Los hongos como formas de vida milenarias poseen una gran variedad de propiedades. Los que son conocidos o identificados como mágicos u hongos psilocibios pertenecen a la familia de los «Strophariaceae«. Las culturas antiguas de tierras mexicanas les llamaban teonanacatl en náhuatl, que significa “carne de los dioses”. Son organismos «saprófitos«, es decir, se alimentan de materia en descomposición.
Los hongos se dan en todos los continentes. México es tierra fértil en la que se distribuyen ampliamente al sur del Trópico de Cáncer, con excepción de la península de Yucatán. Los hongos psilocibios crecen mayormente en zonas montañosas con clima templado, en área abiertas o bosques de pino con pasto, aunque también nacen en zonas tropicales y en bosques nublados.
La Iglesia de los hongos mágicos: ¿Ritualidad o charlatanería?
Los usos de los hongos psilocibios y su importancia cultural
Las prácticas con hongos psilocibios son igualmente milenarias. Los rituales formaban parte de las tradiciones sagradas, documentadas en códices para registrar los testimonios de quienes participaban de ellos, en las culturas originarias.
María Sabina, curandera, sabia y chamana mazateca, originaria de Oaxaca, fue la primera en permitir la observación científica de las ceremonias de hongos psilocibios. Gracias a su cooperación y amabilidad se apreció que son utilizados como remedio para la ansiedad y el reumatismo, así como analgésicos.
Los hongos psilocibios contienen alcaloides triptamínicos alucinógenos como la psilocibina, la psilocina, la baeocistina y norbeocistina. Su potencial resulta útil incluso para la medicina psiquiátrica, particularmente para tratar la depresión.
En México, los hongos psilocibios son utilizados por matlazincas, nahuas, mazatecas, mixes, zapotecas, chatinos, purépechas y totonacas.
El uso ritualístico de los hongos enteógenos o «niños santos»
Pajaritos, San Isidro o Derrumbes
La interacción de la psilocina con los receptores de serotonina produce efectos psicodélicos. La activación conduce a cambios en la comunicación neuronal y a la liberación de neurotransmisores adicionales, tales como la dopamina y la noradrenalina.
Dichos cambios en la actividad cerebral resultan en los efectos característicos de la psilocibina, por ello, el consumo de hongos psilocibios produce alteraciones en la percepción sensorial, tanto visual como auditiva, cambios en el bienestar emocional, experiencias introspectivas y espirituales, la sensación nítida de la ampliación de la conciencia y la generación de sensaciones de euforia y conexión con el entorno.
En el planeta Tierra habitan unas 250 especies de hongos psilocibios, de las cuales 53 crecen en México. Una de éstas es la Psilocybe mexicana, conocida como “pajarito”. Otras dos variantes, muy populares también, son la Psilocybe caerulescens, conocida como “derrumbes”, y la Psilocybe cubensis o “San Isidro”. Existen también los «Amanita» cuyo ejemplar en tierras mexicanas es conocido como A. muscaria o “matamoscas”.
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Efectos de los hongos psilocibios
Los psilocibes producen efectos como la percepción alterada del espacio, también conocida como «gigantismo». Existen reportes médicos de que algunas alucinaciones se acompañan de la tendencia social de evitar objetos o situaciones familiares.
Otro efecto es la «agorafobia«, que es el rechazo a los espacios abiertos. Sin embargo, tanto el gigantismo como la agorafobia son situaciones sumamente subjetivas, y por ello difíciles de evaluar.
Hongos que brillan en la oscuridad
Poca mortalidad registrada
Los casos reportados por intoxicaciones y muertes por consumo de hongos psilocibios son excepcionales, de ahí que se consideran moléculas seguras desde el punto de vista fisiológico.
Para muchos investigadores los hongos alucinógenos son una fuente importante de investigación, tanto química como farmacológica, ya que contienen sustancias que pueden tener alguna aplicación terapéutica.
Sin embargo, debido a que los estudios realizados hasta el momento han sido insuficientes, se recomienda su uso con cierta reserva. El riesgo de una sobredosis es latente. Los testimonios también señalan que además de alucinaciones, a algunas personas les provocan fuertes ataques de miedo, pánico y paranoia.
Stephanye Reyes
Periodista en deformación. Humana por imposición, bruja por elección. Ojos defectuosos pero talentosos. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig:bruja_amapola