La robot detrás de esta polémica pintura se llama Ai-Da y fue creada y feminizada por Aidan Meller, un director creativo curador en arte moderno y contemporáneo, que asegura que el aprendizaje automático de este androide lo hace capaz de tomar decisiones autónomas a partir de un procesamiento de datos. Lo cual, implica cierto tipo de creatividad por parte del algoritmo que crea una pieza única capaz de venderse sin que el autor reclame los derechos sobre la obra y las ganancias irían directamente para el dueño del “artista”.
La pieza subastada se titula: “AI God” cuya traducción más directa es la de “El dios de la IA” y es un homenaje al matemático británico, Alan Turing, quien fue pionero de la computación y sentó las bases de campos como la inteligencia artificial. El retrato mide 2,3 metros de altura y está hecho en tonalidades oscuras con lo que parece ser el rostro fragmentado del homenajeado. El precio final de venta, equivalente a 1,08 millones de dólares, sorprendió al superar con creces la estimación inicial de 180,000 dólares.
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Según la página oficial de Ai-Da, su proceso creativo comienza al capturar imágenes a través de las cámaras en sus ojos para después procesarlas mediante algoritmos de inteligencia artificial que a su vez, controlan su brazo robótico para elaborar las obras de arte. El debate en redes sociales se centra en la precarización de las obras realizadas por artistas humanos y el enriquecimiento de los creadores de androides como Ai-Da, así como la eliminación del alma humana que según algunos, caracteriza al arte.
Stephanye Reyes
Periodista en deformación. Humana por imposición, bruja por elección. Ojos defectuosos pero talentosos. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig:bruja_amapola