La fusión entre el arte y el entretenimiento ha generado mancuernas que no pasan desapercibidas. La diversión y los ratos de esparcimiento no tienen porque desligarse del disfrute de una buena pieza artística. Por ello, el sueño materializado del vienés André Heller, se vio detenido al finalizar el verano del 87, regresa a la conversación y la ocupación. «Luna Luna» el parque de diversiones ahora toma el nombre de “Luna Luna: Fantasía Olvidada” y reabre sus puertas.
El rapero canadiense Drake es quien estuvo detrás del renacimiento de este parque en el que invirtió alrededor de 100 millones de dólares. Con esta financiación se logró adquirir y restaurar en su totalidad la obra de Heller que tiene el plan de una gira mundial tras su apertura en Los Ángeles. De esta forma, se busca que distintos países puedan vivir la experiencia única de ingresar a un lugar tan artístico y mágico al mismo tiempo en «Luna Luna: Fantasía Olvidada«.
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El director creativo de Nueva York, Michael Goldberg, un abogado del mundo del arte; un empresario tecnológico y el coleccionista de arte Justin Wills fueron los encargados de hacer renacer a «Luna Luna: Fantasía Olvidada«. Drake por su parte, comentó en ocasiones pasadas que cuando escuchó hablar sobre el parque de diversiones original, quedó fascinados.
Así fue como en enero de 2022 44 contenedores llegaron a Los Ángeles representando un sueño. Corrientes como el neoexpresionismo, arte abstracto, art brut, dadaísmo, y el pop art se conjugaron en el deseo de reunir al público a experimentar el arte de una manera única. Después de una completa restauración, «Luna Luna: Fantasía Olvidada» abrió propiamente sus puertas.
«Luna Luna: Fantasía Olvidada» tiene un costo al público de 38 dólares entre semana ($767.20 pesos mexicanos) y 48 dólares en fines de semana ($969.09). El estacionamiento, al igual que la mayoría de parque de diversiones, se paga por aparte. Además, cuenta con un «Moon Pass» por 241 dólares ($4867.70 pesos mexicanos) con el que es posible acceder a todas las atracciones incluidas el Dalídom, un domo con interior de espejo decorado por el pintor y la «la excéntrica ley de Luna Luna».
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Cuando se inauguró el parque, los visitantes podían montar en un carrusel de Keith Haring, disfrutar de la vista desde lo alto de una noria de Jean-Michel Basquiat, perderse en un laberinto de Lichtenstein, reírse en la casa de los espejos diseñada por Salvador Dalí, etcétera. Hoy día, solo no es posible montar el carrusel debido a que no cumple con las medidas de seguridad actuales.
Este proyecto cuenta también con una atracción inconclusa debido a su fallecimiento. La fusión entre la creatividad y la diversión llegan a un punto donde los visitantes pueden recrear la extravagancia artística del verano de 1987. Su recate del olvido ha sido fruto del legado que dejó en su momento un sueño que duró pocos meses.
Stephanye Reyes
Periodista en deformación. Humana por imposición, bruja por elección. Ojos defectuosos pero talentosos. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig:bruja_amapola
