Álvarez Bravo colaboró en la industria cinematográfica de la mano de directores como Luis Buñuel
La fotografía de Manuel Álvarez Bravo retrató a un México ordinario y cotidiano pero por encima de todo real, sus retratos no se centraban en el folklor de la nación, sino en lo humano de nuestra gente y nuestro contexto.
Álvarez Bravo nació en la Ciudad de México el 4 de febrero de 1902, creció en una familia cercana al arte, su abuelo era retratista y pintor y a su padre le interesaban algunas disciplinas artísticas como el teatro y la literatura.
A pesar de estar familiarizado con el entorno, el Álvarez Bravo descubrió su pasión a la fotografía de una manera distinta.
Como su padre murió cuando él tenía 12 años, tuvo que trabajar en diversos lugares para ayudar a mantener a la familia, lo que le llevó a estudiar Contabilidad.
El artista decidió intercalar su trabajo con clases nocturnas en la Academia de San Carlos, lo que definitivamente lo impulsaría a dedicarse a la fotografía.
Varios de los aprendizajes obtenidos en este campo fueron por su vocación autodidacta.
COMIENZA EN LA FOTOGRAFÍA
Después de conocer al fotógrafo alemán Hugo Brehme, Álvarez Bravo reconoce su interés por retratar las situaciones que observa a su alrededor y adquiere su primera cámara.
Posteriormente conocería a la fotógrafa Tina Modotti quien sería una mentora y figura clave para su carrera.
Cuando Modotti es expulsada de México le cede su trabajo en la revista Mexican Folkways, donde retrató y se acercó a figuras importantes de la época como Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siquieros, entre otros.
De aquí en adelante, su sensibilidad y particular manera de narrar la historia de nuestro país a través de sus imágenes le abrirían las puertas para colaborar con algunos de los artistas y fotógrafos más destacados de la época.
El ojo de Álvarez Bravo era capaz de captar situaciones y sentimientos que no cualquiera veía, André Bretón llegó a admirar sus fotografías, en las que veía una relación surrealista.
Para el artista toda obra tenía un contenido social, y en este sentido él se acercaba a los personajes de la manera más natural posible. El fotógrafo también experimentaría con la abstracción.
Para él, retratar la mexicanidad no significaba utilizar elementos que resaltaran explícitamente que había algo folklórico en la escena, simplemente salía a las calles a vivirlas, observar y encontrar ahí lo que era verdaderamente estar en México.
A pesar de esto, puede que sus fotografías hayan contribuido a la creación de una imagen mexicana, existe un debate alrededor de esto.
SU INCURSIÓN EN EL CINE
Posteriormente el artista incursionaría en el mundo del cine, en donde colaboró con grandes personajes de la industria y realizó la fotografía fija de algunas producciones de la época.
Existe un documental de Diego Rivera en el que el fotógrafo trabajo de la mano con el reconocido Gabriel Figueroa.
De la llamativa relación que tuvo con el cine resalta su colaboración con el cineasta español Luis Buñuel con quien trabajó en la fotografía fija en la cinta Nazarín en 1958.
Álvarez Bravo recibió distintos premios, reconocimientos y distinciones a lo largo de su vida, su particular visión lo hizo resaltar no solo como artista de la cámara, sino también en la industria cinematográfica.
Abordó temas como la muerte, las raíces y la manera de vivir día a día; donde ponía el ojo plasmaba el alma.
Más información en su sitio oficial.
Fuente: Gatopardo, Oscar en fotos.
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