Los manicomios han sido tenebrosos escenarios de películas, en la literatura y fueron sitios en donde surgieron cuentos y leyendas que la humanidad jamás podrá olvidar. Estas instituciones estaban principalmente destinadas a cuidar, tanto en el sentido de atender como en el de vigilar, a peligrosas y diferentes enfermedades de las personas.
Sin embargo, cosas inimaginables sucedieron dentro de sus paredes. Torturas, asesinatos, de todo un poco. Lo que dio pie a que se instalaran residentes permanentes como fantasmas. A continuación te compartimos quince cuentos cortos para que te des una idea de lo mucho que siguen escondiendo los inmuebles que fungieron en su tiempo como hospitales psiquiátricos y manicomios.
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Jane, la paciente
Teníamos a una joven paciente con varios problemas. La llamamos Jane. En su primera noche en nuestras instalaciones encontramos a Jane en un charco de sangre. Se había estado levantando su propia piel con las uñas.
Todas las noches, antes de dormir, Jane tocaba las paredes y dibujada con sus dedos un crucifijo. Una de las noches, cuando un trabajador la escuchó gritar fue a ver qué ocurría. Al llegar, Jane estaba de pie en mitad de la habitación. Le preguntaron qué ocurría y respondió ‘¿Qué te hace pensar que estas hablando con Jane?
Puñalada
Tenía tan sólo 17 años cuando entré en el psiquiátrico y me asignaron un compañero de habitación un poco raro. La segunda noche que dormí allí me dijo que era un ‘trabajador de Satán’ y que podía hablar con él.
Un día volví a la habitación y estaba destrozada por completo. Fui al baño y lo encontré en el suelo cubierto de sangre, desnudo. Había roto el espejo y usado los trozos para provocarse heridas. Me acerqué para ayudarle y me apuñaló con otro de los trozos de cristal. Se reía como un loco.
Manicomio general de la Castañeda
En 1973, los primeros habitantes solían contar como, por las noches, se escuchaban ruidos de canicas, risas, chapoteos en el agua, y pasos en distintas parte de los departamentos. En la actualidad se dice que, a partir de las diez de la noche, suelen oírse lamentos y muebles que son arrastrados. En los pasillos comunes es posible ver macetas que se mueven solas e incluso personas que suben y bajan escaleras gritando a todo pulmón.
El paciente del psiquiátrico
Howard, un joven que estaba logrando todo en su vida, tenía un buen trabajo, una linda novia y un futuro prometedor, estaba a punto de vivir la noche más aterradora que jamás imaginó. Howard, como todas las noches cuando salía del trabajo, se dirigía en su auto a casa de su novia, donde como de costumbre veían una película y conversaban de su futuro junto antes de irse a dormir.
Esta noche en particular, Howard venía conduciendo su auto camino a casa de su novia, el trayecto era algo largo, así que encendió la radio para escuchar música, sin embargo lo primero que pudo escuchar, fue la última parte de un reporte policial de emergencia, en el cual aparentemente se hablaba de que cerca de esa zona se encontraba prófugo un paciente muy peligroso de un hospital psiquiátrico del área, lástimosamente Howard no logró escuchar la parte en la cual describían al sujeto, pero ya sabía que tenía que tener cuidado, así que aceleró hacia su destino.
Al llegar a casa de su novia, Howard sintió un alivio enorme, bajó del auto rápidamente, entró y enseguida apagó las luces de la sala, dejando todo a oscuras donde sólo entraba la tenue luz de las luminarias de la calle, por supuesto esto sorprendió a su novia que lo esperaba sentada en el sofá.
-¿Mi amor que haces?… ¿por qué apagas las luces?
-¡Uff!… ¿qué te pasa mi vida?… ¿estás resfriada?… tu voz está como congestionada.
-Un poco, creo que el clima me hizo daño…¿pero qué sucede, porque tan nervioso?
-Oh! sí discúlpame, es que parece que un loco se ha escapado, y está por esta zona, no quiero que entre a esta casa, mejor apago las luces, y así podemos mirar mejor hacia afuera si viene alguien sospechoso, confío en que la policía lo atrapará pronto, mientras hablemos en voz baja te parece?
-Como digas mi amor, es algo muy serio, ven siéntate a mi lado, quiero abrazarte.
-Sí Josefina, yo también muero por un beso tuyo y estar a tu lado.
Los dos enamorados, a pesar de la oscuridad que impedía verse a los ojos como siempre lo hacían, no les detuvo para acariciarse, besarse con pasión, y pasar un par de horas abrazados, Howard estaba muy feliz al lado de su amada, aunque al acariciar la parte posterior de su cabeza sintió algo húmedo, tal vez agua.
Al cabo de un tiempo, se estaban quedando ambos dormidos en el sofá, cuando un ruido parecido a unos golpes venían de la habitación de arriba, los cuales despertaron a Howard, era como si alguien estuviera en la recamara.
-¡Josefina!… ¡Josefina!… despierta, creo que hay alguien arriba, escuchas los golpes?
-…Sí mi amor, tengo mucho miedo…
-Iré a ver de qué se trata, tu toma un cuchillo de la cocina y llama a la policía Josefina, yo subiré con mucho cuidado…tiemblo de pensar que sea ese loco desquiciado
-No Howard… no vayas… puede ser peligroso…
-No te preocupes, haz lo que dije, tendré cuidado…
-Te repito mi amor, mejor no vayas, es peligroso…
Howard estaba decidido a proteger a su novia y su vida, así que dejando a Josefina en la sala, cuchillo en mano, procedió a subir las escaleras lentamente, mientras los ruidos provenientes del cuarto eran cada vez más suaves, como si se desvanecieran, pero era claro que allí había alguien, y si por algún motivo fuera aquel loco escapado del hospital, las cosas se podrían poner feas. Howard llegó hasta la puerta, todo estaba muy oscuro en la casa, volteó su mirada hacia la sala, y desde allí diviso a Josefina con el teléfono en una mano para llamar a la policía, y en la otra un enorme cuchillo de cocina que brillaba con la poca luz que entraba de fuera.
Howard abrió la puerta despacio, el cuarto parecía estar vacío, pero al ingresar, estaba desordenado, la información de ambos estaba por todas partes, luego se tropezó con lo que estaba causando los ruidos, fue el momento más aterrador de la vida de Howard, al ver a Josefina, muerta en el suelo debido a múltiples heridas causadas por algún objeto punzante, y lo peor era que su rostro había sido arrancado, como cortado con algo, al parecer antes de morir golpeaba la puerta tratando de alertarlo del peligro, en ese momento Howard recordó que al acariciar a Josefina en la sala, sus manos estaban húmedas, y fue entonces cuando se dio cuenta que era sangre, la sangre proveniente del rostro mutilado de su novia.
Unos pasos se acercaron a él por detrás, Howard giro su cabeza, y vio a esta mujer desquiciada parada frente a él, con la piel del rostro de su amada en una mano, el cual había utilizado como una especie de máscara para engañarlo en la oscuridad, y el enorme cuchillo que el mismo le había pedido tomar en la otra mano, al parecer si tan solo hubiera escuchado el comunicado de emergencia por completo, se habría enterado que el paciente que se había escapado, era una mujer y no un hombre como el suponía…ya era tarde, la policía no vendría.
Lamentablemente todas las decisiones que Howard tomó fueron las equivocadas, desde apagar las luces, hasta armar a su asesino, solo le quedo mirar a su victimaria a los ojos, él con mirada de horror, y ella con mirada de satisfacción, con su rostro bañado con la sangre de la verdadera Josefina, y con una locura más allá de lo común le dijo:
-Howard…pasé una noche linda contigo, tus besos, tus abrazos, todo fue bello…pero te dije que no subieras, que era peligroso… por supuesto… ¡MUY PELIGROSO PARA TI!
Dos cadáveres fueron encontrados en aquella casa…sin embargo…el paciente del hospital psiquiátrico, aún sigue libre.
Ojos Rojos
Cuento enviado por R.
Llevo siendo niñera desde hace más de 40 años, es un trabajo reconfortante porque me gustan los niños, la familia con que ahora trabajo son los Gómez, conformados por Saúl, el padre, Mariana, la madre y el pequeño Oscar de 6 años quien es mi responsabilidad cuando sus padres salen por cuestión de trabajo, y esta es mi historia con ellos.
Una noche en la que llovía el pequeño Oscar salió a hurtadillas a la cocina para comer unas galletas cuando escucho un ruido que no era parecido a un trueno, sino que se asemejaba al gruñido de un animal que asechaba a su presa, el pequeño niño busco por todas partes sin encontrar la procedencia de aquel extraño ruido así que siguió en lo suyo.
Se encontraba tan enfocado buscando el helado en la nevera que casi tiro la cubeta de sus manos cuando un segundo gruñido provino de algún lugar a sus espaldas, al girarse en la oscuridad pudo divisar ese par de ojos rojos que se alzaban a una altura de 2 metros del suelo, el pequeño tiro todo al suelo y salió corriendo, yo lo encontré escondido bajo su cama unos minutos después y al llegar sus padres conto lo sucedido y por supuesto que no le creyeron.
Cuando me dejaron solo con él lo intente consolar y mientras más lloraba y temblaba de miedo más fuerte era el deseo, ¿mencione porque me gustan los niños?, creo que no, mientras me dirigía a la puerta después de que Oscar había sido alcanzado por el sueño pensaba en su sabor, el sabor de los niños mientras más aterrados se encuentran, oh si, tendría que aparecer dos o tres veces más ante el pequeño antes de que comience a tener ese sabor que tanto me gusta, me detuve antes de girar el picaporte y mi reflejo me devolvía la mirada a través del espejo colocado a un lado de la puerta, mis ojos volvían a brillar de un rojo intenso, comenzaba a tener hambre.
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El hospital
(Por Sebastían Garró)
Oscar era un adolescente que disfrutaba tanto del cine como de las historias de terror y fantasmas. El y sus dos amigos solían visitar casas Embrujadas acompañados de sus cámaras, sus celulares para captar psicofonías y un perro que era de Oscar, ellos siempre grababan todas sus expediciones y las subian a su canal de YouTube.
Un día cuando se reunieron para preguntar de puerta en puerta para tener alguna información de alguna casa abandonada, al segundo intento se toparon con alguien que si sabia sobre un lugar abandonado, el anciano de al menos unos 80 años les hablo de un hospital psiquiátrico que había a unas calles del lugar, les advirtió que tuvieran cuidado puesto que dicho hospital llevaba abandonado casi dos décadas nadie sabe porque nadie sabe que pasaba ahí dentro ni que paso con la gente de ahí, porque nunca mas se volvió a ver a nadie salir ni entrar en ese lugar. quien sabe lo que pudiera pasar dentro continuo el anciano. advirtió tanto de el peligro de derrumbe como de cualquier persona con malas intenciones que pueda a ver ahí dentro, por supuesto eso no los detendría es mas, eso les daba cada vez mas ganas de ir.
Los chicos sin pensarlo dos veces fueron hasta el hospital, esperaron a que fuese de noche y con el «equipo paranormal» comenzaron su expedicion. Llegaron a la puerta, una grande y de madera muy solida, nisiquiera sabian como abrirla. hasta que a lucas(uno de los tres chicos) se le ocurrio buscar alguna ventana rota pues el recinto llevaba casi dos decadas abandonado y era bastante probable que una de tantas ventanas estuviera abierta. Efectivamente una de las ventanas estaba rota, oscar tomo al su perro y lo metio dentro con cuidado luego entro el y los demas, ya adentro encendieron sus camaras como era costumbre a grabar mientras caminaban por el recinto. Como ellos siempre grababan en casas y nunca en un recinto tan grande, decidieron separarse para poder grabar todo el lugar.
Lucas mientras hablaba a la cámara y contaba sus sensaciones escucho un ruido proveniente del segundo piso, subió rápidamente y siguió hablando a la cámara y mirando lo que había provocado el ruido. Por otro lado se encontraba Oscar quien con su perrito fueron a investigar el sótano, todo era relativamente normal en comparación a otras expediciones que habían hecho hasta que un grito de Mario (el tercer chico) alarmo a a Oscar y a Lucas quienes al momento de escuchar semejante grito desgarrador hablaron por sus radios para preguntar que había pasado.
Mario con una voz temblorosa y al borde del llanto contesto llenando de insultos a Oscar acusándolo de haberlo asustado, dijo que una criatura se le acercó corriendo y gritando obligándolo con el corazón en la mano a salir como pudo de ahí, dijo que al revisar la cámara pudo ver que se trataba de Oscar quien al escuchar esto dijo «es imposible que haya sido yo porque estoy aun en el sótano». Un silencio escalofriante quedo entre los tres chicos, «pues yo no volveré a entrar» dijo Mario.
Hospital Santa María de Punilla
Este centro de rehabilitación mental esconde un oscuro secreto, pues se dice que hace algunos años, los pacientes eran maltratados de maneras inimaginables; en especial los que padecían de su facultad del habla pues estos jamás dirían nada sobre los martirios que les eran infringidos.
No obstante, en el año 2004, un paciente decidió quitarse la vida y, curiosamente, los empleados del Hospital que lo maltrataron aseguran hasta la actualidad que el paciente aún sigue en allí. Tan cruda es la mentira que estos terminaron siendo pacientes, pues fueron considerados como: «Faltos de sus facultades mentales».
Hospital Dixmont
El Sanatorio mental «Dixmont» fue una institución mental clausurada ya hace 31 años y las razones de su clausura dieron en el descubrimiento de una aterradora historia.
Un día, una investigadora extranjera llegó al lugar y descubrió el terrible secreto del «éxito» del instituto, que garantizaba la recuperación de todos sus pacientes.
Todo aquel que se comportara «inadecuadamente» era asesinado en público y los enfermos, llenos de miedo, solían suicidarse.
Aquellos cuyo estado mental era tan grave como para no comprender la situación eran brutalmente asesinados… Se dice que en la actualidad, las almas de los pacientes continúan en la estructura del ahora abandonado Hospital Dixmont…
Sanatorio Mental Hellingly
Hellingly Mental Asylum es un gran complejo hospitalario abandonado con más de un siglo de antigüedad, el cual hoy en día se encuentra en ruinas, decrépito y olvidado a pesar de que hace tan solo 20 años cerró sus puertas.
Cuentan aquellos que lo han visitado que se pueden oír extraños sonidos en su interior; esto aunado a su tétrico aspecto oscuro y aislado, lo hace un lugar sumamente atractivo para los amantes de los fantasmas y las historias de terror.
Lo que queda del edificio se encuentra en el condado de East Sussex, cerca al pueblo de Hellingly, en el sur de Inglaterra. Fue construido en 1898, basándose en el diseño del arquitecto George Thomas Hine, miembro de la Lunacy Commission, una organización dedicada a supervisar el estado de los psiquiátricos y garantizar el bienestar de los enfermos.
Sonrisa Inquietante
Cuando empecé a trabajar en el hospital, me encargaron que me sentara con una mujer durante seis horas. En mitad del turno la cambiaron de habitación y, al llegar a la nueva, se puso muy nerviosa y agresiva.
Intenté calmarla, pero nada funcionaba. Gritaba en latín cosas sobre posesiones, Dios y llamas. Finalmente se arañó toda la cara dejando un rastro de sangre
No verás nada
Mi madre me contó una historia sobre una guardia que tuvo en un hospital psiquiátrico. Mi madre descubrió a una paciente que se había arrancado sus propios ojos. Junto a ella estaba el cuerpo de otro de los enfermeros, le había dado un ataque al corazón al presenciar la escena
Sonámbulos
Mis clientes sufren demencia, pero hay uno que me inquieta realmente. Durante el día es realmente dulce, pero por las noches habla en sueños. Normalmente lo hace con los ojos abiertos y es difícil distinguir si duerme o no. Habla sobre un chico muerto, sobre gente que no está allí y sobre una niña que duerme con ella.
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Monja Fantasma
Al igual que en la mayoría de los hospitales antiguos, las monjas solían dirigir el hospital donde trabajo. Esto sucedió en un área del hospital donde realizamos laboratorios de estudio del sueño. Una noche, mientras observaba el monitor, vi a cinco pacientes quitarse los equipos de monitoreo al mismo tiempo. Evidentemente, me dirigí a las habitaciones para averiguar qué estaba sucediendo. El primer paciente me dijo que una vieja enfermera que llevaba un gorro de monja le dijo que podía irse, ya que el estudio había finalizado. Los otros cuatro pacientes dijeron lo mismo. El mayor problema con la historia es que la otra enfermera que trabajó conmigo esa noche estaba de descanso y no llevaba gorro de monja.
La niña muerta
Mientras trabajaba en la estación de Cuidado a Largo Plazo, escuché la leyenda de la niña muerta. Se rumorea que los pacientes que vieron a la niña fantasma rara vez sobrevivieron. Efectivamente, varios pacientes de vez en cuando me preguntaban quién era la niña. La señalaban, pero nunca vi a quién se referían. Dentro de las 72 horas tras ver a la niña fantasma, los pacientes fallecieron. Investigué un poco y supe que la víctima de un accidente automovilístico fatal fuera de las instalaciones de Cuidado a Largo Plazo hace unos 10 años no era otra que una niña de 10 años. ¿Coincidencia?
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No abras la puerta
Cada vez que entrabas a la morgue de mi hospital, podías escuchar golpes desde dentro del congelador. Era espeluznante. Incluso una noche, el patólogo me tomó del brazo, me miró a los ojos y dijo: “¿Escuchas los golpes? No abras la puerta mientras están golpeando”. Obviamente, nunca abrí la puerta. Descubrimos que los golpes solo eran piezas sueltas, pero eso no lo hacía menos espeluznante.
ESCALOFRIANTES CUENTOS DE TERROR JAPONESES
Cinthia Flores
Fotógrafa y reportera.