Yoko Ono era una artista conocida previo a su relación con John Lennon. Sin embargo, la visión misógina la desplazó a la idea de una mujer sin carrera que «exterminó» un famoso grupo musical. Ono pasó de ser una artista a una referencia negativa de la cultura pop. Su historia se ha contado a partir de la relación con Lennon. Sin embargo, su notoriedad artística ha tratado de limpiar su reputación en los últimos años.
La vanguardia de la posguerra asociada al movimiento Fluxus arropó a Yoko Ono artísticamente. Fluxus se centraba en el proceso por encima del producto, y se convirtió en una pieza fundamental para el desarrollo del arte conceptual. Yoko Ono ejecutaba a la perfección el movimiento artístico que fusionaba el arte y la vida.
Años después del asesinato de Lennon, Yoko Ono ha trabajado arduamente como autora, cineasta, música y artista visual. Por extraño que parezca y aún con el estigma como separadora de «The Beatles» ha obtenido una renovada admiración en el mundo del arte. En 2000 presentó «YES» una muestra en la Japan Society de Nueva York. Más tarde, la llevó al Walker Art Center de Minneapolis y al Museo de Arte Moderno de San Francisco, entre otros lugares.
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En 2015, el MoMA presentó un estudio de su obra entre 1960 y 1971, año en que debutó de manera no oficial en el museo. Una muestra no autorizada en la que liberó cientos de moscas empapadas en perfume dentro del museo, invitando a los visitantes a seguirlas. Yoko Ono ha resurgido como artista con obras más recientes que enfatizan su pacifismo de toda la vida.
Helmets/Pieces of Sky (2001), comprendía una instalación de cascos de soldados suspendidos del techo, con piezas de un rompecabezas de un cielo azul brillante. En 2016, realizó una interacción de su serie “Add Color” de 1961, donde los espectadores escribían o dibujaban sobre objetos en blanco. Para su muestra más reciente en la Tate Modern de Londres, ha organizado una importante monografía que abarca su arte desde 1950, hasta la actualidad.
La exposición recibe a los asistentes con la voz de la artista respondiendo una llamada de teléfono diciendo: ‘Soy Yoko‘. La frase ‘Esta habitación se mueve a la misma velocidad que las nubes‘ en la pared, da pauta a la continuidad de Yoko Ono. A partir de ahí, las más de 200 obras que pueblan ‘Music of the Mind‘ examinan siete décadas de la trayectoria artística de la creadora.
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La exposición da inicio con los primeros pasos de Yoko Ono en el mundo del vanguardismo en Nueva York y Tokio. Después llega a sus cinco años de estancia en el Reino Unido desde 1966, cuando conocería al músico. Instalaciones, pinturas, fotografías, esculturas y piezas de audio componen a ‘Music of the Mind‘. Exposición donde la artista plantea un enfoque radical para examinar el lenguaje, el arte y la participación.
Muchas de las obras expuestas contienen un carácter de reivindicación. Tal como ocurre con ‘Add Colour‘ y Refugee Boat, que ocupa toda una sala blanca con una pequeña barca del mismo color al centro. En esa habitación, el público puede pintar el barco y las paredes con rotuladores azules. Esto, en referencia al color del mar hacia el que se embarcan personas en busca de un futuro mejor. Planteando así, una reflexión sobre la crisis migratoria generada por la guerra civil siria.
La exposición se encuentra abierta al público desde el 15 de febrero hasta el 1 de septiembre. Una excelente oportunidad para dejar de ocupar un espacio pasivo en la exhibición para formar parte de ella.