El cosplay no es algo nuevo en el mundo, desde los años 70 en Japón nació este movimiento de vestirse como tu personaje favorito de anime o manga, que poco a poco se fue replicando en todo el globo. Ojo, no es lo mismo que disfrazarse, realizar un cosplay es meterse en el personaje, actuar sus movimientos, características físicas y mentales, actitud y obviamente la vestimenta.
Primero, la palabra cosplay viene de la unión de las palabras inglesas costume (disfraz) y play (actuar), segundo, se trata de una actividad donde te caracterizas de tu personaje favorito, especialmente de caricaturas o novelas gráficas japonesas pero en años recientes incluye videojuegos y hasta comics.
5 ANIMES PARA VER EN CRUNCHYROLL GRATIS
Ser un cosplayer podría ser caro, pues aunque tu hagas el vestuario, las telas, pelucas, maquillaje no son precisamente baratos, si le sumas que el personaje trae algún aditamento como un arma o accesorio que sea necesario, va aumentando. Claro que hay desde el cosplayer amateur hasta el profesional, donde la producción es una inversión a largo plazo pues pueden ser contratados para eventos especiales como convenciones especializadas.
Aunque la comunidad cosplayer en ocasiones es renuente con los amateurs, son unidos en cuestión de defender su estilo de vida ante aquellos que los atacan, además que en últimos años han defendido que no importa si el color de tu piel o género de identidad es diferente al del personaje original, la cuestión es adaptarse y rendir una especie de homenaje, eso sí, respetando los principios de meterte en la piel de dicha figura.
SÉ LO QUE QUIERAS SER: UNA REFLEXIÓN SOBRE BARBIE
Justo eso, meterse en la piel es lo que nos lleva al tema de este texto, la versión “ostentosa y más cercana” al personaje en cuestión, el kigurumi animegao. Este estilo de cosplay que desde principios del nuevo milenio se puso muy de moda en Japón pero que en el resto del mundo apenas va tomando fuerza, como en México, que es muy difícil verlo pero, ¿qué es el kigurumi animegao?
No, la palabra kigurumi en esta ocasión no se refiere a esos mamelucos (como los que usabas de bebé) de personajes como Stitch, Snorlax o Reptar, aquí se refiere a ponerse un body completo del color de piel del personaje. Ejemplo, quieres hacer el cosplay en este estilo de Sakura (Card Captor), debes conseguir un traje llamado zentai que imita el tono de piel de Sakurita, después, ponerte la ropa del personaje y por último, para completar la fase animegao, una máscara de fibra de vidrio y hule espuma que retrata a la perfección a esa niña que regresaba las cartas Clow a la forma humilde que merecen.
LA MENTE RETORCIDA DE UN MANGAKA GORE
Todo muy normal hasta aquí, a pesar que en América Latina y Estados Unidos este kirugumi animegao no está bien visto, y no porque sean un estilo donde el poder adquisitivo es mayor, si no por el hecho que son muy planas emocionalmente. “Realmente no expresan nada en la cara, es algo tétrico”, como nos platicó una chica cosplayer que prefirió guardar el anonimato.
Los kiruguplayers o gaoplayers, como se les llama a los que realizan este tipo de cosplay, representan en Japón una nueva forma de realizar actos grupales, como performance los cuales deben explotar las capacidades de quien les interpreta y siguiendo las reglas básicas como nunca quitarse la máscara, imitar a la perfección movimientos y sobre todo, comunicándose con los demás mediante la mímica. Podría incluso equipararse a lo que realizan los botargueros, quienes tampoco pueden expresar emociones y por ello es que son los “apestados” en las convenciones.
ASÍ FUERON LAS INCREÍBLES FIESTAS DE DISFRACES DE LA BAUHAUS
Le preguntamos a nuestra amiga cosplayer sobre si en México podría ser aceptado este concepto y la repercusión que tendría para los cosplayers nacionales, y esto fue lo que nos respondió. “Quizá no sea aceptado el concepto, porque es más complejo que el normal, es más trabajo por la cuestión que tienes que usar un traje de fondo en color piel aparte del vestuario del personaje, y con la máscara el calor sería infernal. Sobre el impacto, yo creo que cambiaría la perspectiva de lo que hacemos los cosplayers “normales”, incitando a mejorar, porque este tipo de cosplay eclipsa totalmente a tu persona”.
Sexualización del cosplay kigurumi animegao
Como todo en el mundo, este tipo de cosplay también ha sufrido de la regla 34 del internet, ‘Si existe, hay porno de ello. Sin excepciones’ y sí, los kigurumis animegao ya están pasando por esa cuestión. Basta con buscar el término en Twitter para encontrarse con miles de cuentas dedicadas a postear fotos de tu personaje favorito o alguno inventado (la ventaja que da este estilo) por la persona dueña del perfil. Fotos eróticas en su mayoría pero también videos porno, donde lo más random es que debajo del zentai (traje de la piel falsa) hay un traje de látex.
En las páginas porno también existen infinidad de videos de estos personajes masturbándose o teniendo relaciones con otros kiguruplayers, incluso hasta siendo dometidos por algún Dominante del mundo BDSM. No le vemos nada de malo, al final termina siendo un fetiche o filia, pero si ha causado revuelo entre la comunidad cosplayer en Japón y Europa, pues consideran que este tipo de actos son los que estigmatizan y hacen que los kigurumis animegao no sean tomados en cuenta y los comienzan a etiquetar en el ramo de personajes sin expresión que solo sirven para satisfacción. Lo cual se les hace muy machista.
LOS 5 FETICHES SEXUALES MÁS POPULARES EN TWITTER
Y en este aspecto como en el cosplay tradicional, tampoco importa el género que tengas, puedes estar caracterizado de Rei Ayanami de Neon Genesis Evangelion o Jessie del Equipo Rocket, teniendo un pene o vagina, el traje zentai lo oculta… o no, dependiendo de quién y qué es lo que te guste ver que te provoque excitación. Por ello, es que también ayuda mucho el que puedas pedir una máscara personalizada en las tiendas especializadas, eso sí, con un costo que no baja de los $1000 dólares. Los zentai hay de precios y estilos, pero uno super armado, con senos y cadera integrados, además de textura látex, lo encuentras en unos $10,000 pesos mexicanos.