Las sectas que lucran con la fe de las personas son coartadas fabricadas por grupos organizados en busca de poder y enriquecimiento a costa de la manipulación psicológica de sus seguidores. La mayoría son dirigidas por hombres, sin embargo existen sectas lideradas por mujeres que han ejercido violencia y terror hacia sus adeptos.
Susan B. Anthony Coven y el primer aquelarre feminista
Un ejemplo de secta en tiempos contemporáneos es el Susan B. Anthony Coven, primer aquelarre feminista que admitía solamente mujeres. Fundado en los años setenta por Zsuzsanna Budapest, conocida en Estados Unidos por ser la propagadora de la ideología de la wicca diánica, culto enfocado a la adoración de una única Diosa.
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Ma Anand Sheela y la comuna Rajneeshpuram
Ma Anand Sheela, quien fuera la consejera y secretaria personal del gurú Bhagwan. Durante cinco años congregaron en la comuna Rajneeshpuram en el estado de Oregón a más de cuatro mil adeptos. En un espacio de 25 mil hectáreas la meditación y el culto a la figura de Bhagwan eran la base de la doctrina. Dentro de la comuna se defendía la idea del amor libre, por lo que el matrimonio era considerado una limitación a la libertad de los individuos.
Bhagwan era el rostro, la imagen del supuesto líder del grupo, pero fue Sheela quien erigió el imperio. Una mujer carismática que lideró una de las sectas más populares, y que alcanzó un enorme poder. Parecía no tener remordimiento ni reparo en cometer fraudes, amenazar e incluso intentar asesinar a todo opositor que se interpusiera en su camino para garantizar la supervivencia de la gran utopía de su líder, de quien se dice estaba profundamente enamorada.
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Anne Hamilton-Byrne y The Family
The Family, es otro caso sectas lideradas por mujeres. Anne Hamilton-Byrne, quien como maestra de yoga logró reunir allegados, se decía a sí misma y a sus seguidores ser la reencarnación de Jesús. Fue a finales de la década de los 70 en Australia que Anne reunió a niños abandonados y de hospitales psiquiátricos a los cuales teñía el cabello de rubio, y de los que llegó a declarar todos eran hijos biológicos. Su declive fue en 1987, cuando una de las niñas, Sara Moore, escapó y contó todo lo que se vivía en «La familia».
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Valentina Andrade y L.U.S. (Lineamiento Universal Superior)
Valentina de Andrade, quien decía ser una persona de luz, es otra de las mujeres que han liderado una de las sectas más destacadas. También aseguraba tener el don de la clarividencia, lo que le ayudó a crear L.U.S. (Lineamiento Universal Superior) en 1981. Auguró el fin del mundo en 1987, bajo el discurso de ser la reencarnación de María Magdalena. Logró reunir a aproximadamente 400 fieles en sedes en Brasil y Argentina. Un seguidor, Guanderlei Piñeiro, logró escapar y contar lo sucedido a las autoridades.
Magdalena Solís: «La Gran Sacerdotisa de Sangre»
En México también hubieron casos de sectas lideradas por mujeres. El de Magdalena Solís es uno en el que la fama y reconocimiento llegó a través de toda una parafernalia circense para hacerle creer a la gente que «la bruja» poseía poderes sobrenaturales. Bajo el pseudónimo de «La Gran sacerdotisa de sangre», y en contubernio con los , hermanos Santos y Cayetano Hernández, engañaron y estafaron a cientos de personas en Monterrey.
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Silvia Meraz Moreno y la Santa Muerte
Silvia Meraz Moreno fue una mujer que lideró una secta que asesinó a tres personas entre 2009 y 2010 en Nacozari Sonora, en medio de rituales ofrendados a la Santa Muerte. Proveniente de una familia de extrema pobreza y carencias, en la estafa, el engaño y la fe, encontraron ella y sus allegados, la salida a las carencias.
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Así es como la historia nos ha demostrado que el poder de las sectas radica en las carencias religiosas y la necesidad de apegarse a una creencia para resolver cualquier tipo de problemática. Para hablar de su impacto social es importante recalcar que también han existido sectas lideradas por mujeres que han marcado pautas en la historia social de los países.