Las joyas malditas si existen, varias películas, libros y textos se han inspirado en las piedras preciosas que hoy yacen ocultas en las cámaras más secretas de las potencias mundiales. Puede sonar descabellado, sin embargo los diamantes, cristales, zafiros y más son capaces de guardar energías muy poderosas. No sería raro que la mayoría de las joyas hayan potenciado su maldición por haber sido robadas en sangrientas batallas a lo largo de la historia. A continuación enlistamos cinco de las joyas que desatan la curiosidad de creyentes y no creyentes en este tipo de maldiciones y leyendas.
Por otro lado, todas sus historias coinciden que la avaricia y la ambición llevó a sus portadores a robarlas y poseerlas, a pesar de que este acto significara una muerte segura o la maldición de todo su linaje.
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El Diamante Hope
Este famoso diamante lo recordaremos más por su aparición en la película Titanic (1997). Fue la principal inspiración para la historia del collar Heart of the Ocean o “Corazón del Mar”. El Diamante Hope es un diamante de color azul marino, con un peso estimado en 45.52 quilates. Su color es debido a la presencia de trazas de átomos de boro en su composición. Con el paso del tiempo, se ha vuelto legendario por la supuesta maldición que alcanza a sus respectivos poseedores.
En 1958, se donó al Museo Nacional de Historia Natural de la Institución Smithsoniana por el joyero estadounidense Harry Winston. Lo envió, en un sobre de papel de estraza, por medio del servicio postal nacional. Y fue así como partir de entonces, forma parte de la colección nacional de gemas del museo. En el año 2005, el instituto publicó los resultados de una extensa investigación donde señala que, originalmente, el diamante había formado parte de la colección de joyas de la Corona de Francia hasta que fue robado. Probablemente ese robo fue lo que detonó la maldición una vez más. Todo sucedió en 1792, cuando el «Tesoro Nacional» fue tomado por rateros que hurtaron algunas importantes joyas de la colección.
Pero el historial de robos se remonta todavía más. Según la leyenda, el diamante originalmente adornaba el tercer ojo de la diosa Sita en un templo de la India. De ahí, un corrupto sacerdote hindú lo robó y, como castigo, sufrió una lenta y agonizante muerte.
El diamante Koh-i-Noor
Este es otra joya que tiene su origen en la India. El Kōh-i-Nūr, significa «Montaña de luz» en persa y es un diamante de 108 quilates, fue en su momento uno de los diamantes más grandes del mundo. El Kōh-i Nūr es originario del estado de Andhra Pradesh en la India al igual que su doble, el Darya-ye Noor. El diamante ha pasado por varias manos a través de las décadas desde príncipes mogoles, guerreros iraníes, gobernantes afganos y hasta marajás del Punjab.
La piedra preciosa es de 105 quilates (21 gramos) y finalmente llegó a manos británicas a mediados del siglo XIX por lo que ahora forma parte de las joyas de la Corona de Inglaterra en exhibición en la Torre de Londres. (Esto es considerado por los indios como un robo). Se cree que el diamante tiene una maldición que se anula sólo cuando es una mujer quien lo lleva. Todos los hombres que lo han tenido, o han perdido sus tronos, o han caído en desgracia. Por ejemplo, la Reina Victoria es la única monarca reinante que ha usado el Kōh-i-Nūr . Según la leyenda, si el monarca es hombre, el diamante debe ser entregado a su esposa. La historia de la maldición hacia el dueño del diamante, data de un texto hindú que relata la primera aparición verificada del diamante en el año 1306.
« Quien posea este diamante dominará el mundo,
pero también conocerá todas sus desgracias.
Solo Dios, o una mujer, pueden llevarlo con impunidad «
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El zafiro púrpura de Delhi
Esta joya tiene poco más de treinta años de haber sido descubierta por Peter Tandy, el conservador del Museo de Historia Natural de Londres. Se encuentra dentro de «los gabinetes de minerales» del museo de la gema y fue supuestamente sellada en varias cajas que venían con una advertencia: «Cualquiera que abra esta caja deberá leer primero este aviso, y luego hacer lo que quiera con la joya. Mi consejo para él es que la eche al mar «.
Se sospecha que también es parte del tesoro robado del templo de Indra en Cawnpore durante el sangriento motín de la India de 1857. El zafiro maldito llegó a Inglaterra gracias al coronel W. Ferris, quien finalmente se declaró en quiebra, al igual que su hijo. Más tarde la compró el escritor Edward Heron-Allen, quien afirmó que le trajo nada más que mala suerte. Así que se lo regaló a sus amigos, quienes lo regresaron al sufrir las mismas consecuencias en sus vidas.
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El Anillo Vyne
El anillo Vyne o anillo de Silviano es un anillo de oro, que data probablemente del siglo IV, descubierto en 1785 en un campo arado cerca de Silchester, en Hampshire. Lo que se sabe es que perteneció a un britorromano llamado Silviano, y fue robado por otra persona llamada Seneciano, sobre la que Silviano lanzó una maldición.
En 1929, durante las excavaciones del emplazamiento del templo romano de Nodens en Lydney Park, el arqueólogo Sir Mortimer Wheeler descubrió allí detalles de la maldición. Y como Wheeler consultó a J. R. R. Tolkien datos del nombre del dios invocado en la imprecación, este anillo y su maldición pudieron haber inspirado el Anillo Único de El hobbit y El Señor de los Anillos. Finalmente el anillo terminó con la familia Chute, conservado en su casa de campo conocida como The Vyne, ahora propiedad de National Trust. En abril de 2013 el anillo salió de su biblioteca para una exposición.
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La Corona Checa
Es también conocida como Corona de San Venceslao. Fue realizada en 1347; el undécimo rey de Bohemia, Carlos IV que fue miembro de la Casa de Luxemburgo y Sacro Emperador Romano, ordenó la elaboración de esta corona para la ceremonia de su coronación y se la dedicó al santo-patrón checo, San Venceslao.
La leyenda afirma que si la Corona es colocada sobre la cabeza de una persona que no posee legitimidad para ser rey, ésta morirá violentamente en un año. En 1941, Reinhard Heydrich, gobernador nazi se la colocó y aproximadamente un año después murió. Pesa algo mas de dos kilos, sus zafiros están entre los mas grandes del mundo y lo que antes se creia un rubí se descubrió en 1999 que era realmente una turmalina roja; también tiene un crucifijo con una inscripción que dice «aquí se conserva un espino de la corona de Cristo». Lo tiene todo para contener esa maldición.
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Cinthia Flores
Fotógrafa y reportera.
