Flavita Banana reconoce que es una artista contestataria, lo refleja en sus viñetas cargadas de humor ácido que describen el embrollo de las relaciones sociales y su absurdo existencial. La narrativa de sus ilustraciones pone las palabras adecuadas que muchos quisiéramos decirles a nuestras parejas, nuestros amigos y a ese YO interno.
Con ironía y agudeza expresa lo que piensa. He leído más de 30 insignias de Flavita y la mayoría me han hecho reflexionar, reír y, otras veces, lanzar un suspiro por el desamor o el malestar existencial.
Pienso en el conformismo social que explica el sociólogo Marcos Roitman: asistimos a actos sin quererlo, consumimos productos que no valoramos, mantenemos relaciones sociales obligadas y justificamos conductas contradictorias en aras de una vida más complaciente. Construimos una realidad social donde la renuncia al estado de conciencia se plantea como un objetivo por el cual luchar.
Flavia Álvarez va contra el conformismo social. Lo potente de su obra es el discurso. La mayoría de sus viñetas hacen una crítica sutil de las relaciones amorosas: el apego, el ego y el miedo. La entrevisté y confirmé que es una ilustradora social.
EL HUMOR CONTRA LO ADVERSO
Siempre fui contestataria, recurro al humor muy fácilmente. Tras haber estudiado un grado de arte y un ciclo de ilustración me di cuenta que mi ocurrencia no era una herramienta disuasoria, sino la opción elegida para afrontar lo negativo.
Me decidí a focalizar mis dibujos en ese tipo de humor: simple, duro y acerca de los temas tristes o negativos. Eso aplica a los dibujos y a mi carácter, en realidad. También soy bastante contradictoria en cuanto a la percepción de mi misma; a veces muy segura, a veces un mar de dudas. En fin, como todo el mundo, quien no sea contradictorio nunca, algo falla. Humana, en resumen.
¿Cómo describes tu estilo?
Una amiga lo llamó humor triste, y me parece muy adecuado. Digamos que la gran mayoría de viñetas son mis conclusiones respecto a cada tema tratado: parejas, matrimonio, redes sociales, rupturas y cultura. Nunca pensé que mis deducciones fueran del agrado de tanta gente. El tiempo me ha demostrado que no soy especial —por lo mucho que la gente piensa como yo— y esa es la mejor lección. Son viñetas acerca del sentido común. A nivel estético son muy simples, aunque sepa hacer retratos con pintura acrílica prefiero hacer dibujos sencillos y a una tinta, así no se desvía la atención del mensaje.
¿En qué momento decidiste ilustrar mujeres, y por qué?
Imagino que porque soy mujer, y creo que el sujeto que habla puede ser una mujer, y aun así todos los géneros se sientan identificados. Si fuera un flamenco dibujaría flamencos. Va despacio, pero cada vez más la gente se está dando cuenta de que no hablo del mundo propio de las mujeres. Los diálogos que escribo puede decirlos un hombre. No me considero una portavoz de las mujeres, al menos no quiero que me consideren así. Asumir que hablo de nosotras porque dibujo mujeres es un error.
¿Qué tan importante son las redes sociales para tus creaciones?
Si no hubiera internet no creo que ahora mismo pudiera dedicarme únicamente a dibujar. Las redes sociales son algo maravilloso y terrorífico, evolucionan constantemente y hay que saber limitarse al uso que se desea. Las uso para exponer mi trabajo, pero a su vez permiten que los seguidores te hablen directamente. Eso es gratificante pero también entra en el límite de lo privado, aún estoy aprendiendo y decidiendo cómo manejarlo. En mi caso quiero que sigan siendo una herramienta profesional, no personal.
¿Cómo creas la narrativa de tu obra? ¿En qué te inspiras para crear las historias?
Analizo lo vivido y trato de encontrar el concepto que resume cómo me sentí. A veces habla de lo que estoy viviendo ahora, pero poco. Elijo una situación y le voy dando vueltas durante días hasta llegar a la esencia que lo hizo especial (para bien o mal). El resultado no es solo una viñeta, también es un buen ejercicio para la mente y el carácter: logras ver las cosas desde fuera y reconocer los errores y aciertos que cometiste.
En tus ilustraciones destaca la ironía. ¿En la vida real eres así? ¿Cómo es Flavita Banana?
En la vida real soy mucho más simple. Sí que uso la ironía, y soy muy crítica en cuestiones de género, pero ni mucho menos soy tan intensa como sería una serie de mis viñetas. En pareja evito el conflicto casi siempre, prefiero lo sencillo y honesto. Quizá lo que tengamos en común los personajes que dibujo y yo es el hecho de cuestionarlo todo, no para llevar la contraria sino interiormente. Pienso mucho en todo lo que ocurre, pero en el plano real soy más impulsiva y me dejo llevar.
¿Cuál es el comentario más interesante que han hecho de tus ilustraciones?
Mi amigo Morbix, también ilustrador cómico, me dijo que parecían viñetas hechas por alguien de 50 años. Es una de las mejores cosas que me han dicho, yo lo entendí como que reflejan madurez y manejo del trazo. Pero conociéndole quizá quisiera decir que eran demasiado clásicas y aburridas. Echad un vistazo a su trabajo y lo entenderéis.
¿Cuándo fue la primera vez que te rompieron el corazón?
No sé si es un romper el corazón en toda regla, pero debió ser cerca de los 14 años. Un chico me gustaba mucho, nos mandábamos algunos mensajes (recuerdo que yo usaba el trasto de móvil Alcatel One Touch Easy, amarillo) y un día quedamos para enrollarnos en el local de unos amigos.
Fue rápido, brusco, cuatro besos y meterse mano. Se fue y nunca más dijo nada. Fue mi primer cara a cara con la realidad de que muchas veces la otra persona solo quiere sexo (ocurre con hombres y mujeres) pese a que tu entendieras amor. Lo pienso ahora y casi seguro que él nunca habló de amor. Lo que hace la mente cuando quiere creer algo…
¿Cuál es tu idea de las relaciones sociales?
Es un auténtico juego de egos e intereses. No es malo, el interés es algo natural y no tiene por qué ser negativo. Y el ego ha sido lo que ha hecho funcionar la humanidad y el progreso desde siempre. Sencillamente hay que saber aceptarlo, adaptarlo y decidir qué nos conviene (ofrecer y recibir). Si una relación (amistad, profesional, romántica) toma mucho más espacio en tu mente que tú mismo, mal. Relacionarse debe ser una opción agradable en la que todos ganan. Y por encima de todo, tu bienestar.
¿Cuál es la cura de Flavita para un corazón roto?
Lo primero, aceptar el dolor. Hay que pasarlo, hundirse, dejarlo ser. Casi nadie queda triste para siempre. Un día tú mismo despiertas y decides que estás harto de estar así, y entonces toca organizarse, preguntarse quién soy, qué me gusta hacer, qué me apetece a mí.
Con paciencia y cariño propio te acabas dando cuenta de que estar a solas es el estado natural de las personas, que esa parte hay que cuidarla mucho. De repente te sorprendes riendo a solas, disfrutando de dormir solo, conociendo nuevas facetas de ti que además te permiten una mejor relación con los demás. Tener pareja es una opción, no una obligación.
¿Por qué crees que para las mujeres es tan importante el apego a una relación? ¿Qué piensas de las relaciones amorosas?
Lo es debido a la educación. Todavía se sigue haciendo una diferencia de educación en los géneros, las chicas «necesitan» a los chicos para ciertas cosas, y viceversa. Que yo sepa lo único para lo que se necesita uno de cada es para fabricar bebés.
Si las mujeres creen que necesitan un hombre en su vida es porque se nos vendió el concepto de sexo débil, de ama de casa, de paciente madre amorosa. Somos individuos también, evidentemente nos encanta el amor, a quién no, pero a una pareja se la quiere, no se la necesita.
Cuando se empiece a educar a niños y niñas en igualdad, motivándoles a que tengan una vida llena de vivencias, logros y metas (más allá del amor), entonces conseguiremos una población femenina que considera a sus parejas como una elección feliz y enriquecedora, alguien que camina a tu lado y no tirando de ti. Y eso también beneficia a los hombres, no debe ser muy agradable ni atractivo tener al lado a un mujer cuyo único motivo de vivir eres tú.
Además de la ilustración, ¿qué otras manías tienes?
Jaja. Iba a decir que ilustrar no es una manía, pero quizá tengas razón. Como aficiones te diré que el ciclismo, comer y beber (sí, alcohol). Como manías malas están el fumar, la vagancia, ser demasiado independiente (soy un poco intransigente cuando se trata de ceder tiempo para los demás). También juego mucho a un juego de bolitas en el móvil, que ni sé cómo se llama pero todos mis amigos se ríen de mi.
Por último, háblame de tu próximo libro…
En febrero se publica con Lumen el libro Las cosas del querer, donde tooodos los dibujos son inéditos. Son una serie de situaciones donde la protagonista dice lo que piensa de ello, haciendo hincapié en esas diferencias de género absurdas sobre todo. Podemos decir que es un vaciado de mis pensamientos más críticos, pero con humor.