalana.
